Por Miguel Jara 30 de marzo de 2017
Una de los
aspectos que destaca con cierta frecuencia la farmacéutica naturista
Palmira Pozuelo, a la que entrevistamos en este blog, son los
mecanismos del propio organismo para autocurarse. Hoy publico la
segunda parte de dicha conversación que empieza por la pregunta:
¿Cuales serían los principales mecanismos que tenemos para intentar superar la enfermedad?
¿Cuales serían los principales mecanismos que tenemos para intentar superar la enfermedad?
Palmira Pozuelo.
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Pozuelo, está especializada en plantas
medicinales y diplomada en alimentación y nutrición aplicada y en
dermofarmacia y cosmetología, profesora de la Universidad María
Cristina de El Escorial, contesta:
Los hipocráticos griegos hablaban de
la “phisis” como la fuerza sanadora de la Naturaleza, la que hace
que cuando nos hacemos un corte se pongan en marcha los mecanismos
para sanar por sí misma esa herida o cuando tenemos una infección
nuestro hipotálamo haga subir la temperatura corporal con la fiebre
para destruir gérmenes.
Cuando enfermamos habría que facilitar
la actuación de esa fuerza sanadora que tiene nuestro organismo y
evitar obstaculizarla. Hipócrates insistía en la prevención de la
enfermedad a través de una dieta adecuada, el ejercicio, el contacto
con la naturaleza y los cuatro elementos.
Los principios hipocráticos, que aún
en día juran los médicos al terminar sus estudios, hablan de: La
naturaleza es la que cura; curar sin agredir; curar la causa y no los
síntomas.
Cuando utilizamos un antiinflamatorio
para calmar un dolor menstrual, articular o de cabeza, estamos
realizando una agresión a la mucosa estomacal, intestinal y al
funcionamiento renal y además no estamos tratando la causa sino que
estamos suprimiendo un síntoma.
Por ello se ha de valorar la situación
concreta en la que se han de utilizar y no olvidarse de tratar y
buscar la causa del problema. Saber también que nuestro organismo
está diseñado para la vida y que contiene y produce medicamentos
que nos ayudan a reequilibrarnos:
producimos corticoides (cortisol),
analgésicos opioides (endorfinas), somníferos (melatonina),
antiinflamatorios (prostaglandinas 1 y 3), antidepresivos
(serotonina), entre otros muchos.
Algunas de las pautas de reequilibrio
serían el descanso y la dieta, especialmente el ayuno o descanso
digestivo, para que nuestro organismo se dedique a la restauración y
reparación.
Al igual que descansamos uno o dos días
a la semana, nuestros órganos digestivos y emuntorios (de
eliminación) también necesitan este descanso, sería muy benéfico
integrar el ayuno aunque corto en nuestras vidas: un día a la semana
o semiayuno como por ejemplo no cenar o no desayunar o bien una dieta
a base de caldos de verduras, frutas de la estación o licuados
durante un día o en la noche, ya que la causa de muchas de las
enfermedades occidentales es la sobrecarga tóxica.
-Luego está la botica que más usamos
(o no), la cotidiana, la alimentación. Usted es especialista en
nutrición ¿puede resumirnos cual sería la dieta ideal para
mantenernos sanos y además prevenir enfermedades?
Otro principio de la medicina
hipocrática es: “Que tu alimento sea tu único medicamento” y
hago especial hincapié en lo de único, palabra que suele omitirse
cuando se usa esta frase, es decir que lo que comemos cada día sea
fuente de salud en lugar de enfermedad, como está ocurriendo hoy en
día.
Según los últimos datos del estudio
Global Burden of Disease (Coste mundial de la enfermedad), publicado
en The Lancet, la dieta inadecuada es responsable del 21% de las
muertes evitables y así una de cada cuatro personas que muere en el
mundo lo hace debido a una dieta inadecuada, cuestión que sería
prevenible con una buena educación nutricional aportada desde la
infancia.
