Por Miguel Jara 19 de septiembre de
2019
Dos noticias recientes traen a la
actualidad de nuevo los impactos en la salud humana de la
contaminación por productos que utilizamos a diario. Por un lado
todo tipo de plásticos, usados incluso en la alimentación y por
otro el asunto de las nanopartículas, muy utilizadas en productos
cosméticos y de higiene personal cotidianos. Os lo cuento.
Un nuevo estudio sobre productos
plásticos de amplio uso confirma la toxicidad del contenido químico
de los mismos. Se trata del trabajo científico más completo sobre
la toxicidad de los productos químicos presentes en los productos
plásticos hasta la fecha y se ha publicado en Environmental Scienceand Technology bajo el título de «Evaluación comparativa de la
toxicidad in vitro y la composición química de los productos
plásticos de consumo».
Este análisis cubre ocho tipos
principales de polímeros: cloruro de polivinilo (PVC), poliuretano
(PUR), tereftalato de polietileno (PET), poliestireno (PS),
polipropileno (PP), polietileno de alta densidad (HDPE), polietileno
de baja densidad (LDPE) y ácido poliláctico (PLA).
Los investigadores encontraron
compuestos tóxicos en la mayoría de los extractos plásticos y
dieron prioridad en su trabajo a los productos químicos cuya
composición es más tóxica.
Entre los hallazgos está que el 74% de
los extractos de plástico contenían productos químicos que
desencadenan al menos un efecto tóxico relevante para la salud
humana (el estrés oxidativo, la citotoxicidad, la estrogénesis o la
antiandrogenicidad).
Los productos de consumo de plástico
populares pueden contener productos químicos disruptores endocrinos
(que imitan a nuestras hormonas) y los productos químicos utilizados
actualmente en los artículos y materiales plásticos en contacto con
alimentos pueden ser tóxicos para la salud humana.
Según la Alianza de Salud y Medio
Ambiente (HEAL), las prioridades urgentes incluyen el lanzamiento por
parte de la Comisión Europea de una nueva estrategia sobre
disruptores endocrinos, una actualización de la regulación de
materiales en contacto con alimentos y un cambio en el enfoque de la
regulación de plásticos.
Relacionado con esto de la
contaminación por productos de uso cotidiano, la Organización de
Consumidores y Usuarios (OCU) ha remitido una carta a la Agencia
Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) para
solicitar una investigación que permita conocer a fondo las
características de cada nanopartícula y descartar posibles riesgos para el consumidor.
Las nanopartículas son partículas de
pequeñísimo tamaño (de 1 a 100 nanómetros y un nanómetro es una
mil millonésima parte de un metro o la millonésima parte de un
milímetro) que se comportan de manera distinta a otros materiales
similares que no están en forma nano.
En el caso de los cosméticos, se usan
en cremas solares, antiarrugas, hidratantes, dentífricos o esmaltes
de uñas, en forma de nanoemulsiones, liposomas, nanocápsulas o
polvos micronizados. La OCU cree que la presencia de nanopartículas
en cosméticos debe ser una mención obligatoria en el envase de
todos los productos con nanopartículas y que las infracciones de las
normas de etiquetado deben sancionarse.
OCU advierte que el riesgo más claro
está en la inhalación y desaconseja utilizar nanomateriales en
aerosoles y pulverizadores que pueden quedar en el aire. En línea
con lo anterior de HEAL, considera que la legislación sobre
sustancias químicas en la Unión Europea (UE) debe adaptarse para
poder evaluar específicamente estos nuevos materiales.
Estas nanopartículas mejoran la
estabilidad de ingredientes como vitaminas, antioxidantes, ácidos
grasos, o fragancias. Además, aumentan la fotoestabilidad, eficacia
y tolerancia de varios filtros ultravioletas y hacen que algunos
productos, como las cremas solares, sean más fáciles de aplicar.
OCU advierte que actualmente no es posible establecer la total
inocuidad de estas nanopartículas.
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