elmercuriodigital.- junio 23, 2017
La reunión anual de Alianza Mundial
por el Suelo (AMS) se centra en los “suelos negros” y en el
intercambio de información
Abordar el desafío de la contaminación
de los suelos, debida esencialmente a la actividad humana que deja un
exceso de productos químicos en los suelos utilizados para producir
alimentos, ha centrado la 5ª Asamblea Plenaria de la Alianza mundial
por el Suelo (AMS), celebrada esta semana en la sede de la FAO.
El
exceso de nitrógeno y metales pesados como arsénico, cadmio, plomo
y mercurio pueden perjudicar el metabolismo de las plantas y reducir
la productividad de los cultivos, llegando a poner en peligro las
tierras cultivables. Cuando entran en la cadena alimentaria, estos
contaminantes representan también riesgos para la seguridad
alimentaria, los recursos hídricos, los medios de vida rurales y la
salud humana.
“La contaminación de los suelos es un problema
emergente, pero, debido a que se presenta en tantas formas
diferentes, la única manera en que podemos reducir las lagunas de
conocimiento y promover una gestión sostenible del suelo es
intensificar la colaboración mundial y conseguir evidencias
científicas fiables”, apuntó Ronald Vargas, experto en suelos de
la FAO y Secretario de la AMS.
“Combatir la contaminación de
los suelos y buscar su manejo sostenible es esencial para abordar el
cambio climático”, señaló a su vez Rattan Lal, Presidente de la
Unión Internacional de Ciencias del Suelo, en su discurso de
apertura de la Asamblea Plenaria. Solucionar los problemas causados
por los seres humanos a través de prácticas sostenibles significa
que “se producirán más cambios de aquí a 2050 que durante los
doce milenios transcurridos desde el inicio de la agricultura”,
según Lal.
“La Asamblea Plenaria de la AMS es una plataforma
única, neutral y con participación múltiple para debatir
cuestiones globales sobre el suelo, aprender de las buenas prácticas
y decidir actuaciones que garanticen suelos sanos que provean de
forma efectiva servicios ecosistémicos y alimentos para todos”,
aseguró María Helena Semedo, Directora General Adjunta de la FAO
para Clima y Recursos Naturales, añadiendo que “la acción a nivel
de país es la nueva frontera”.
La Asamblea Plenaria aprobó
tres nuevas iniciativas destinadas a facilitar el intercambio de
información: el Sistema Mundial de Información sobre el Suelo; la
Red Global de Laboratorios de Suelos –con el objetivo de coordinar
y normalizar las mediciones entre países; y la Red Internacional de
Suelos Negros, para fomentar el conocimiento sobre los suelos
agrícolas más fértiles del mundo, conocidos por su alto contenido
de carbono.
Mayor vigilancia sobre la contaminación del
suelo
Alrededor de un tercio de los suelos del mundo están
degradados, debido principalmente a prácticas insostenibles de
gestión. Cada año se pierden decenas de miles de millones de
toneladas de suelo, y de las causas es su contaminación, que en
algunos países afecta hasta una quinta parte de todas las tierras
agrícolas.
El término contaminación del suelo se refiere a la
presencia en los suelos de sustancias químicas que están fuera de
lugar o en concentraciones superiores a las normales. Esta
contaminación puede proceder de la minería y la actividad
industrial o de una gestión inadecuada del alcantarillado y los
residuos. En algunos casos, los contaminantes se dispersan en zonas
extensas transportados por el viento y la lluvia. Los insumos
agrícolas -como fertilizantes, herbicidas y plaguicidas-, e incluso
los antibióticos contenidos en el estiércol animal, son también
importantes contaminantes potenciales y plantean retos particulares
debido a sus composiciones químicas, que cambian con rapidez.
La
contaminación del suelo es una amenaza insidiosa, porque resulta más
difícil de observar que otros procesos de degradación del suelo,
como la erosión. Los peligros que plantea dependen de cómo las
propiedades del suelo afecten el comportamiento de los productos
químicos y la velocidad con que éstos entren en los ecosistemas.
La
diversidad de contaminantes y tipos de suelos, y las formas en que
interactúan, hacen que los análisis para determinar las amenazas a
los suelos sean complejos y costosos. Los miembros de la AMS
acordaron convocar un simposio mundial sobre contaminación y
polución de los suelos, a celebrarse en abril de 2018, y apoyaron la
creación de redes mundiales para compartir información y armonizar
las normas para abordar el problema.
Suelos negros
Aunque
comúnmente se les denomina así en las clasificaciones nacionales,
los “suelos negros” no resultan para nada uniformes. La nueva Red
Internacional de Suelos Negros los define como teniendo al menos 25
centímetros de humus y un contenido de carbono orgánico del suelo
superior al 2 por ciento A esta definición se adaptan cerca de 916
millones de hectáreas, equivalentes al 7 por ciento de la superficie
terrestre del mundo libre de hielo.
Alrededor de una cuarta parte
de los suelos negros son del tipo clásico “chernozem”, con una
capa de humus de más de 1 metro: se encuentran en las regiones
agrícolas muy productivas de las estepas de Europa oriental y Asia
central y en las antiguas praderas de América del Norte. La Red
Internacional de Suelos Negros promoverá su conservación y
productividad a largo plazo, elaborando informes analíticos y
ejerciendo de plataforma para el intercambio de conocimientos y la
cooperación técnica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario