Este
video es como un regalo de racionalidad que estoy encantada de
compartir con todas las personas que defienden la sanidad pública,
con todos los amigos y amigas a las que no les gusta que les engañen:
Me
lo envió mi amigo Zana: Acababa de escribir e IU
de Gordón
sobre un hombre que estaba agonizando en una Unidad de Cuidados
Intensivos tras ser inmolado, sacrificado, quemado a lo bonzo…
Murió, por desgracia, y seguramente en un hospital público, sin
distorsionar las cuentas de la sanidad privada. Y ya van…
Zana
se preguntaba, con Virginia Mataix, quién va a regular el derecho a
la desesperación. Y se temía que incluso para eso, para perder la
esperanza, nos iban a imponer una tasa. El razonamiento no es extraño
cuando se mercantiliza la enfermedad, y cuando las patologías más
serias son objeto de chalaneo contable. Por encima de la angustia de
la persona enferma y de sus familiares y amigas, al margen de la
mella en los derechos conseguidos, se impone la cuenta de resultados
con beneficios privados para los que mandan en España “de toda la
vida”… o los
parvenus
que
consiguieron auparse a la tarima de las prebendas por haber sabido
cultivar la amistad (y besar las botas) de los grandes ingenieros de
las puertas giratorias.
Decía
Zana: “Podemos seguir engañándonos, embebidos del egoísmo que
nos dice que yo, quizás, me salvaré (sobre todo si guardo silencio,
no me significo y, además, tengo suerte)… que su avaricia se va a
ver saciada cuando acaben con los demás, que a nosotr@s nos van a
respetar. Sigamos poniendo la otra mejilla. Seguir en esa actitud es
el camino más rápido y seguro hacia el averno, con la significativa
diferencia de que es en esta vida, y no en la supuesta posterior,
donde lo vamos a padecer.” Para no caer en este último autoengaño,
ver también las cavilaciones y propósitos para el 2013 de
Toni
Barbarà “Huir o Luchar”.
La
única escapatoria hacia la dignidad pasa por ponerse en pie y decir
que NO. Como el autor de este magnífico blog,
Expaña,
que reproduce Dempeus.
Para él, naturalmente, y para todas las amigas y amigos que esta
noche de Reyes han recibido el carbón de la energía para seguir
siendo insumisos y solidarios, sin confundirse de bandera, “mientras
llega el mañana”…
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