- El gigante de la sanidad privatizada cobró del Servicio Madrileño de Salud 328 millones en 2011, 74 millones más de lo presupuestado
- Deloitte subrayó en su auditoría la dependencia económica del grupo respecto del Gobierno regional
El
grupo Capio, gigante de la sanidad privatizada y cuyos
verdaderos dueños se ocultan tras sociedades de las Islas Caimán,
obtiene la mayor parte de sus ingresos de una sola administración
pública de las cuatro para las que trabaja. Y justamente los capta
de aquella que con mayor énfasis exalta la iniciativa privada y que,
tras privatizar cuatro hospitales, auspicia la “externalización”
de otros seis para “abaratar” costes: la Comunidad de Madrid.
Las
cuentas anuales de Capio correspondientes a 2011 constatan queseis
de cada 10 euros ingresados provinieron del Servicio Madrileño de
Salud (Sermas).
Y confirman un dato que acabó trascendiendo hace dos meses pese al
secretismo del Gobierno regional: que el dinero pagado por el Sermas
a Capio superó con mucho lo presupuestado por el Gobierno de
Esperanza Aguirre, ahora en manos de su sucesor, Ignacio González.
El Ejecutivo regional del PP
jamás
ha permitido que la oposición acceda a la ejecución presupuestaria
–el
gasto real desglosado, por lo que los cálculos sobre el desfase solo
pueden ser aproximados.
Dado
que la facturación
total de Capio en ese ejercicio ascendió a 562,62 millones (243,8
de enero a junio y 318,7 de julio a diciembre) y dado que el
porcentaje declarado de ingresos del Sermas se cifró en el 60% para
el primer semestre y en el 57% para el segundo,
Capio
cobró de la sanidad pública madrileña 328,012 millones ese año.
El presupuesto de la Comunidad de Madrid asignaba ese año 253,78
millones para los dos hospitales con los que la empresa operaba
entonces. En resumen, el
sobrecoste llegó, como mínimo, a 74 millones.
Sin
acceso a los datos
El
pasado mes de enero, el diario El
Mundo desveló
que la Comunidad de Madrid y Capio habían suscrito en 2011 un
acuerdo secreto que incrementaba en 94 millones el presupuesto
original (211,15 millones) destinado al hospital Fundación
Jiménez Díaz, de titularidad privada pero financiado con fondos
públicos.
El Ejecutivo de Ignacio González arguyó en su descargo que el
Jiménez Díaz es un hospital “complejo” cuyos pacientes han
pasado de 400.000 a 434.000. En cualquier caso, se trate de 74
millones adicionales o de 94, el desfase pone en solfa el gran
argumento del Gobierno del PP en pro de la privatización: el
abaratamiento de costes.
La
ejecución presupuestaria del Sermas –el desglose del gasto real
efectuado– nunca ha sido fiscalizado por la Cámara de Cuentas
regional ni ha estado al alcance de la oposición parlamentaria. El
único documento detallado disponible es el de los Presupuestos del
ejercicio, que en 2011 reservaban en total 253,78
millones a los dos hospitales por los que Capio cobraba entonces de
la sanidad pública: la Fundación Jiménez Díaz, que posee un
carácter netamente privado, y el Hospital de Valdemoro.
En
diciembre, el consejero madrileño de Sanidad, Javier Fernández
Lasquetty, prometió en el programa televisivo
Las Mañanas de Cuatroentregar
a los grupos opositores la ejecución presupuestaria del Sermas. Hoy,
8 de marzo, Lasquetty sigue sin cumplir su promesa.
La
dependencia económica de Capio respecto del Ejecutivo autonómico es
tal que en su informe de 2011 la auditora Deloitte llamó “la
atención” sobre la nota del balance de Capio “en la que se
indica que la
mayoría de los ingresos del grupo se corresponden con servicios
prestados al Servicio Madrileño de Salud”.
La nota aludida cuantifica en el 60% el "porcentaje de
operaciones mantenidas con un único cliente (Servicio Madrileño de
Salud. Sermas)".
“Cualquier interpretación o análisis de
las cuentas anuales consolidadas adjuntas –agregaron los auditores–
debe llevarse a cabo considerando esta circunstancia”. La
referencia al Sermas consta en las cuentas concernientes al semestre
enero-junio y desaparece en las alusivas al periodo julio-diciembre,
que rebaja al 57% las operaciones con un único cliente.
En
2011, Capio ya facturaba al Sermas por el hospital Fundación Jiménez
Díaz y por el de Valdemoro. Ahora,
gestiona
en Madrid cuatro hospitales en total.
Es decir, cobra por otros dos más: los de los municipios de Móstoles
y Collado Villalba, todavía sin uso.
Capio
también presta servicios para las administraciones sanitarias de
Cataluña, Castilla-La Mancha y Extremadura. Pero, a tenor de sus
cuentas, los ingresos conjuntos procedentes de esas tres comunidades
solo representaron el 15,9% del total.
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