08/07/2015
Diferentes documentos del ICAM sobre la
condición de incapacidad absoluta permanente de
Sonia Romero. / E NRIC CATALÀ
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Sonia Romero es una de las personas que
desde principios de año ha visto como el Instituto Nacional de la
Seguridad Social (INSS) le retiraba la condición de incapacidad
absoluta permanente -en su caso obtenida a raíz de la esclerosis
múltiple que sufre- y, en consecuencia, también la pensión de
1.146,51 euros mensuales correspondiente.
Al poco tiempo de tener su hijo Sonia
comenzó a mostrar síntomas de lo que años después le confirmarían
los especialistas: es una de las cerca de 7.000 personas que en
Catalunya tienen esclerosis múltiple. El diagnóstico le llegó en
2011. Desde entonces y durante unos años siguió un plazo de bajas y
altas laborales -trabajaba como ayudante de almacén - hasta que la
empresa decidió despedirla. El año pasado obtuvo la incapacidad
absoluta permanente. De ahí la sorpresa de Sonia cuando el pasado
marzo recibió una carta del Institut Català d'Avaluacions Mèdiques
(ICAM) que le notificaba que debido a su "mejora" en la
enfermedad degenerativa -a pesar tener un grado superior de
esclerosis que cuando le habían avalado la incapacidad-, el INSS le
revocaba la condición de incapacidad permanente. Además de la
esclerosis múltiple, Sonia también sufre síndrome de fatiga
crónica, fibromialgia y diabetes.
Ella es una de las decenas de personas
que actualmente se encuentran en una batalla judicial a través de la
cual esperan recuperar la incapacidad que el INSS les ha retirado y a
la que, según Miguel Arenas, abogado del Col·lectiu Ronda y experto
en Derecho laboral y de Seguridad Social, es una odisea acceder.
Según él, desde el inicio de la crisis se han recortado muchas
prestaciones de incapacidad permanente.
Sonia explica que cuando el ICAM la
citó para revisar su expediente la médica que la atendió se limitó
a pedirle que se levantara y caminara por el consultorio donde se
encontraban y no le hicieron ninguna prueba. "Cuando volví a
ver a mi especialista y le expliqué se sorprendió y me preguntó: y
en qué se basan para decir que has mejorado?". "Se ha
comprobado que el cuadro patológico, en relación con las lesiones
que motivaron la declaración de la incapacidad absoluta permanente,
revelan una evidente mejora, lo que supone una recuperación de sus
facultades generales y la posibilidad de realizar actividades
laborales rentables", dice la carta del ICAM que recibió hace
pocos meses.
Antònia González también recibió la
carta de la institución. Ella sufre sensibilidad química múltiple
(SQM) y síndrome de fatiga crónica. Cuando ya hacía años que
convivía con el síndrome de fatiga crónica, después de sufrir un
accidente químico, los médicos le dijeron que tenía SQM ambiental
y digestiva. Para esta última acude a un tratamiento privado a base
de enzimas, ya que, dice, este tratamiento no se ofrece por la
sanidad pública.
Cuando trabajaba en el Ayuntamiento de
Sta. Margarida dels Monjos cogió la baja porque tenía muchos
síncopes y se mareaba a menudo, con desmayos en muchos casos.
Entonces, el médico de Recursos Humanos le recomendó que solicitara
la incapacidad permanente. A finales del 2012 obtuvo el certificado
pero dos años más tarde el ICAM la citó para revisar su
incapacidad y a principios de este 2015 le notificó la retirada. En
ese momento Antònia se había hecho una revisión reciente en el
Hospital Vall d'Hebron y el Clínic que certificaba el empeoramiento
de su estado. Según ella, la valoración que le hizo el ICAM fue
inadecuada. "Imagínate que eres ciego y te miran la oreja",
se queja Antonia.
La subdirectora general del ICAM,
Consuelo Lemonche, aclara a Catalunya Plural que el informe que hace
el ICAM no es vinculante: "es preceptivo pero no vinculante,
después hay una Comisión de Evaluación de Incapacidad que se reúne
2 o 3 veces a la semana y lo determina. Por lo tanto, quien saca las
prestaciones es el INSS ", remarca. Según Miguel Arenas, en el
99% de los casos lo que dice el ICAM acaba materializándose.
Lemonche no coincide con la afirmación
del Col·lectiu Ronda sobre el hecho de que las revisiones se hagan
en pocos minutos o sean inadecuadas. "Tenemos programado cada
media hora un paciente, tenemos acceso al historial de estas personas
y acceso a la historia clínica compartida y revisamos toda la
documentación que lleva el paciente", argumenta. Según explica
a este diario los consultores del ICAM hacen una serie de pruebas
"como por ejemplo una prueba biomecánica sobre lesiones
musculares o visitas psiquiátricas para determinar si hay un
componente depresivo". Además, dice Lemonche, "nosotros
nos creemos más los informes de la pública porque en algunos casos
algunos informes de la privada se magnifican". "Hemos visto
algún caso de médico concreto que hace informes de 'copia y pega' a
todos, cambia el nombre y la fecha y ya está", añade.
