martes, 13 de enero de 2015

EPA: Pesticida usado en el maíz y soja intoxica al contaminar las aguas, reconocen autoridades

Los clorpirifos, usados desde 1965 en la agricultura, son un potencial de riesgo a veces irreversible para la salud humana reconoce la Agencia de Protección Ambiental

Por Anastasia Gubin - La Gran Época
Sab, 10 Ene 2015
Hay diferentes maneras de intoxicarse por los pesticidas, una de ellas es quemando las zonas 
que fueron rociadas. (Wikimedia commons)  
La Agencia de Protección del Ambiente -EPA, en Estados Unidos, divulgó esta semana al público una evaluación sobre el potencial de riesgo para la salud humana de los clorpirifos pesticidas, en espera de comentarios del público en los próximos 60 días.

Estos agroquímicos son aún usados en el cultivo de maíz, soja, frutas y nueces de árboles, así como en algunos campos de golf, informó esta semana el medio Environmental health.

Estudios de toxicología revelan que actúan a nivel neurológico, hormonal e inmunitario, con efectos irreversibles si afecta a los bebés y niños. A nivel medioambiental se destaca la muerte masiva de abejas, entre otras especies.

La EPA indicó que "esta [nueva] evaluación muestra algunos riesgos para los trabajadores que mezclan, cargar y aplicar los productos plaguicidas clorpirifos. Cuando se utiliza en grandes cantidades, los clorpirifos tiene el potencial de presentar riesgos en áreas geográficas limitadas al beber agua de cuencas pequeñas", informó EPA el 5 de enero.

Reveló además que cerca del uno por ciento de los alimentos de las muestras investigadas resultaba afectado por este agroquímico.

"Con base en los resultados de la evaluación del riesgo, pueden ser necesarias restricciones adicionales para garantizar que los trabajadores que utilizan o trabajan cerca de las áreas tratadas con clorpirifos están protegidos y que las fuentes de agua potable están protegidos. La agencia ahora comenzará a trabajar en medidas para reducir estos riesgos", informa la EPA.

Los clorpirifos fueron introducidos en la agricultura en 1965, por la empresa Química Dow. tan solo en el año 2000, la EPA reconoció los efectos nocivos de los clorpirifos y prohibió sus usos domésticos, con la excepción del cebo para hormigas y cucarachas en envases a prueba de niños.

Entre 2000 y 2002 canceló el uso de clorpirifos en los tomates y restringió su uso en cultivos como manzanas, cítricos y frutos secos.

En 2012, la EPA impuso que sea usado "sin aerosol" en zonas de amortiguamiento alrededor de los espacios públicos, incluidas las zonas y casas de recreo.

La agencia indicó que está actualizando la evaluación preliminar de junio de 2011 sobre el riesgo para la salud humana basada en la nueva información recibida, incluyendo los comentarios del público.

A su vez explicó que la exposición al plaguicida puede ser a través de múltiples fuentes, incluyendo de las exposiciones de los alimentos y el agua, la inhalación del plaguicida y por la piel.

En esto toda la población puede resultar afectada, "incluyendo bebés, niños y mujeres en edad de procrear".

El nuevo análisis "incorpora información de una evaluación 2012 de la exposición que deriva de la pulverización y así como nuevas restricciones puestas en marcha para limitar la dispersión del rociado".

La EPA afirmó que también está evaluando los riesgos ecológicos de clorpirifos en conjunto con el Programa de Protección de Especies en Peligro; "Los resultados se esperan más adelante en 2015".

La industria mantiene clorpirifos es seguro en los niveles usados actualmente, para el medio ambiente y que en gran medida beneficia a los agricultores.

Daño neurológico y hormonal

Estudios han revelado que este insecticida es un neurotóxico, “Como todos los plaguicidas organofosforados, el clorpirifos es un inhibidor de la acetilcolinesterasa, una enzima que controla los niveles del neurotransmisor acetilcolina en el sistema nervioso central y periférico”, de acuerdo a las toxicólogas Roberta Tassinari y Sabrina Tait, según el portal de agricultura RBF.

“La exposición crónica a productos organofosforados puede conducir a la pérdida de memoria, depresión e insomnio. Los efectos “son particularmente relevantes cuando estando expuestos son los grupos de población más vulnerables, como las mujeres embarazadas, y en consecuencia, del feto y los niños”, agregan las toxicólogas, destacando que de acuerdo a un estudio de Venerosi, en 2008, ”puede interferir de forma permanente con el desarrollo neuroconductual.

Tassinari y Tait, describieron que en estudios realizados en su laboratorio, se evidenció a causa de la exposición a este plaguicida: hipotiroidismo, y efectos permanentes en la producción de oxitocina y vasopresina, dos reguladores neuroendocrinos sintetizadas en el hipotálamo.

Un reporte del Instituto Nacional de Ciencia de la Salud del Medio Ambiente de EE.UU.. citado por Perspectivas de la Salud y el Ambiente, reveló además que hay una relación entre los clorpirifos y la anencefalia.

La evaluación oficial de EPA no se encuentra disponible hasta el 11 de enero, informa su página Web.

Durante 60 días a partir del día de la publicación en el Registro Federal, la agencia estadounidense estará recibiendo comentarios en el sitio www.regulations.gov.

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