Publicado por Miguel Jara el 8 de noviembre de 2010
Como muchos de ustedes saben, hemos publicado sobre ello ya en otras ocasiones, hace un año se descubrió en personas enfermas de Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) secuencias de un nuevo retrovirus, el XMRV. Lo que les cuento a continuación es un resumen crítico realizado por José Luis, un farmacéutico y enfermo de SFC que colabora con la Liga SFC, que trabaja por los derechos de estas personas y por llamar la atención de la sociedad sobre estas denominadas enfermedades emergentes y ambientales.
Dicho retrovirus fue detectado hace unos cuatro años en personas con cáncer de próstata (en alrededor de un 30% de pacientes de ellos) y hace tan sólo un año fue publicada en Science la relación de este nuevo retrovirus, el XMRV, con cerca del 70% de enfermos de SFC y un 4% de personas sanas.
Un dato importante es quién lo descubre. Se trata de un instituto privado norteamericano (fundado por la Sra. Whittemore, multimillonaria con una hija gravemente enferma con SFC) que recluta a los mejores investigadores del tema para buscar la causa del SFC. No existen intereses ligados a la Big Pharma, la gran industria farmacéutica, ni gubernamentales de ningún tipo sino sólo de tipo personal (una madre, rica, que invierte toda su fortuna en curar a su hija).
El “azar” lleva a investigar este nuevo retrovirus (hasta el momento el tercero o el cuarto descubierto hasta el momento) encontrado en enfermos de cáncer de próstata que tienen una anomalía genética en la síntesis de la enzima RNasa L (una enzima intracelular encargada de “cortar” el ARN -material genético vírico-).
A partir de aquí organismos gubernamentales de todos los estados (sobretodo del Reino Unido pero también en USA y Europa) han corrido a publicar todo lo contrario, es decir la no presencia del XMRV en enfermos de SFC. Se ha dado incluso la paradoja de que dos organismos públicos sanitarios de USA (la CDC, los centros de control de enfermedades y el NIH, el Instituo Nacional de salud, que depende de la FDA) llegaron a conclusiones diametralmente opuestas. Los CDC, dirigidos por el psiquiatra William C. Reeves publicaban la no existencia del XMRV, mientras que la FDA tuvo que publicar sus resultados, forzada por una filtración de unos periodistas noruegos que tuvieron acceso a estos documentos confidenciales en un congreso sobre retrovirologia en Zagreb. Estos concluían que el 85 % de los pacientes tenían un retrovirus “similar” al XMRV (hay que pensar que como pasa en otros virus, existen “cepas” diferentes en función de las zonas) mientras que la incidencia en personas sanas (portadores asintomáticos que contribuirían a la difusión de la enfermedad de forma silente) ascendía al 8 % (varios millones de personas en USA-
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