Fallos de diseño podrían producir
fugas de cobalto y cromo al cuerpo como resultado de fricción de las
articulaciones de metal
AFP
28 de febrero de 2012
Cientos de miles de personas pueden
haber recibido prótesis de cadera cuyos fallos de diseño los
expondrían eventualmente a metales tóxicos, según una
investigación de la BBC de Londres y la revista británica British
Medical Journal (BMJ), divulgada este martes.
El riesgo surge de articulaciones de
metal sobre otro metal, con cuyas fricciones se corre el riesgo de
fugas de cobalto y cromo al cuerpo, indicó el estudio. La
investigación apuntó a DePuy Orthopaedics, una subsidiaria del
conglomerado médico estadounidense Johnson and Johnson, diciendo que
la empresa siguió vendiendo estas prótesis de cadera incluso
después de saber del riesgo.
El riesgo de fuga de las prótesis de
cromo-cobalto se sabe desde 1975, cuando los médicos descubrieron
que el tejido local reacciona a los iones o átomos cargados, a
partir de estos metales, dijeron los investigadores. «Los iones
también pueden filtrarse en el torrente sanguíneo extendiéndose a
los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado y los riñones antes de
ser excretados en la orina», dijo la revista BMJ.
Pruebas de laboratorio también
relacionaron el cobalto a una condición cardíaca conocida como
cardiomiopatía e identificaron los iones de cromo como un probable
cancerígeno, dijo.
El British Medical Journal y el
informativo de la BBC Newsnight dijeron haber visto un memorándum
interno de DePuy de 2005. «Además de inducir cambios potenciales en
la función inmune, ha habido preocupación durante algún tiempo de
que las partículas de desgaste puedan ser cancerígenas», decía el
memo, según se informó.
La investigación denuncia que, a pesar
de esto, «DePuy continuó la comercialización de las prótesis de
cadera del tipo metal sobre metal, con material promocional que no
reflejaba las preocupaciones internas de la empresa». En 2010, DePuy
retiró su prótesis de cadera ASR y promovió otro diseño llamado
Pinnacle como «una alternativa para la mayoría de los pacientes».
Sin embargo, Pinnacle también tuvo problemas ocasionados por la
fricción de metal contra metal y al año siguiente los
investigadores británicos advirtieron al organismo de control de la
seguridad sanitaria nacional del fracaso de este modelo, según el
informe.
La investigación culpa a los
reguladores de salud estadounidenses y europeos por no responder a
las preocupaciones, y más aún, por no establecer un control de los
pacientes que habían recibido las prótesis de cadera que podían
producir desechos tóxicos. «A pesar de que estos riesgos se
conocían y fueron bien documentados por décadas, los pacientes no
fueron informados sobre su participación en lo que efectivamente fue
un gran experimento sin control», dijo la editora de investigaciones
de BMJ, Deborah Cohen.
«Esta no es la desafortunada falla
para detectar los errores de una empresa deshonesta, o la avería
imprevista de un pequeño número de dispositivos. Es la incapacidad
para prevenir que toda una clase de prótesis de cadera se utilice en
cientos de miles de personas en todo el mundo».
Esta controversia coincide con un
escándalo mundial debido a implantes mamarios defectuosos, en el que
más de 400.000 mujeres en todo el mundo se cree que han recibido
implantes realizados por una empresa francesa PIP, que cerró en 2010
después de saberse que había utilizado un gel de silicona
deficiente.
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