Barcelona, 27 feb (EFE).- El
coordinador de la Unidad de Fatiga Crónica del Hospital Clínic de
Barcelona, Joaquim Fernández-Solà, denuncia que existen "muchos
intereses económicos" que minimizan la trascendencia en la
salud de los teléfonos móviles y los wifis en las personas con
síndrome de hipersensibilidad electromagnética.
En una entrevista con Efe, el doctor
Joaquim Fernández-Solà ha opinado que la Electrohipersensibilidad
(EHS), que se englobaría en los Síndromes de Sensibilización
Central (SSC), necesitará "años" para ser contemplada
como enfermedad por las autoridades sanitarias nacionales y
mundiales.
"Ya sucedió con el tabaco y el
alcohol. Llevamos generaciones sabiendo que hacen daño a la salud",
y ahora pasa algo similar con la electrohipersensibilidad a las
radiaciones electromagnéticas, ha reflexionado.
"Se calcula que una de cada mil
personas puede tener problemas serios por ser sensibles a las
radiaciones electromagnéticas", ha valorado el especialista,
que ha atendido, junto con su equipo del Clínic a entre 4.000 y
5.000 personas de toda España en los últimos diez años.
Fernández-Solà ha advertido que "las
solicitudes de consulta se incrementan, es un proceso al alza",
de este trastorno orgánico, no psicológico, de origen neurológico
y que tiende a la cronicidad.
El médico, que también es miembro del
Comité de Expertos para la Fibromialgia y Síndrome de Fatiga
Crónica del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), ha opinado que
"existen muchos intereses económicos" para que este tipo
de enfermedades no sean reconocidas.
Si se contemplaran como enfermedades,
"se deberían cambiar muchos hábitos" que ya están
plenamente establecidos, como el uso del móvil en la vida cotidiana
y la instalación de redes inalámbricas (wifi) en muchos espacios
comunitarios, incluidos medios de transporte colectivo.
"La tecnificación de la sociedad
interesa y comprobar si es bueno o malo para la salud, no preocupa, a
pesar de que las personas que padecen este tipo de síndromes sufren
dolores de cabeza, trastornos del sueño, desconcentración, fatiga,
piel roja e inestabilidad, entre otros síntomas", ha asegurado
el médico.
Según su experiencia, un tercio de
pacientes diagnosticados inicialmente con Síndrome Químico Múltiple
(SQM), y dos tercios transcurridos los cinco años, presentan
electrohipersensibilidad en diversos grados.
El debate entre si estas enfermedades
existen o son de tipo psicológico no tiene base, según
Fernández-Solà, que asegura que "no hay ninguna duda: el
diagnóstico es clínico y empeora cuando hay más exposición"
a los productos químicos o a los campos electromagnéticos.
"Es un problema de salud pública,
de enfermedades emergentes", ha razonado el experto, que lamenta
que muchos pacientes deben acudir a Barnaclínic u otros centros
privados ya que pocos servicios públicos cuentan con especialistas
para atender este tipo de dolencias.
El gobierno catalán aprobó el pasado
año una resolución con los criterios para la declaración de
idoneidad de las unidades de expertos para la atención a las
personas afectadas por el Síndrome de sensibilización central
(SSC).
En este síndrome se agrupan un
conjunto de enfermedades, entre ellas la fibromialgia (FM), el
síndrome de fatiga crónica (SFC) y la sensibilidad química
múltiple (SQM), pero no se incluye la electrosensibilidad.
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