domingo, 13 de enero de 2013

Aquello que no has de comer: alimentos nocivos y tóxicos

Tras mucho pensar por donde empezar creo que lo primero que hay que saber para mantenernos más o menos sanos es tener una alimentación saludable. Lo cual no tiene que ver tanto, al menos de primeras, con cuáles son los mejores alimentos para nuestro organismo: los más ricos en nutrientes o los que mejor asimilamos, sino más bien con cuáles son aquellos que debemos dejar de tomar o reducir al máximo su ingesta. He aquí unas pequeña lista:
  1. Alimentos tratados químicamente, alterados genéticamente o irradiados.
  2. Alimentos conservados con sustancia químicas, procesados, enlatados y congelados; endulzantes y colorantes artificiales evitando al máximo aquellos que contengan aditivos perjudiciales. Estos aditivos aparecen en los ingredientes precedidos por la letra E*(ver nota final).
  3. Alimentos etiquetados “sin grasa” o “ bajos en grasa”, ya que con frecuencia están hechos con sustitutos de la misma, aún más perjudiciales.
  4. Fritos, sobre todo si el aceite ha sido reutilizado.
  5. Aceite hidrogenado, grasa animal, margarina y pastelería industrial en general.
Pero que no cunda el pánico, no es cuestión de recorrerse los supermercados con la lista de ingredientes en la mano, o de tirar todo lo que tenía en la nevera porque me he puesto a mirarlos y lo que no lleva tal lleva cual. Cada uno ha de elegir su propio grado de implicación, es sólo cuestión de cambiar algunos hábitos alimenticios o por lo menos de ser conscientes de lo que pasa cuando dejamos nuestra salud en manos de grandes empresas para las cuales sólo importa abaratar costes.

No hay manera de librase de la ingesta de tóxicos (no son lentejas) sobre todo si vives en una gran ciudad. Ten en cuenta que el oxigeno también puede ser considerado un alimento y aunque lleváramos perpetuamente mascarillas a lo Dark Vader no hay ninguna en el mercado que filtre las innumerables impurezas que ingerimos cuando realizamos ese pequeño acto vital e inconsciente que es la respiración. La idea no es volvernos más locos de lo que ya nos vuelven, sino mantener un cierto equilibrio.

*Esto no quiere decir que cuando veamos la letra E, debamos inmediatamente desecharlos, sino que dentro de este este grupo se encuentran probablemente los componentes más problemáticos.

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