Por Miguel Jara
Corporate
Europe Observatory (CEO) es una de las organizaciones civiles más
activas de la Unión Europea en la denuncia de las prácticas de
lobby. En esta ocasión, la periodista independiente Stéphane Horel
nos ofrece un informe sobre cómo la industria química tóxica y
destacadas compañías como Bayer o BASF han bloqueado la posibilidad
de que se adopten medidas para regular los disruptores endocrinos
(EDC). Éstas son sustancias muy peligrosas para la salud que podemos
encontrar en diferentes plásticos, cosméticos, ordenadores o
plaguicidas.

Las dosis dañinas pueden ser muy muy
bajas y solemos estar expuestos a ellos durante muchos años por lo
que una de las características principales de este tipo de
intoxicaciones es que las consecuencias aparecen muy tarde.
NO hay niveles seguros de este tipo de
sustancias. En la UE cuando se detectan se prohíben.
Así ha ocurrido en los últimos años
con varios productos, lo que ha enfadado a la industria para la que
medidas favorables a la salud públicas suponen una bajada de sus
ingresos económicos. Por eso, porque les importa más la
rentabilidad de sus empresas que la salud ambiental y de las personas
han emprendido una campaña de lobby destinada a evitar que se
regulen los disruptores.
Las estrategias desarrolladas las
cuenta bien Horel:
Intentos de minar y desacreditar la ciencia sobre independiente EDC, mientras promovían los estudios de la industria como la única ‘ciencia fiable’; presionar a otras Direcciones Generales en la Comisión Europea para que se enfrentaran a la DG de Medio Ambiente [que es quien impulsaba la regulación]; crear alarma sobre el daño económico que la industria sufriría; retrasar el proceso; y utilizar la negociación entre la UE y EEUU sobre el TTIP de palanca para prevenir cualquier ‘barrera comercial’”.
¿Cómo está el asunto? La industria
ha conseguido convencer a la Dirección General de Medio Ambiente
europea de que hay que hacer un estudio de impacto de los EDC, vieja
táctica dilatoria pues el mejor escenario posible prevé que los
criterios finales para identificar disruptores endocrinos se
presenten en 2017. Por supuesto, mientras se obvia el principio de precaución y continúan comercializándose.
El informe del CEO cuenta la historia
de como una destacada iniciativa de salud pública de la UE ha sido
bloqueda por grupos de lobby corporativo alaidos con funcionarios de
la Comisión Europea, que es el gobierno de facto de Europa.
Demuestra una vez más cómo las estrategias de lobby suspenden la
democracia en favor de minorías industriales.

El presidente de ECPA es Martin Dawkins
de Bayer. El equipo directivo de CEFIC está integrado por (actuales
y antiguos) empleados de BASF. El presidente de Plastic Europe,
Patrick Thomas, es el CEO de Bayer MaterialScience.
También existen plataformas de lobby
industrial cuyo objetivo es la defensa de los intereses empresariales
en debates y foros científicos, como el Centro Europeo de
Ecotoxicología y Toxicología de Químicos (ECETOC). ECETOC en su
sitio web se describe como un “grupo de expertos sin fines de
lucro patrocinado por la industria”. Bayer, BASF, Dow, DuPont y
Syngenta son algunas de las muchas grandes compañías que integran
ECETOC.
El lobby de la industria de los
pesticidas también se apoya en el fenómeno de las “puertas giratorias” o traspaso de cargos del sector público al privado y
viceversa. Si observamos el personal actual de ECPA: Stuart
Rutherford solía trabajar en la DG de Medio Ambiente y Agatha
Pietrasiuk en el área pesticidas de la DG de Salud y consumidores,
mientras Jess O’Flynn, Michal Kicinsky y Anna Gatt Seretny son
antiguos asistentes de europarlamentarios.
La lobbista de CEFIC Lena Perenius
trabajó antes en la DG de Empresa, en la normativa sobre sustancias
químicas REACH. En cuanto a Ralf Burgstahler, comenzó en BASF, pasó
a trabajar en la Comisión Europea en REACH (registro de sustancias
tóxicas que BASF pretendía socavar hoy en vigor), luego ocupó un
cargo en el Ministerio de Asuntos Económicos alemán y ahora ha
vuelto a trabajar en BASF como lobbista para las sustancias
plastificantes (como los ftalatos, conocidos disruptores
endocrinos).

Su propósito es sembrar dudas sobre la
verdadera Ciencia.
Me da cierto morbo, he de reconocerlo,
acudir de vez en cuando a las webs de empresas como Bayer y leer
cosas como su lema Science for a better life (ciencia para una vida
mejor):
El objetivo de Bayer es la investigación, desarrollo, producción y comercialización de productos innovadores con el fin de mejorar la salud de los seres humanos de todo el mundo”.
Un poco más y me lo creo.
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