7/03/2013
A
la derecha de la imagen el profesor Mario D. Cordero.
Miembros
del Departamento de Citología e Histología Normal y Patológica de
la Facultad de Medicina de la Universidad
de Sevilla,
han descubierto que el gen AMPK podría ser responsable de la
inflamación, bajos niveles de antioxidantes y de la baja producción
de mitocondrias, por lo que podría estar involucrado en la
fisiopatología de la fibromialgia y además que la coenzima Q10 lo
estimula de forma beneficiosa. La revista Antioxidants
& Redox Signaling
ha publicado este ensayo clínico que describe que la coenzima Q10 es
efectiva en pacientes con fibromialgia, ya que ninguno de ellos
presenta efectos secundarios.
El autor principal y coordinador del
estudio, Mario Cordero, explica que “en estudios anteriores
realizados sin control con placebo habíamos observado que en
pacientes con fibromialgia el tratamiento con CoQ10 era beneficioso
en los síntomas. En esta ocasión hemos diseñado un pequeño ensayo
clínico controlado con placebo para saber si realmente el efecto del
CoQ10 era real o placebo”. Para ello, este grupo de expertos de la
Universidad de Sevilla han llevado a cabo análisis de expresión de
genes y de proteínas y un ensayo clínico en pacientes mujeres con
una media de edad de 49 años, una duración de la enfermedad de
siete años y con todos los criterios diagnósticos de la
fibromialgia.
Para llevar a cabo la investigación se
ha contado con la colaboración de un total de 20 pacientes (diez con
CoQ10 y diez con placebo) a los que se les ha tratados durante 40
días, con el objetivo de comprobar si había efectos adversos en el
tratamiento con CoQ10 y si se producía una mejora clínica en los
pacientes que no fuese debido al efecto placebo. “Efectivamente, no
ha habido efectos adversos y los pacientes tratados con placebo no
han notado mejoría, sin embargo, los de CoQ10 han mejorado en los
síntomas, en concreto, dolor, fatiga, puntos dolorosos y rigidez”,
afirma Cordero.
En esta línea, este grupo ha explorado
además un conjunto de genes con sospecha de que estaban mal porque
presentaban altos niveles de inflamación, baja síntesis de
antioxidantes y baja producción de mitocondrias, y todo esto
acompañado de una baja expresión del gen AMPK, regulador maestro
del metabolismo, y responsable de la respuesta de ciertos estímulos
de estrés. “Al estar baja la expresión de este gen, está
mandando poca información a los otros genes para que sinteticen más
antioxidantes, fabriquen nuevas mitocondrias y controlen la
inflamación y por tanto puede predisponer a una baja respuesta al
estrés”.
No obstante, la CoQ10 mejora la
expresión de AMPK y, por tanto, baja la inflamación. “La CoQ10
-matiza Cordero- mejora los síntomas clínicos probablemente
mediante la expresión de genes que regulan ciertos parámetros que
estaban mal en la fibromialgia”. No obstante, el gen AMPK se
presenta como una prometedora línea de investigación en
Fibromialgia constituyendo además una importante diana terapéutica.
Los investigadores están ahora investigando las alteraciones
relativas a este gen.
Antes del tratamiento con CoQ10 y
placebo se han realizado extracciones de sangre a las pacientes para
compararlas con pacientes sanos y después del tratamiento se ha
vuelto a extraer sangre. “Nunca antes se había relacionado la
fibromialgia con este gen, que regula muchas de las alteraciones
relacionadas con la fibromialgia: la inflamación, el estrés
oxidativo, la masa mitocondrial, la obesidad, el colesterol y la
respuesta al estrés entre otras”.
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