"Llámalo como quieras, pero la
enfermedad no se la inventa el enfermo"
Para el abogado Miguel Arenas uno de
los problemas es que el ICAM "no quiere creerse ni la
fibromialgia ni el síndrome de fatiga crónica ni la SQM".
Estas enfermedades también se llaman Síndromes de Sensibilización
Central (SSC) y aunque están reconocidas por la OMS y también por
la sociedad de nuestro país hay médicos que no creen en estas
enfermedades. Lo explica a Catalunya Plural el jefe de Reumatología
del Hospital Vall d'Hebron, el doctor Cayetano Alegre, que también
trabaja en el servicio de reumatología de la Dexeus. "Llámalo
como quieras pero la enfermedad no se la inventa el enfermo",
añade.
En Catalunya cerca de 250.000 personas
conviven diariamente con un dolor que a menudo es invisible y que
difícilmente queda reflejado en ninguna prueba médica. Según el el
doctor Alegre las SSC "no tienen ninguna prueba que demuestren
que existen" y es el médico quien a través de interrogatorios
y exploración intenta medir el dolor y el cansancio, así como los
factores del entorno del paciente que potencian o disminuyen la
enfermedad. "Dar un grado [a la enfermedad] es muy subjetivo, en
un momento puede ser que la persona esté muy bien y luego estar muy
mal. En la fibromialgia, por ejemplo, hay momentos en que están muy
graves y tres meses después quizás están mejor ", dice.
En Catalunya las Unidades Hospitalarias
Especializadas funcionan de manera variable
Si bien en 2009 el Departament de Salut
puso en marcha la implementación de 16 Unidades Hospitalarias
Especializadas (UHE) para su tratamiento y con el objetivo de mejorar
la atención, el mismo departamento reconoce que las UHE han estado
funcionando "de forma variable". Según ha informado la
Direcció General d'Ordenació i Regulacions Sanitàries a Catalunya
Plural "esta variabilidad en el funcionamiento de las UHE ha
generado grados de satisfacción entre los pacientes también muy
dispares, haciéndose necesaria una revisión y mejora de la atención
a la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica y la sensibilidad
química múltiple en todo el territorio catalán". También,
según informan desde Salut en un correo, este mes de julio el
departamento iniciará la acreditación de las Unitats d'Expertesa,
utilizando unos estándares de calidad elaborados por un Comité de
Expertos en Síndromes de Sensibilización Central.
"Se dijo que se potenciarían las
unidades de referencia pero nunca han llegado los recursos",
lamenta el Dr. Alegre. El hospital de Vall d'Hebron, así como el
Clínic y el del Mar cuentan, siempre según Alegre, con unidades de
referencia en el tratamiento de estas enfermedades. Desde el
Col·lectiu Ronda consideran que en muchos casos las unidades
existentes cuentan con un reumatólogo que puede ser experto en
fibromialgia, por poner un ejemplo, pero no en fatiga crónica. Hace
pocos días Salut anunció la firma de un documento según el cual se
establece un plan de manejo entre todos los agentes implicados en las
enfermedades SSC en Catalunya. Según la nota de prensa de Salut uno
de los puntos que se pretende abordar es "adaptar el modelo de
atención garantizando el acceso y el 'continuum asistencial en los
diferentes niveles y dispositivos asistenciales".
En cuanto al tratamiento, explica
Alegre, "como que no hay una causa específica tampoco hay un
tratamiento específico" pero sí existe un tratamiento
sintomático. En Europa, a diferencia de Estados Unidos, por ejemplo,
no hay un tratamiento específico para la fibromialgia.
Otro punto polémico sobre estas
unidades es el acceso. Según explica el abogado Miguel Arenas, si no
es tu unidad por zona geográfica, no puedes acceder y tienes que
hacerlo por la vía privada. El doctor Alegre matiza pero que depende
del médico de cabecera derivarte o no a una unidad especializada.
"Por ejemplo, en Vall d'Hebron ha venido hace poco una paciente
del Vallès derivada por su médico", comenta.
A la espera de un juicio, Antonia y
Sonia han comenzado a recibir desde hace poco una prestación de 426
euros mensuales -la Renta Mínima de inserción- que pueden percibir
durante un máximo de 18 meses. Respecto a esta ayuda, Sonia se
pregunta: "Con eso qué haces? Te pagas los medicamentos?
La
retirada de la prestación supone también copagar en un 40% la
medicación que necesitas. "Esto, según dice, son cerca de 100
euros al mes en el mejor de los casos; mientras recibía la
prestación sólo pagaba hasta 8 euros al mes de todos los
medicamentos que necesita. "Es muy injusto, qué empresario me
va a contratar? No es que no queramos trabajar, es que no podemos ",
lamenta Sonia.
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