En España el número ascendería a
90.000 personas al año. Debido a la instauración de la producción
industrial de alimentos se ha disparado el consumo de alimentos con
alto contenido de grasas insanas (saturadas y refinadas) azúcares
añadidos y sal. En el Estado español el 70% de nuestra alimentación
es ya procesada.
Tenemos un muy buen referente en la
dieta mediterránea, la cual ha demostrado prevenir enfermedades
cardiovasculares, degenerativas y obesidad. El problema es que la
mayoría de la gente piensa en nuestro país y otros del entorno
mediterráneo, que sigue esta dieta, porque utiliza aceite de oliva,
bebe vino tinto y come pescado de vez en cuando.
En realidad, se incumplen varias
de sus premisas, voy a comentar las más importantes:
En la pirámide de la dieta
mediterránea actualizada que además coincide con las
recomendaciones de la Universidad de Harvard o plato Harvard, se
recomienda consumir cereales enteros sin refinar y habitualmente la
población suele comer arroz blanco, pasta refinada, bollería con
harinas refinadas y pan blanco.
Otro incumplimiento es en relación a
los productos de origen animal que hoy en día se consumen en exceso,
por ejemplo la pirámide recomienda comer carne roja no más de dos
veces a la semana y carne procesada (embutidos) una o menos de una
vez a las semana. Las legumbres, verduras y frutas sin embargo se
consumen en menores cantidades de las recomendadas y el azúcar que
está en el vértice de la pirámide con la recomendación de consumo
ocasional, se consume a diario y con profusión.
Concluyendo, daría algunas
recomendaciones: comer alimentos visibles y no procesados (ir más al
mercado que al supermercado), comer al menos la mitad de lo que
comemos al día a base de alimentos frescos y vivos (frutas,
hortalizas, ensaladas) comer los alimentos tal como los ofrece la
naturaleza sin refinar ni procesar (semillas, alimentos integrales).
Comer alimentos limpios sin aditivos
(para conservarlos) ni venenos, pesticidas, herbicidas y nitratos
químicos (para cultivarlos). Evitar el azúcar y tomarlo en los
alimentos que lo contienen de manera natural como frutas, pasas o
dátiles. No comer más de un alimento animal al día, una opción
saludable para nuestro organismo y para el planeta.
-Se habla últimamente de
“superalimentos”, ¿son una moda, parte del marketing de las
diferentes industrias alimentarias o existen como tales y cuales son
los más interesantes y sus aplicaciones?
Cierto y siempre oímos hablar de
alimentos y frutos con nombres exóticos que provienen de países
lejanos y su publicidad varía por temporadas, pero alimentos con
cualidades nutricionales excepcionales han existido siempre, aunque
sí es interesante hoy en día conocer las propiedades de los
nutrientes que contienen y sus aplicaciones.
Selecciono algunos superalimentos
cercanos y de siempre: por ejemplo las bayas silvestres son muy ricas
en antioxidantes y vitamina C, al final del verano nos las ofrece la
naturaleza para afrontar la estación fría del invierno, así
tenemos las moras, arándanos o los escaramujos.
Los frutos secos tradicionales sin
calentar ni tostar: almendras, avellanas y nueces contienen
antioxidantes, vitamina E y ácidos grasos esenciales además de ser
fuente de proteínas de calidad y una muy buena alternativa a la
carne.
Con siete almendras que comiésemos al
día tendríamos todos los nutrientes necesarios, poseen además
siete veces más calcio que la leche.
Especias como nuestro pimentón, rico
en licopeno un potente antioxidante que ha demostrado ser protector
frente a varios tipos de cáncer. Las frutas en su mayoría son en sí
superalimentos, especialmente si son recogidas en su momento de
madurez y cultivadas de manera orgánica, así su riqueza en
nutrientes llega a ser mucho mayor (hasta un 60% mayor) especialmente
por poderlas consumir muchas de ellas con la cáscara donde se
encuentran grandes cantidades de vitaminas y antioxidantes.
