EUROPA PRESS 28.02.2018
. El juzgado de lo Social número 16 de
València ha reconocido la incapacidad permanente con el grado de
"gran invalidez" a un hombre que padecía fatiga crónica y
fibromialgia, dolencias que sufre desde 2013 y a las que sumó
posteriormente una sensibilidad electromagnética y un síndrome de
sensibilidad química múltiple.
Ciudad de la Justicia de València
EUROPA PRESS
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En la resolución, contra la que cabe recurso, el juzgado
le reconoce el derecho del demandante a la prestación, equivalente
al 100% de la base reguladora que le corresponde, y al complemento de
gran invalidez, y pagas extras y mínimos que procedan desde julio de
2017. El afectado, de 52 años y analista de sistemas, había sido
declarado en situación de incapacidad permanente total para su
profesión desde 2013, por sus circunstancias anteriores, aunque
pidió revisión de grado en 2017 por los síndromes nuevos.
En julio
de 2017, se le denegó la petición. El Instituto Nacional de la
Seguridad Social se opuso a su solicitud al considerar que el informe
del equipo de valoración de incapacidades no reflejaba una
agravación de las lesiones. Sin embargo, de acuerdo con el juez, los
hechos probados suponen "sin lugar a dudas" una agravación
del estado, y de ello existe una "abundante y clara
documentación".
Para el juez, con estas dolencias, "es más
que evidente" que su estado se ha agravado y que no está
capacitado para realizar ningún tipo de actividad laboral".
Así, añade que si bien es cierto que no se le puede considerar como
dependiente total, por su patología tiene "grandes
dificultades" para actividades cotidianas y sin la ayuda de otra
persona, su calidad de vida "se ve notablemente reducida, por no
decir prácticamente anulada y, con ello, su propia dignidad".
"NUEVA ESPERANZA" Para el despacho, este fallo judicial
"supone una nueva esperanza a los enfermos afectados por esta
patología considerada rara" y supone "la segunda vez que
los tribunales reconocen a los enfermos con sensibilidad
electromagnética y síndrome de sensibilidad química múltiple, una
enfermedad considerada rara, el derecho a percibir, además de una
prestación del 100% de su base reguladora, un complemento para poder
pagar a una tercera persona que les asista".
Esta es "una
reivindicación de estos pacientes que se ven obligados a vivir
aislados por los graves efectos, que la exposición a productos
químicos ambientales y electromagnéticos, provocan en su
salud".
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