Lo que comemos, lo que respiramos, lo
que tocamos. En nuestra era convivimos con un entorno lleno de
tóxicos. A la mayoría no nos afecta y los obviamos. Pero la
industria química cada vez genera más, y los encontramos en más
lugares. ¿Hasta qué punto podemos vivir así? ¿Hasta qué punto
estos tóxicos "no nos van a afectar"?
Nuestros parques cada vez son lugares
“menos seguros”. Y si no que se lo digan a una persona afectada
por sensibilidad química múltiple con un grado 3, que tiene que ir
muy lejos y muy arriba para poder pasear.
Es increíble la capacidad que tienen
para notar radiaciones y tóxicos que muchos ni sabemos que existen,
porque no los vemos o no tenemos suficiente información sobre ellos.
Viven con el miedo de que el mundo les enferme. Casi un 1% de la
población española presenta algún tipo de proceso sensible a la
exposición de tóxicos físicos y ambientales, y la cifra crece
constantemente.
Es una enfermedad −aunque todavía no
está diagnosticada como tal− que puede afectar en diferentes
grados. La conocemos poco y la que ha sido más mostrada en los
medios de comunicación es la de grado 4: personas que no pueden
salir de casa porque el olor a colonia, a tabaco o a tubo de escape
les quema los ojos y los pulmones.
Durante muchos años se ha tratado esta
enfermedad como si fuera psicológica. Personas que, sin ninguna
patología aparente, se sentían mal y cada vez más enfermas.
Es una enfermedad neuronal con un
agravante psicológico, pero tiene muchos más factores:
- Genéticos: predisposición a la sensibilidad y a la determinación en la tasa de metabolismo de las sustancias químicas.
- Afecta más a las mujeres que a los hombres (en un 80%). Se ha visto que el estrogenismo es un factor que nos favorece. Se relaciona con el síndrome de fatiga crónica, ya que se han observado alteraciones con los receptores estrogénicos.
- Trabajadores que pasan muchas horas en lugares cerrados (la calidad del aire es peor en espacios cerrados, por la presencia de productos de limpieza y sistemas de climatización).
- Trabajadores que pasan muchas horas expuestos a disolventes, insecticidas o irritantes.
- Personas que viven en edificios “enfermos”.
- Exposición puntual pero extrema.
- Exposición masiva a las siete clases de tóxicos conjuntamente con una respuesta excesiva del receptor NMDA:
1. Tóxicos ambientales (en este sentido,
España es excesivamente tolerante con la industria y permite una
exposición muy alta a estos componentes):
- 1.- Ruido, vibraciones, ondas electromagnéticas, líneas eléctricas de alta tensión, subestaciones transformadoras, antenas de telefonía móvil, Wi-Fi, bluetooth, radio.
- 2.- Olores procedentes de incendios, barbacoas, cocciones.
2. Tóxicos alimentarios: pesticidas,
herbicidas, abonos, metales pesados.
3. Tóxicos en la ropa: tintes y
componentes sintéticos, y poliéster (contiene formaldehído).
4. Tóxicos en productos de limpieza:
lejía, amoniaco, salfumán, zotal, acetona, disolventes, pinturas,
ambientadores, detergentes, suavizantes, insecticidas.
5. Tóxicos en productos de belleza /
salud / higiene personal: perfumes, cremas, jabón, gel, maquillaje,
lacas, desodorantes, quitaesmalte.
6. Tóxicos en productos diversos: betún,
pegamento, tinta, gasolina, asfalto, alquitrán, velas, incienso.
7. Tóxicos en medicamentos y vacunas.
¿Qué grados de sensibilidad hay?
La sensibilidad química múltiple
actúa bajo el ciclo llamado NO/ONOO: una interacción de la
sensibilidad neuronal y la inflamación neurogénica que actúa en
diferentes tejidos del cuerpo y puede generar, según la persona,
diferentes síntomas y problemáticas en cerebro, pulmones, tracto
respiratorio, piel y tracto gastrointestinal. Las personas que la
padecen cada vez son más sensibles a más sustancias y pierden más
capacidad de desintoxicación.
