Los carceleros de la mala ciencia
Historias cotidianas de los SSC
Por Jose Luis
"Ya ni lo recuerdo. Han pasado tantas y tantas cosas desde ese Agosto del 200....
De médico en médico, de página en página, de sueño en sueño.
Diagnósticos coincidentes, desde el "no tienes nada" al "está todo bien", desde el "eso es producto del estrés", al "si te lo propones, acabarás mejorando", desde listas de esperas esperanzadoras al mucho dinero tirado en horas de visitas absurdas, las primeras operaciones, el miedo a la muerte, el miedo al miedo, el miedo a la nada!
Esta no es más que una de las cientos de miles de historias, la mía, como la de muchos/as de vosotros/as: mis compañeros/as de celda. Hace años que se nos juzgó, rápida pero vehementemente y se decidió que "lo mejor" para nosotros, para la sociedad y por supuesto "para ellos" era que permanecieramos al otro lado del muro, al otro lado de la ciencia, simplemente, al otro lado. Ellos nos custodiarían amparándose en la mala ciencia hasta que cumpliesemos nuestra sentencia a perpetuidad, en el olvido, en la sombra, en el silencio.
Pocas veces, desde los muros, un pajarillo canta y levantamos sutilmente la vista hacia la luz pero rápidamente es abatido por un disparo certero, silencioso y efectivo desde las torres de vigilancia de la mala ciencia.
Pocas veces oímos rumores, voces desde el otro lado que dicen estar fabricando la llave que nos abrirá la reja por la que salir de estos muros y por la que poder acceder a nuestra libertad, voces tenues que se disipan en el silencio.
En el patio de esta cárcel, mujeres, hombres y niños se desvanecen y lloran, buscan refugio en los mismos carceleros que con bata blanca y la razón que la mala ciencia les otorga, les recetan todo tipo de remedios para combatir dolores, fatigas, cansancios y mareos y les desmienten con socarronería los rumores de angostos túneles bajo los pesados muros y cerradas verjas."
¿No os parece inverosimil, que no sólo no se busquen en las multiples evidencias orgánicas el origen de los SSC, sino que de forma sistemática, se nieguen las ya demostradas, convirtiéndonos, con su mala ciencia, en enfermos a perpetuidad.??!
¿No se dan cuenta del daño
que están provocando?
¿tal es su codicia?
"La ausencia de la evidencia,
no es la evidencia de la ausencia".
Carl Sagan
y por eso, nosotros, aunque también reos, seguiremos buscando aires más puros y voces mucho más objetivas.
Un saludo,
JoseL.
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