Una investigación desarrollada por
expertos del Instituto Científico de Investigación Agronómica de
Francia, demuestra por primera vez que las nanopartículas de dióxido
de titanio (colorante E 171) se extienden por todo el organismo,
afectando al sistema inmunológico e incrementando el riesgo de
cáncer.
VelSid 24 ENE 17
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En septiembre del año pasado la EFSA
(Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) presentó una
reevaluación de los colorantes alimentarios autorizados en la UE
desde el año 2009. De esta revisión, en la que se han analizado 41
colorantes, destacaba el dióxido de titanio (E 171), sustancia que
se utiliza para blanquear y dar un efecto opaco a los alimentos, se
utiliza sobre todo en los productos de panadería y confitería, en
las salsas, en los productos lácteos, en los caramelos, etc.
Estudios realizados por otros
investigadores concluían que en dosis elevadas el colorante podría
causar problemas en los riñones y en el hígado, bloqueando la
respiración celular. También se apuntaba que el tamaño de las
partículas del dióxido de titanio podrían causar daño genético
sistémico. La reevaluación determinó que las nanoparticulas
provocan daños cromosómicos y aumento del riesgo de sufrir cáncer,
según las pruebas realizadas con animales de laboratorio. Pero la
Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea consideró que
este aditivo no representa un problema para la salud de los
consumidores, apuntando que debido a la falta de datos, no se podía
concretar una ingesta diaria admisible.
La EFSA apuntaba la necesidad de
realizar nuevos estudios para poder eliminar muchas lagunas de
conocimiento sobre los efectos perjudiciales del colorante en el
organismo, pero a pesar de esas dudas, su uso sigue estando
permitido. Dado que varios estudios independientes advierten sobre la
peligrosidad del colorante, y que incluso la EFSA reconoce que
existen riesgos como el daño cromosómico o el cáncer, quizá
debería haberse aplicado el principio de precaución y prohibirse su
uso hasta contar con todos los datos necesarios.
Por otro lado, hay que destacar que es
una incoherencia reconocer los riesgos de este colorante y asegurar
que no representa un problema para la salud de los consumidores, y
además, sin que se pueda establecer una ingesta diaria admisible. El
caso es que la EFSA pedía estudios para eliminar las lagunas de
conocimiento existentes, pues bien, recientemente se ha presentado
una investigación desarrollada en Francia en la que se demuestra por
primera vez que las nanopartículas de dióxido de titanio se
extienden por todo el organismo.
Según el estudio desarrollado por
expertos del National Institute for Agronomic Research (Instituto
Científico de Investigación Agronómica de Francia), las
nanopartículas de dióxido de titanio atraviesan la barrera
intestinal, pasando al torrente sanguíneo y llegando a cualquier
parte del cuerpo humano. El estudio se ha realizado con animales de
laboratorio y se ha constatado que en el hígado estaban presentes
estas partículas que están relacionadas con trastornos en el
sistema inmunitario. Por esta razón, el gobierno del país galo ha
concluido que, en base a estos resultados, se lleve a cabo una
reevaluación de la seguridad del colorante E171.
Rexness
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Claro, que dado que la investigación
se ha desarrollado con animales, los responsables de la investigación
piden cautela a la hora de interpretar los datos, ya que los
resultados obtenidos no se pueden extrapolar a los seres humanos.
ANIA (Asociación Nacional de Industrias Alimentarias) se acoge a las
palabras de los investigadores, y solicita que el debate se centre en
la información objetiva, racional y completa, algo lógico, ya que
el colorante es utilizado por la industria (parte interesada) y una
prohibición afectaría a sus intereses.
El equipo científico de las empresas
advierte que todos los ingredientes utilizados y los productos
fabricados por la industria agroalimentaria están sujetos a
numerosos controles y evaluaciones por parte de los organismos
reguladores competentes, por lo que los productos que están en el
mercado son seguros para su consumo. Pero esto no es así, la propia
EFSA reconoce los riesgos del colorante, que existen muchas lagunas
de información y que no puede determinar una ingesta diaria
admisible, es decir, el hecho de que en principio el dióxido de
titanio esté autorizado, no quiere decir que sea seguro para la
salud del consumidor.
Para llevar a cabo la mencionada
investigación, a un grupo de roedores de laboratorio se le
proporcionaron diariamente 10 mg del colorante por kilo de peso
corporal a través del agua que consumían en un periodo de 100 días.
Esta dosis es similar a la de la exposición humana mediante el
consumo de alimentos que contienen el colorante. Los resultados
demuestran que las nanopartículas de dióxido de titanio provocaron,
en cuatro de cada once roedores, lesiones preneoplásicas, un tipo de
alteraciones de la normalidad en algunos tejidos, aumentando las
posibilidades de desarrollar alguna neoplasia (masa anormal de
tejido).
Por otro lado, en roedores que tenían
algún tipo de lesión, la ingesta del colorante aumentó su
desarrollo. Los expertos explican que el E171 es una fuente de
nanopartículas en el intestino y en todo el organismo, afectando al
sistema inmunitario y promoviendo las primeras etapas del cáncer
colorrectal en los roedores. Estos resultados justifican un estudio
más exhaustivo sobre el riesgo de cáncer a fin de obtener más
datos que sean de ayuda para la evaluación de los riesgos en seres
humanos. Es de suponer que la EFSA tendrá en cuenta estos
resultados, pero probablemente esperará a las pruebas que aporte el
nuevo estudio.
Lo dicho, si no se puede determinar la
ingesta diaria admisible, debería haberse aplicado el principio de
precaución y esperar a obtener datos para poder realizar un juicio y
valoración correcta. Podéis conocer todos los detalles de la
investigación a través de este artículo publicado en la página
del INRA y a través de este otro publicado en la revista científica
Scientific Reports.
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