La ONU nunca había hablado tan claro:
"La agricultura orgánica es la única solución viable si
queremos alimentar al mundo"
Por: PlayGround, jueves 9 de marzo de
2017
Los pesticidas son las únicas
sustancias tóxicas que se liberan en el medioambiente de manera
intencional para matar a seres vivos entre los que se incluyen malas
hierbas, insectos, hongos y roedores. Pero también enferman a los
humanos, según ha confirmado la Organización de las Naciones Unidas
en un estudio que 200 mil personas al año mueren envenenadas por
culpa de los pesticidas en todo el mundo.
La investigación se presentó ayer en
el Consejo para los Derechos Humano afirma que los pesticidas “han
tenido un impacto catastrófico en la salud humana y del
medioambiente”. Y también reconoce que reconoce que el uso de
pesticidas ha tenido una correlación con el incremento de la
producción de alimentos.
Sin embargo, juzga este último
argumento como insuficiente: “ese incremento de la producción no
ha tenido éxito en eliminar el hambre del mundo” -dice el informe,
y añade que- confiar en pesticidas tóxicos es una solución a corto
plazo que debilita los derechos de conseguir una comida y una salud
adecuada para las generaciones presentes y futuras”.
No son palabras que haya que tomar a la
ligera y menos viendo las enfermedades que el empleo de pesticidas
provocan. Entre las que la ONU enumera se cuentan el cáncer, el
Alzheimer, el Parkinson, trastornos hormonales, defectos de
nacimiento, infertilidad y daños neurológicos. “En algunos
países, el envenenamiento que provocan los pesticidas agravan las
fatalidades que causan las enfermedades infecciosas”, asegura el
informe.
El estudio ha culpado de “la gran
magnitud de los daños infligidos por estos químicos” a “la
negación sistemática alimentada por la industria agrícola y de los
pesticidas”.
Según el informe, las personas quedan
expuestas a niveles peligrosos de pesticidas en muy distintas formas,
desde los granjeros que los aplican en sus plantas hasta los bebés
que toman leche materna contaminada. “Muy pocas personas evitan la
exposición a los pesticidas. Porque todos nos exponemos a ellos
mediante la comida, el agua, el aire o teniendo contacto directo con
ellos o con sus residuos”.
“Los pesticidas que se aplican en las
plantaciones frecuentemente contaminan los ecosistemas que les rodean
e incluso los que están a más distancia, con consecuencias
ecológicas impredecibles. Además, la reducción de plagas rompen el
complejo equilibrio entre las predadores y las presas en la cadena
alimentaria”.
La investigación también considera
que los pesticidas son una tecnología demasiado cara y poco eficaz.
“Cuando hablamos de agricultura de subsistencia, confiar en los
pesticidas se convierte en una carga económica para los granjeros:
las mala hierbas y las plagas tienen la capacidad de desarrollar
resistencia y eso requiere pesticidas cada vez más y más fuertes
que los campesinos tendrán que comprar”.
La alternativa de la ONU es una melodía
que no ha dejado de sonar en los últimos años: la agricultura
orgánica: “Con las prácticas orgánicas, nos apoyamos en los
procesos que practica el ecosistema y que aporta nutrientes a la
tierra de manera natural, volviendo innecesarios a los fertilizantes
sintéticos, que son muy caros”.
“Y si queremos alimentar el mundo, la
atención a la biología y la materia orgánica de la tierra y el
reciclaje natural de nutrientes, son las únicas maneras sostenibles
y efectivas en términos económicos”.
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