JOSÉ CLEMENTE RUBIO GARCÍA
Foto: JESÚS MOLINA
Las Jornadas
“UNA EDUCACIÓN PARA EL SIGLO XXI – Miradas desde las Ciencias y
las Artes” organizadas, entre otros, por la Asociación de Personas
Jubiladas y Pensionistas – La Intersindical y con la colaboración
de numerosos Ayuntamientos y diferentes entidades, han organizado un
total de 78 actividades y, de las cuales, 17 se han desarrollado en
la comarca del Noroeste/Río Mula.
Una de ellas ha sido la
denominada: “LA WIFI ES UN PELIGRO PARA NUESTRO ALUMNADO: POR UNA
ESCUELA SALUDABLE CON INTERNET POR CABLE”, pronunciada por el
Doctor D. José F. Caselles . Es profesor titular de la Facultad de
Educación de la UMU, miembro del Equipo coordinador de la Plataforma
Estatal contra la Contaminación Electromagnética (PECCEM) y miembro
de la PECCEM-RM. Es electrohipersensible (EHS) y socio de la
Asociación de Electro y Químico Sensibles por el Derecho a la Salud
(EQSDS).
Muy amablemente acepta nuestra propuesta de entrevistarlo
y contesta a nuestras preguntas:
¿Qué es la contaminación
electromagnética?
Nos referiremos a los campos
electromagnéticos (CEM) artificiales. Pueden enfermar y matar a
personas y demás seres vivos (animales y plantas). Escapa a los
sentidos. Atraviesa paredes. Es caro y difícil protegerse. Peor
cuanto más cerca de la fuente. Puede ser ionizante o no ionizante,
pulsante o continua. Algunas fuentes radiantes: antenas de telefonía,
radares, satélites, repetidores, radioenlaces, líneas de alta
tensión, transformadores, contadores telegestionados… Muchas las
escogemos libremente, abusando de ellas frecuentemente: móviles,
teléfonos fijos inalámbricos, Wifi, Bluetooth, GPS, microondas,
radiodespertadores, juegos y videojuegos con mandos inalámbricos,
monitores de bebé, cocinas de inducción, mandos a distancia,
auriculares inalámbricos, sistemas de seguridad, pizarras digitales
inalámbricas, wearables…
¿Cómo afecta a la salud?
Mayoritariamente, la investigación
científica sobre radiación electromagnética advierte de sus
peligros. Suelen ser informes y declaraciones independientes,
desligadas de la industria y libre de conflicto de intereses.
Destacan: ICEMS, Interphone, REFLEX, Céfalo, Declaración Médica de
Friburgo, Comité Ruso para la Protección de la Radiación no
Ionizante, Comité canadiense de Salud, Declaración de Bruselas,
Llamamiento científico a ONU y OMS, Programa Nacional de Toxicología
(EEUU)…
Igualmente destacan pronunciamientos
institucionales aconsejando aplicar el Principio de Precaución, la
protección infanto-juvenil, reconocer la electrohipersensibilidad,
controlar los grupos de presión, educar a la población, retirar la
wifi de centros educativos… Destacan: Agencia Europea de Medio
Ambiente, Parlamento Europeo, y la Resolución 1815 (2011) del
Consejo de Europa.
La OMS clasificó esta radiación no
ionizante en el grupo 2B (posible carcinógeno humano). Pero
numerosos especialistas exigen clasificarla como 2A (probable
carcinógeno), incluso como grupo 1 (carcinógeno conocido).
No olvidamos uno de los grupos
científicos más reconocidos: Bioinitiative. Su informe 2012
evidenció: cambios en actividad eléctrica cerebral y presión
sanguínea, descenso de melatonina (glándula pineal), síndrome de
fatiga crónica, afección del sistema inmunológico, tumores
cerebrales (gliomas), cáncer infantil (leucemia), problemas
cardíacos, riesgo en barrera hematoencefálica, efectos genotóxicos,
daños en ADN (rotura de enlaces simples y dobles), aumento de
peligrosidad en toxinas químicas, abortos, depresiones, insomnio,
dolores de cabeza, cáncer (mama, oído, parótida), esterilidad,
autismo, irritabilidad, alzheimer, proteínas de estrés en células…
Otros estudios señalan daños en la piel, descompensación del
calcio en células, agrupamiento de glóbulos en sangre, linfoma de
Hodgkin, TDAH, alteración de procesos educativos…
Pueden consultarse estos informes en la
Plataforma Estatal Contra la Contaminación Electromagnética
(www.peccem.org), así como: http://cemyelectrosensibilidad.blogspot
¿Qué es la electrohipersensibilidad
(EHS)?
