Las
adversidades en la familia se reflejan en la salud de
los hijos. ARCHIVO
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De diez mil un niños con una edad promedio de 13 años, cinco mil 657 reunieron características de fatiga crónica discapacitante
CHICAGO, ESTADOS UNIDOS (19/JUN/2012).- La fatiga crónica discapacitante es más común en adolescentes con familias que sufrieron alguna adversidad y es un padecimiento que no es reportado con frecuencia en los centros de atención médica, según conclusiones de investigadores pediátricos.
El estudio "La fatiga crónica discapacitante a los 13 años y su asociación con la adversidad familiar", a cargo de Esther Crawley, de la Escuela de Medicina Comunitaria y Social de la Universidad de Bristol, Reino Unido, que se difunde en la revista Pediatrics, recurrió al análisis de una muestra nacional de 10 mil un niños.
De ellos, cinco mil 657 menores con una edad promedio de 13 años reunieron características de fatiga crónica discapacitante, un cansancio reportado por las madres que ha durado por tres o más de seis meses.
El padecimiento genera ausentismo escolar, disminución de la participación en aficiones, deportes y actividades de ocio.
En tanto, la adversidad familiar se definió mediante 14 preguntas referentes a la vivienda, la educación, las relaciones sociales y la salud materna, evaluados prospectivamente desde el nacimiento.
De los adolescentes examinados que se habían cansado durante el último mes en la investigación, el análisis encontró a 117 que tenían fatiga crónica discapacitante de tres meses y 53 menores de hasta seis meses, con un incremento de la misma, y en ninguno de los casos hubo diferencias por género.
El riesgo de fatiga crónica discapacitante tuvo una puntuación mayor por la adversidad en la familia. En la muestra, sólo en 36 de los niños que padecieron la enfermedad se había consultado a un médico acerca de su fatiga.
Por otra parte, esta semana la revista de la Academia Estadunidense de Pediatría (AAP), difundió un estudio referente a las lesiones renales que se producen entre los atletas y los jóvenes que sólo tienen un riñón y se dedican al deporte.
El análisis, coordinado por Mattthew M. Grinsell, de la Universidad de Utah, destaca que una de cada mil 500 personas nace con un solo riñón.
El estudio "La fatiga crónica discapacitante a los 13 años y su asociación con la adversidad familiar", a cargo de Esther Crawley, de la Escuela de Medicina Comunitaria y Social de la Universidad de Bristol, Reino Unido, que se difunde en la revista Pediatrics, recurrió al análisis de una muestra nacional de 10 mil un niños.
De ellos, cinco mil 657 menores con una edad promedio de 13 años reunieron características de fatiga crónica discapacitante, un cansancio reportado por las madres que ha durado por tres o más de seis meses.
El padecimiento genera ausentismo escolar, disminución de la participación en aficiones, deportes y actividades de ocio.
En tanto, la adversidad familiar se definió mediante 14 preguntas referentes a la vivienda, la educación, las relaciones sociales y la salud materna, evaluados prospectivamente desde el nacimiento.
De los adolescentes examinados que se habían cansado durante el último mes en la investigación, el análisis encontró a 117 que tenían fatiga crónica discapacitante de tres meses y 53 menores de hasta seis meses, con un incremento de la misma, y en ninguno de los casos hubo diferencias por género.
El riesgo de fatiga crónica discapacitante tuvo una puntuación mayor por la adversidad en la familia. En la muestra, sólo en 36 de los niños que padecieron la enfermedad se había consultado a un médico acerca de su fatiga.
Por otra parte, esta semana la revista de la Academia Estadunidense de Pediatría (AAP), difundió un estudio referente a las lesiones renales que se producen entre los atletas y los jóvenes que sólo tienen un riñón y se dedican al deporte.
El análisis, coordinado por Mattthew M. Grinsell, de la Universidad de Utah, destaca que una de cada mil 500 personas nace con un solo riñón.
Los investigadores señalan que la mayoría de médicos siguen desalentando la participación en deportes de contacto/colisión para los pacientes con riñones únicos y en su estudio pretenden dar respuesta a la ausencia de información sobre la incidencia de lesiones renales relacionadas con el deporte.
Para ello analizaron datos nacionales de más de cuatro millones 400 mil atletas que reportaron 23 mil 666 lesiones, de las cuales 18 fueron renales, ninguna de ellas catastrófica o que requiriera cirugía, en comparación con tres mil 450 en la rodilla, dos mil 69 en cabeza/cuello/columna vertebral, mil 219 traumática cerebral leve, 148 en los ojos y 17 testiculares.
Para ello analizaron datos nacionales de más de cuatro millones 400 mil atletas que reportaron 23 mil 666 lesiones, de las cuales 18 fueron renales, ninguna de ellas catastrófica o que requiriera cirugía, en comparación con tres mil 450 en la rodilla, dos mil 69 en cabeza/cuello/columna vertebral, mil 219 traumática cerebral leve, 148 en los ojos y 17 testiculares.
El mayor número de lesiones renales en estudiantes atletas fueron por jugar fútbol, 12 de ellas reportadas en varones y dos en mujeres, mientras que las lesiones de otro tipo ocurrieron principalmente en deportes como el béisbol y basquetbol, entre otros.
Las lesiones renales, concluyeron los científicos, se producen con mucha menos frecuencia que otras lesiones en el deporte, por lo que recomendaron otorgar un "sí condicionado" a la participación deportiva de los atletas con riñones únicos.
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