Mas-Colell y el Govern de la
Generalitat siguen arrastrándose en esta manera llorona de culpar a
los demás por sus desaguisados, cuando los que comete CiU con Felip
Puig, Boi Ruiz, Irene Rigau y Mas-Colell no tienen excusa. Conste que
no defiendo en absoluto los motivos que alega el Gobierno de Rajoy
para impugnar la medida del euro por medicamento. Y mucho menos
cuando exhibe en su Gobierno a una ministra de sanidad tan
impresentable como la MATO (sólo su nombre le hace justicia) con una
lugarteniente como Pilar Farjas que nos quiere hacer ganar el cielo
(en base a su propia mitología) lanzando los rayos de su perpetuo
enfado con el mundo. Puestos a respetar la ley, que echen a los
leones (o ante los Tribunales) al no-electo pepero González de la
Comunidad de Madrid que desprecia y quiere cobrar un euro por
medicamento a las personas enfermas con la misma saña que los de
Convergència i Unió en Catalunya.
Mas-Colell
se
queja de que con el euro de la vergüenza, la tasa sobre la
enfermedad, se ponen en peligro los 140 millones anuales que se
pensaban recaudar, y de los que ya 40 millones están en la caja. No
le importa la gente que se ha quedado sin poder tomar los remedios
que necesita, y ni alude a los miles de insumisos que se han negado a
pagar este euro de la desigualdad. Andreu Mas-Colell, torpe avaro de
amarillo, asegura que Rajoy le “sabotea” las finanzas, mientras
el Govern dels Millet en funciones sigue sin gustarle la idea de
reinstaurar una recaudación más progresiva sobre las herencias de
muchíííísimos millones.
Rajoy no se salva en absoluto: al
contrario, su hipocresía queda claramente de manifiesto y expone sus
vergüenzas ideológicas y su politiquería de baja ralea. Impugna la
medida del euro pero congela (de hecho, rebaja) las pensiones y
obliga a pagar a la mayoría de jubilados por medicamentos por los
que antes no debían abonar nada en la Farmacia. Ambos, Rajoy y
Mas-Colell, deberían sentarse en el mismo banquillo que Boi Ruiz por
recaudar a la gente más necesitada mientras ambos, Rajoy y
Mas-Colell, inclinan la cerviz ante los poderosos luciendo sus
posaderas.
Sobre el euro por medicamento, conviene
recordar que las autoridades sanitarias de Catalunya y la Comunidad
de Madrid decían que no se trataba de ninguna medida recaudatoria.
Ahora Mas-Colell ha cambiado de opinión, al parecer, y ya no le
parece tan mal que no se tomen los medicamentos que los médicos
prescriben, se supone que en buena praxis, para “ahorrar” en el
gasto sanitario a costa de empeorar la calidad de vida de los
crónicos, o no atajar las enfermedades agudas en su inicio, antes de
que causen mayores quebrantos. Mas-Colell y González no reconocen
que la necesidad u oportunidad del medicamento recetado sólo la
puede decidir el profesional, no el mal político. La profunda
irracionalidad del sistema –y su peligro real- queda claramente
expuesta bajo los focos. Pero tampoco Rajoy escapa de la quema. La
tasa de la vergüenza se suma al agravamiento en las condiciones del
CO-REPAGO, a la exclusión de ayudas a la dependencia, a las
dificultades económicas para conseguir prótesis, a la introducción
del REPAGO en servicios ambulatorios fundamentales como el transporte
asistido para diálisis, tratamientos ambulatorios etc., y a la
expulsión de las personas inmigrantes “irregulares” del servicio
de sanidad.
Entiendo
y aplaudo que la ciudadanía (profesionales, usuarios,
investigadores….) se levante, se encierren
en los hospitales
y los centros de atención primaria, y llenen las calles y plazas de
las ciudades. Nunca tan pocos hicieron tanto daño a tantos. Pero
entiendo también que mucha gente se hastíe con estos políticos que
hacen ver que se pelean pero que están de acuerdo en lo fundamental:
que la gente pobre, enferma, más necesitada, tiene que pagar los
fastos de sus amigos banqueros, especuladores, corruptos… y
“compensen pérdidas” a los hospitales privados de parte de doña
Esperanza Aguirre, mientras no cejan en las privatizaciones de la
sanidad. Lo que se despilfarra a manos llenas hacia la sanidad
privada se quiere recaudar, euro a euro, de la población enferma y
necesitada. Con los recortes en salud de los pacientes y en salarios
y pagas extra del personal de la sanidad, pueden seguir jugando a
tirarse a la cabeza esas sillas de atrezzo que no les hacen ningún
daño…. Y si alguno de sus amigos corruptos es apañado con las
manos en la masa, siempre pueden conseguir que el tiempo de la
justicia transcurra muuuuy lentamente hasta que prescriban sus
antiguas estafas… o hasta que les concedan el Inoportuno indulto.
Y
entiendo también perfectamente que ayer, después del magnífico
programa de La
Sexta Columna
sobre la sanidad española, siguiera en la parrilla de la cadena El
Club de la Comedia.
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