Considerada enfermedad “centinela”
y quienes la padecen “canarios de las minas”, advierte de que
algo grave está pasando. Igualmente denominados “nuevos leprosos”,
al tornarse imposible su vida social (no contagian nada). Causada por
la exposición a la radiación artificial, se vuelve crónica y
aditiva. Resultado de una terrible violencia estructural fundamentada
en leyes injustas sostenidas desde la complicidad política e
industrial, donde la protección de la salud y la opinión ciudadana
(Convenio Aarhus) no cuentan. Según zona, se calcula afecta entre 1
y 10% de población. Su origen no es psicosomático ni resultado del
efecto nocebo. Se conocen ya biomarcadores. Forma parte del Síndrome
de Sensibilización Central. Algunos síntomas de EHS: dolor cabeza,
sensación quemazón, dificultad concentración, dolor músculos y
articulaciones, pérdida memoria, confusión mental, insomnio,
palpitaciones, arritmias, mareos, náuseas, irritabilidad,
hormigueos, hiperactividad, alteración reflejos, depresión,
ansiedad, confusión y desorientación espacial/temporal, fatiga,
debilidad/flojera, aceleración o disminución ritmo cardíaco,
dolores pecho, temblores, espasmos musculares, dolores piernas y
pies…
En España existe la Asociación de
Electro y Químico Sensibles por el Derecho a la Salud (EQSDS)
(www.electrosensiblesderechosalud.org)
¿Es la infancia
especialmente vulnerable a la radiación?
Sí. Sus órganos en desarrollo, la
fragilidad de su barrera hematoencefálica, su menor grosor craneal…,
la hace muy vulnerable. En los fetos, la situación se agrava,
especialmente si es niña, pues durante sus 100 primeros días de
formación, sus óvulos en desarrollo son especialmente sensibles a
la radiación, pudiendo dañarse genéticamente, con consecuencias
fatales para las futuras generaciones.
¿Realmente es peligrosa la wifi para
nuestros escolares?
Sí. Generalmente la wifi funciona a
2.4 GHz (la frecuencia del microondas), y suele emitir densidades de
potencia superiores a 20.000 μW/m2. Bioinitiative 2012 recomendó
que la infancia no estuviera expuesta a más de 6 μW/m2. El daño
sería terrible tras 12.000 horas de exposición que suponen los 10
años de enseñanza obligatoria. La situación se agrava al
introducir la wifi también en Infantil. Las autoridades saben que es
un verdadero atentado contra la salud, pero lo consienten y
promueven. Las aseguradoras no asumen los daños por radiación. Se
puede acceder a Internet con cero radiación utilizando cable o fibra
óptica, ¿qué sentido tiene dañar a toda la infancia? Nada debería
prevalecer sobre la salud.
La escuela podría convertirse en una
cantera de EHS (por efecto acumulativo de radiación) y ocasionar
graves daños biológicos. Pero ya directamente se manifiestan
alteraciones psicopedagógicas, según informes clínicos:
pensamiento perturbado, hiperactividad, falta de concentración,
ansiedad, irritabilidad, desorientación, distracción, trastorno del
sueño, dolores de cabeza…
¿Cómo “defendernos”?
Reducir todo lo posible la radiación
en cualquier ámbito. Adoptar usos responsables (recuperar el
teléfono de cable frente al inalámbrico, reducir wifi y conectar
cable o fibra, reducir al máximo el uso del móvil y su carga de
información…). Concienciar del problema. Proteger grupos
sensibles. Exigir leyes proteccionistas. Comprometerse con
movimientos reivindicativos (PECCEM, EQSDS, PECCEM-RM)…
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