Por Miguel Jara 8 de marzo de 2016
Un grupo de
reputados médicos, farmacéuticos y divulgadores científicos han
difundido un manifiesto para pedir a los políticos que hagan algo para frenar las prácticas “oscuras” de Big Pharma, las grandes
farmacéuticas. Se amplía así el abanico de profesionales de las
ciencias de la vida que advierten en público sobre la corrupción de
la industria farmacéutica y su impacto en la salud de la población.
En esta ocasión se trata del
cardiólogo Aseem Malhotra; Richard Thompson, expresidente del Real
Colegio de Médicos de Gran Bretaña y médico personal de la reina
durante 21 años; John Ashton, presidente del Faculty of Public
Health; el psiquiatra J.S. Bamrah, presidente de la Asociación
Británica de Médicos de Origen Indio y director médico del
Manchester Academic Science Centre; la cardióloga Rita Redberg,
editora de la prestigiosa revista médica JAMA Internal Medicine; y
el profesor James McCormack, reputado farmacéutico y divulgador
científico.
Estos profesionales aseguran que hay
demasiados fármacos inútiles y, en muchas ocasiones peligrosos. Que
la industria farmacéutica engaña a médicos y población enferma.
Que el NHS, el sistema sanitario público británico, no hace nada
para evitarlo. Y que hay que hacer una investigación pública
completa sobre cómo se asegura la eficacia de los medicamentos por
la citada sospecha de que algunos tratamientos actuales sean mucho
menos efectivos de lo que pensábamos.
En definitiva, lo que llevamos años
denunciando en estas páginas. Del manifiesto se desprende que el
derecho a la información de la ciudadanía en temas relacionados con
su salud es vejado de manera sistemática por las industrias. Existe
una “epidemia de médicos y pacientes desinformados”.
Lo que estos especialistas influyentes
indican ahora es lo que el médico danés Peter C. Gøtzsche, a quien
tuve la suerte de conocer en Madrid con motivo de la presentación de
su libro Medicamentos que matan y crimen organizado. Cómo las grandes farmacéuticas han corrompido el sistema de salud, explica y
documenta en ese trabajo.
Gotzsche ha trabajado en la industria
farmacéutica y después se ha convertido en uno de los adalides de
la llamada Medicina Basada en la Evidencia (MBE), que ha degenerado
en el marketing de Big Pharma para vender medicamentos ineficaces y
mortales -como asintió cuando le hice esta observación-.
Según el danés, hoy en los países
desarrollados -qué paradoja- el consumo de medicamentos con receta
es la tercera causa de muerte tras las enfermedades del corazón y el
cáncer. Sólo en USA mueren cada año 200.000 personas por los daños
de los fármacos.
Gotzsche es quizá el autor que ha
usado el apelativo más duro con la industria pues lo de “crimen
organizado” va porque considera que en muchas ocasiones las
actividades de laboratorios y lobbies son como las de la mafia y
dedica buena parte de su libro a explicarlo.
No es ni mucho menos el único médico
que ha publicado en esos términos. La psiquiatra y profesora de
Psiquiatría del University College de Londres, Joanna Moncrieff,
ofrece en castellano su trabajo Hablando claro: Una introducción a los psicofármacos.
Crítico con la psiquiatría hegemónica
hoy es Allen Frances. ¿Somos todos ya enfermos mentales?, se
pregunta en un libro con dicho título y advierte de las graves
consecuencias de la progresiva medicalización de la normalidad.
Frances, que fue uno de los consultores
del DSM, la llamada “biblia de la psiquiatría” por ser un manual
de descripción de los trastornos mentales, recopila los excesos del
diagnóstico psiquiátrico y los desafíos asociados con una vida
“normal” considerados hoy “trastornos mentales” que requieren
tratamiento médico.

En su libro Mala farma explica cómo
las compañías farmacéuticas engañan a los médicos y perjudican a
los pacientes. Mala farma desvela todas las malas prácticas
relacionadas con la industria farmacéutica en especial relacionadas
con los ensayos clínicos, en los que se basa, no lo olvidemos el
marketing de los medicamentos.
Cada vez es más habitual escuchar a prestigiosos médicos y divulgadores científicos criticar a las farmacéuticas, las administraciones sanitarias y muchos de sus
colegas por sobremedicar peligrosamente a la población.
Acusan sin tapujos a ese cartel de
medicamentos de causar más muertes que los cárteles de las drogas
ilegales. Pero su crítica sólo llega con cuentagotas a la arena
política. Algo que, parece, está empezando también a cambiar. Al
menos en Reino Unido.
Por las páginas del manifiesto de los
médicos británicos críticos se suceden como ejmeplos pelotazos
medicamentosos como las estatinas para el colesterol o el del Tamiflu.
El cardiólogo Malhotra es muy
contundente en la conclusión de su manifiesto:
"El sistema está roto y no se va a arreglar poniendo más dinero. La codicia corporativa y el sistemático fracaso político ha dejado al sistema de salud de rodillas. Sin transparencia total ningún médico puede proveer lo que hemos prometido en la escuela médica y a lo que nos dedicamos en cuerpo y alma:
dar el mejor cuidado a nuestros pacientes.
Por el bien de nuestra salud y la sostenibilidad del sistema ha llegado la hora de emprender una verdadera acción colectiva frente a la cultura de la sobremedicación.
La ciencia médica ha dado un giro hacia la oscuridad. Y la luz del sol será su único desinfectante”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario