SALUD
PÚBLICA Tretas industriales
- A pesar de las regulaciones gubernamentales, la población sigue expuesta a los ftalatos
- Mientras
se reduce el uso de los ftalatos prohibidos, aparecen otros nuevos
no regulados
LAURA
TARDÓN
Madrid 17/01/2014
A
pesar de las regulaciones gubernamentales en torno al uso de los
ftalatos
(sustancia
química que se añade a los plásticos para dotarlos de
flexibilidad), una investigación estadounidense demuestra que la
población continúa expuesta a este contaminante, presente en
numerosos productos de uso cotidiano, como el esmalte de uñas,
perfumes, plásticos, ropa, zapatos, materiales de construcción,
envases de alimentos, etc.
Aunque
la buena noticia es que "los estadounidenses están sometidos a
un nivel significativamente menor de los ftalatos cuyo uso
se
prohibió en 2008 en artículos de niños,
hemos visto que ha incrementado abruptamente la exposición a nuevos
tipos de esta sustancia", afirma un grupo de científicos de la
Universidad de California (San Francisco, EEUU).
Numerosos
estudios han demostrado ya que
estos
compuestos alteran el sistema hormonal,
sobre todo en varones y especialmente en niños. "Entran a
través de la piel, por la vía respiratoria o digestiva, pasan al
torrente circulatorio y por la sangre se distribuyen por todo el
organismo, pasan a las células de los tejidos y en algunos tienen
efectos tóxicos importantes (no de forma aguda, sino con el paso del
tiempo), concretamente en el sistema hormonal", argumenta Luis
Domínguez-Boada, profesor de toxicología de la facultad de Medicina
de la Universidad Las Palmas de Gran Canaria.
Estas
sustancias se vinculan "con
malformaciones urogenitales en hombres y afecta al sistema
reproductor masculino",
puntuliza el experto. También "hay trabajos que relacionan
estos componentes con otras enfermedades como las alergias y la
dermatitis" y además, "parece que pueden producir
alteraciones neurológicas, una asociación que aún se tiene que
confirmar". No obstante, las personas más susceptibles de
sufrir daños son los niños, ya desde el periodo de gestación.
En
consecuencia, agrega Domínguez-Boada, tanto en EEUU como en la UE se
empezó a regular su uso y
se
prohibió en juguetes
y
en cualquier material que pudiera estar en contacto con los menores.
Sin embargo, y en la misma línea de la investigación
estadounidense, en lugar de disminuir la producción global de esta
sustancia, está incrementando, "sobre todo en el continente
asiático, cuyo mercado, ante la prohibición de un ftalato, busca
rápidamente compuestos con las mismas características
y
con la ventaja de no estar sometidos a regulación". Al fin y al
cabo, "como la producción es global, sus productos no tienen
fronteras y, por lo tanto, seguimos expuestos a este tipo de
sustancias tóxicas".
Una
realidad que queda reflejada en la investigación estadounidense,
publicada en la revista
Environmental
Health Perspective.
"Por primera vez", aseguran los propios autores, "un
estudio examina cómo han ido cambiando las exposiciones a los
ftalatos en una muestra representativa de la población
estadounidense en el transcurso de una década (de 2001 a 2010)".
Se analizó la presencia de 11
ftalatos en las muestras de orina de 11.000 personas
que
participaban en una encuesta nacional sobre salud y nutrición
(dirigida por los Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades).
"Habíamos
depositado muchas esperanzas en la obtención de resultados óptimos,
sin embargo, lo que vimos fue que los ftalatos prohibidos habían
sido reemplazados por otros nuevos no regulados, con los efectos
adversos que pueden conllevar para la salud pública", argumenta
una de las investigadoras, Ami Zota, de la George Washington
University School.
Así
como la exposición a los ftalatos BBzp, DnBP y DEHP (con prohibición
permanente) fue significativamente menor, aumentaron
considerablemente los niveles de nuevos ftalatos (DnOP, DiDP y DiNP)
que el Congreso aún no ha podido prohibir a la espera de evidencias
científicas sobre sus efectos nocivos.
Concretamente, incrementaron
entre un 15% y un 25% los dos primeros y casi un 150% los DiNP.
Precisamente estos últimos han sido incluidos en California en una
lista de productos químicos que pueden aumentar el riesgo de cáncer.
No
es muy diferente en España. Según un estudio del Proyecto INMA
(Infancia y Medio Ambiente, publicado en 2011), en el que se
analizaron las muestras de orina de 120 embarazadas y de 30 niños
hasta cuatro años de edad, la exposición a los ftalatos es
generalizada e inadvertida. Se observaron concentraciones de estos
compuestos en el 84% de todas las personas analizadas. Es decir, a
pesar de las regulaciones gubernamentales, "el problema no se ha
resuelto", subraya el experto español.
Además
de las prohibiciones de los Gobiernos, comentan los autores del
estudio, las industrias y los consumidores también juegan un papel
importante en el control de sustancias tóxicas. Por ejemplo, desde
2004, más de
1.000
empresas se han puesto de acuerdo para eliminar algunos elementos
químicos
de
sus productos (muchos de cuidado personal) e informar con mayor
claridad de los compuestos que incluyen.
Iniciativas
como ésta, quizás, son las responsables de que la exposición a los
ftalatos DEP y DiBP (que no han sido objeto de restricciones
gubernamentales) se haya reducido en un 42% desde 2001 y a los DiBP
en un tercio (en EEUU).
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