La sensibilidad química múltiple
puede comenzar en las personas con una hipersensibilidad emocional,
una piel difícil, un sistema digestivo difícil, dolores de cabeza
constantes, continuar después con una fatiga crónica o fibromialgia
y desencadenar en algún grado de SQM (Sensibilidad Química
Múltiple).
Hay un cuestionario de autoevaluación
(QEESI: Quick Environmental Exposure and Sensivity Inventory) que
mide la intensidad de síntomas y de sensibilidad.
Tipos de síntomas:
- Hipersensibilidad a los cambios de temperatura o estación
- Sensibilidad a los olores de colonia, gasolina, humo, papel de la prensa, etc.
- Permeabilidad y sensibilidad en todas las mucosas del cuerpo
- Sinusitis y rinitis alérgicas y no alérgicas
- Dificultad respiratoria: asma, alergias
- Piel sensible, acné, manchas, hematomas espontáneos…
- Dificultad de concentración
- Dolores de cabeza
- Mareos
- Dolores de estómago, permeabilidad intestinal, mala absorción de nutrientes
- Desajuste menstrual
- Dolores musculares, fatiga, artritis
- Arritmias
- Ansiedad / depresión (tanto por todo lo que sufres, lo que no puedes hacer y la no aceptación de la población, como por el déficit en serotonina y vitaminas del grupo B)
- Crisis al tener un exceso de contacto con las sustancias
No poder abrazar a los que amas si
llevan perfume, maquillaje, detergente o champú químico…
Dependiendo del grado de la enfermedad, no pueden salir de casa,
trabajar fuera de casa, tener vida social o ir a un hospital, por
ejemplo.
Tratamientos actuales:
Es un gran error dar tranquilizantes o
antidepresivos, ya que lo que genera es más toxicidad.
No hay marcha atrás, y eso es lo más
duro de aceptar. Pero sí se pueden evitar las crisis y sí se puede
reducir algún grado la enfermedad. Se tiene que afrontar, pero desde
el máximo número de frentes posibles:
- Evitación de todos los sectores anteriormente citados.
- Dieta ecológica, evitando los alimentos que generan más irritación e inflamación (gluten, azúcar, soja, lácteos, levaduras, excitantes como el café, el té y el chocolate, el alcohol, entre otros), pero sobre todo evitando aquellos alimentos que generan más problemáticas digestivas o alergias a cada persona (hay que analizarlo)
- Ejercicios de respiración, estiramientos y tonificación de unos 10-15 min: yoga, taichi, txikung
- Purificar el agua
- Humidificar los espacios secos
- Airear las habitaciones
- Reposición de nutrientes por vía intravenosa
- Inmunoterapia
- Saunas tratadas
- Hidroterapia de colon
- Oxigenoterapia
El futuro de la enfermedad:
Sigue siendo una enfermedad poco
conocida, poco estudiada y abandonada por las autoridades. Desde
ADQUIRA se ha pedido varias veces al Ministerio de Salud competencias
y respuestas para paliar los daños psíquicos, familiares, sociales,
económicos, laborales y jurídicos de los afectados por SQM.
Cuando tienen crisis, hay pacientes que
no se pueden mover de la cama y necesitan alguien que los alimente o
ayude a hacer sus necesidades básicas. El coste de purificadores y
productos “limpios” es caro, y hay muchas personas que no pueden
trabajar desde casa.
Se sienten ignorados por las
instituciones, por los médicos, e incluso incomprendidos por su
entorno. Necesitan apoyo, no sentirse solos.
Si, además, todas las personas
concienciadas pudiéramos dejar de utilizar productos con químicos,
no solo disminuiremos nuestra predisposición a padecer esta
enfermedad, infertilidad, enfermedades autoinmunes y degenerativas,
sino que también ayudaríamos a todas aquellas personas que viven
cerca de nosotros y tienen una sensibilidad extrema.
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