Un ejemplo: hacen falta cuatro naranjas
convencionales para conseguir la misma cantidad de vitamina C que
contiene una naranja ecológica.
-Por sus explicaciones se nota que a
usted le apasiona su profesión y que vive lo que explica, usted hace
muchos de los remedios que promueve, aceites esenciales, tinturas o
pomadas ¿tiene huerto propio? ¿A las personas que no lo tienen qué
les aconseja?
Tengo un pequeño jardín medicinal y
hasta hace muy poco he formado parte de un grupo de amigos que
compartíamos un huerto ecológico.
Recojo las plantas medicinales que
cultivo en mi pequeño jardín y en algunas terrazas de la casa,
también recojo algunas plantas y frutos silvestres en lugares de
confianza como los alrededores del huerto donde teníamos cultivadas
plantas aromáticas y también crecían muchas plantas silvestres de
uso medicinal (como malva, aciano, salvia, tomillo, romero, etc).
Para las personas que no tengan estas
posibilidades, les animaría a que destinaran alguna parte de la
casa, terraza o una parte del jardín a las plantas medicinales,
especialmente las plantas aromáticas, ya que son fáciles de
mantener y no requieren muchos cuidados ni tanta agua, es muy
gratificante utilizarlas como aliño de la comida o en alguna
infusión.
-¿Qué puede decirnos sobre las pruebas científicas de los alimentos ecológicos, hay muchos
estudios sobre ello, son más nutritivos, mejores? Me consta que
usted está en un grupo de consumo ecológico de El Escorial, donde
vive y sabe de ello.
Es increíble que haya que estar
continuamente demostrando que los alimentos cultivados con respeto a
los ciclos de la naturaleza y a la tierra son mejores que aquellos
que han sido cultivados con agrotóxicos, donde vemos a los
trabajadores que los aplican embutidos en trajes tipo escafandras
para que no les afecte su toxicidad y que cuyo único fin es la mayor
producción y el beneficio económico, sin respeto a la Tierra, a sus
aguas subterráneas a sus pequeños animales que la componen y la
mantienen viva y sin respeto a la salud de los consumidores.
Hay muchos trabajos publicados,
especialmente destaco toda la labor del Dr. Nicolás Olea (Hospital
clínico de Granada) para dar a conocer la incidencia de los
pesticidas en el desarrollo de cánceres hormonodependientes.
Según él, el origen de la mayoría de
los cánceres es medioambiental y no genético y sus causas se deben
a la presencia de tóxicos y pesticidas en alimentos y medio
ambiente. También los trabajos y libros del bioquímico Albert Ronal
Morales conocido por sus trabajos e investigaciones sobre
frutoterapia, en su último trabajo Alimentación sana vs
transgénicos, aditivos y nanotecnología, da a conocer el daño en
el organismo humano y la alteración medioambiental de este tipo de
agricultura insana.
Por mucho que científicos al servicio
de estas empresas y lobbies agroquímicos quieran demostrar lo
indemostrable para no dañar sectores de consumo, es lógico pensar
que comer de manera más limpia es más sano que no hacerlo.
La población cada vez es más
consciente de esto y el mercado verde va en aumento, siendo nuestro
país el mayor productor de alimentos ecológicos de toda Europa y
aunque en una gran parte se exportan, cada vez hay más demanda
interna de estos productos.
En el pueblo en el que vivo, como
mencionas, tenemos un grupo de consumo para pedir alimentos
ecológicos a productores cercanos, una manera de acceder
directamente y sin intermediarios abaratándose el coste de estos
productos y sobre todo la garantía de comer alimentos más sanos y
apoyar a personas que apuestan por la salud de las personas y la del
planeta.
Hay ya cooperativas de consumo y grupos
de consumo ecológicos en todas partes de modo que solo hay que
ponerse en contacto con los más cercanos o bien organizar un nuevo
grupo.
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