CAMPAÑA
CONTRA LAS WIFI
Las
personas aquejadas de electrohipersensibilidad denuncian la
proliferación de las Wifi
J.
INTXAURRAGA - Lunes, 9 de Enero de 2012 - Actualizado a las 05:15h
Acceso
wifi a Internet. (D.N.)
VITORIA.
Los teléfonos móviles, los microondas o internet por wifi son
instrumentos que se han convertido en habituales en el día a día.
De hecho, son hasta imprescindibles, porque, ¿qué joven no tiene un
móvil? Es más, desde que estos tienen internet, se han convertido
en una extensión de nuestros órganos vitales. Aun así, hay quien
aún vive ajeno a esta revolución tecnológica. Los hay que lo hacen
por voluntad propia. Sin embargo, también hay otros como Irune Ruiz,
Iker Iriondo o Antonio Fernández que son electrohipersensibles
y
que no toleran las ondas electromagnéticas.
Los
tres son miembros de Ekeuko-Covace (Elektromagnetismoak Kaltetuen
Euskal Koordinakundea/Coordinadora Vasca de Afectado/as por Campos
Electromagnéticos) y sufren cada vez que están en contacto con
estas fuerzas y no pueden llevar una vida normal. Entre los síntomas
más comunes están el insomnio, el dolor de cabeza o el cansancio
general. Según explica Irune Ruiz, todos somos sensibles a las ondas
electromagnéticas. Aun así, los hay que, como ella, son
hipersensibles, ya que aguantan menos la exposición. Ruiz cree que
su enfermedad es debida al contacto excesivo que tuvo durante los
diez años que estuvo estudiando en Estados Unidos con ordenadores de
rayos catódicos.
En
otros casos, como en el de Antonio Fernández, es la exposición a la
televisión o también por antenas o radioterapias. Este mal, que
sólo está reconocido como discapacidad en Suecia, tiene otro
agravante: es acumulativo, por eso, cada día se sienten más
débiles. Ante esto, no pueden caminar por la calle o viajar en el
metro, porque la exposición a las ondas les debilita. Entre los
casos más extremos está el de Antonio, cuyo desarrollo de la
enfermedad sitúa en el 60%. Él tuvo que dejar su trabajo en un
quiosco-librería por su exposición a los teléfonos inalámbricos.
"Puse un cartel pidiendo por favor que apagasen los móviles",
explica. Aun así, la gente no le hizo mucho caso y tuvo que dejar su
empleo. "Entiendo que los clientes no se diesen cuenta de que
tenían que apagar el móvil al entrar en el establecimiento, pero yo
volvía a casa conduciendo y no podía aguantar", enuncia.
ESCUELA
'SIN WIFI' Según
los datos que manejan en Ekeuko-Covace, a día de hoy, un 9% de los
europeos sería electrohipersensibles en diferentes grados. Según
anuncian Ruiz, Iriondo y Fernández, ante la proliferación de
teléfonos móviles o aparatos de wifi, un estudio del Instituto
Karolynska (Suecia) vaticina que en 2017 hasta el 50% de los
habitantes de la Unión Europea podría sufrir este mal, por lo que
lo consideran un tema urgente a tratar.
Para
frenar la enfermedad, la asociación Ekeuko-Covace, junto con el
colectivo Ekologistak Martxan, han impulsado una campaña en todo el
Estado para una Escuela
sin wifi,
que sucede a la de información que iniciaron en noviembre de 2009,
después de comparecer en el Parlamento Vasco.
Según
explican, existen más de 6.000 estudios científicos que advierten
sobre la contaminación electromagnética. De hecho, recuerdan que
existen dos resoluciones del Parlamento Europeo y una del Consejo
Europeo, la 1.815, que recomiendan
que
en las aulas se acceda a internet por cable, de manera que se evite
el wifi, los teléfonos inalámbricos o los móviles.
Además,
añaden que las radiofrecuencias artificiales están catalogados por
la Organización Mundial de la Salud y la Agencia Internacional para
la Investigación del Cáncer como "posible cancerígeno" y
que pueden ser muy perjudiciales para diabéticos o embarazadas. Por
eso se preguntan "por qué exponer a los niños, cuando son
considerados uno de los colectivos más sensibles a un peligro que
cuánto más cerca está, es más dañino", en referencia a las
ondas electromagnéticas.
Por
estas razones, Ruiz, Fernández e Iriondo critican que tanto el
Gobierno vasco como el español "prefieran la movilidad a la
salud" al querer llevar adelante la instalación de wifi en las
escuelas. Según señalan, cuando se dirigieron al Ejecutivo vasco
les "dio a entender" que "los niños ya están
demasiado expuestos a radiaciones". Sin embargo, los miembros de
Ekeuko-Covace, insisten en recalcar que una de los propósitos que
sostiene la campaña es la prevención. Según explican, desean
evitar catástrofes sanitarias como las ocurridas con el amianto, el
benceno o el plomo.
Así,
inciden en la importancia de emplear en las escuelas alternativas
como internet por cable o la fibra óptica, para que las aulas se
conviertan también en "Zonas Blancas libres de contaminación
por ondas electromagnéticas".
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