Mª Teresa Pérez Gracia*. El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) es una enfermedad grave, compleja y debilitante caracterizada por una fatiga intensa, física y mental. Además de estas características básicas, algunos pacientes con SFC padecen diversos síntomas inespecíficos, como debilidad en las piernas, dolores musculares y articulares, deterioro de la memoria o la concentración, intolerancia a los olores e insomnio.
Esta enfermedad afecta a unos 17 millones de personas en todo el mundo. En España se calcula que entre un 0,2 y un 0,5 por ciento de la población general sufre esta enfermedad. Pero este porcentaje varía según la edad y el sexo, así en la población adulta entre los 25 y los 50 años supone alrededor del 1 por ciento, mientras que entre la población femenina el porcentaje de afectación asciende a un 2 por ciento, y con especial incidencia entre las mujeres de 35 a 40 años, y además, es mayor en las que tienen estudios superiores.
En el año 2009, científicos estadounidenses publicaron en la prestigiosa revista Science, la detección de un virus que provoca leucemia en ratones, denominado XRMV, en el 90 por ciento de pacientes con SFC, mientras que no se detectó en personas sanas.
Recientemente, en otro estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), por un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) y de la Universidad de Harvard, se ha confirmado la presencia de secuencias de genes del XRMV en pacientes con este síndrome. Estos científicos han hecho especial hincapié en la heterogeneidad del virus, por este motivo se ha propuesto el cambio de nomenclatura para el virus XMRV, que pasaría a denominarse HGRV (Gamma Retrovirus Humano). Asimismo, estos investigadores apuntan a que la transmisión de este virus a humanos podría producirse a través de las transfusiones de sangre, por lo que se recomienda que estos pacientes no sean donantes de sangre ni de órganos.
Aunque estos relevantes hallazgos apoyan la hipótesis de la implicación viral en la enfermedad, los investigadores apuntan a una coexistencia de factores predisponentes (genética, inactividad física en la infancia, inactividad tras una mononucleosis), factores desencadenantes (severo estrés físico o psíquico, infecciones víricas, sustancias químicas), factores de perpetuación y factores pronósticos.
Actualmente, se está estudiando la respuesta de este virus a tratamientos antiretrovirales para comprobar si se produce alguna mejoría en las pacientes. Así, si el tratamiento con estos fármacos resultara efectivo, se confirmaría la implicación de este virus en el desarrollo de la enfermedad y se establecería una clara relación de causa-efecto.
*Profesora de Microbiología de la Univ. CEU Cardenal Herrera
http://www.lasprovincias.es/v/20110108/salud/sindrome-fatiga-cronica-virus-20110108.html
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