domingo, 11 de marzo de 2012

La “bella” Obdulia, Telecinco, La Noria y la miseria y desvergüenza de la derecha española

Sunday, March 11, 2012 More articles in Opinion

Gustavo Vidal Manzanares .·. Opinión.

Programa La Noria. Telecinco. Una de la madrugada del sábado al domingo. Debate sobre la contrarreforma laboral. Vamos a asistir a una nueva actuación “underground” de nuestra derecha cavernaria…

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Los primeros compases perfilan su maldad y juego sucio. La periodista Carmen Tomás zahiere a una militante de UGT.

Otrora, Carmen Tomás defendía posiciones de izquierda, pero ya sabemos que todo el mundo tiene derecho a comer tres veces al día. El sábado, adoptando una postura chulesca y desconsiderada arremetía contra la sindicalista intentando focalizar con ella el debate, al tratarse de la tertuliana dialécticamente más débil.

Por su parte, la abogada del sindicato (?) ultraderechista “manos limpias” (¡tiene guasa el nombre!) no ocultaba sus trapacerías: interrumpir, crispar, difamar a los sindicatos y eludir el debate objetivo. También alardeaba de su condición de abogada, algo que no acierto a entender en un país donde levantas una escoba y encuentras siete abogados… ¿por qué me habrá salido la palabra escoba?

Pero no me centraré en la mala baba y orfandad argumental de esas dos sujetas. Básicamente porque la nota underground la aportó un ama de casa madura y oronda… la “bella” Obdulia.

Se encontraba entre el público a la espera de ser entrevistada. Al punto adoptó una pose lacrimógena, de sufrida desempleada con un hijo en paro, pero dispuesta “a apoyar la reforma laboral del Gobierno porque creará empleo”.

Tras alegar (mentir) que era apolítica se ciñó al guión de la caverna: injuriar y desprestigiar a las organizaciones sindicales. Para ello inventó un relato tragicómico…

Una mañana, mientras el hambre aguijoneaba sus tripas, se dirigió a un supermercado para comprar una lata de atún, único alimento que podía permitirse y… ¡horror, allí había un sindicalista! ¡Y no se trataba de uno cualquiera!... ¡era Cándido Méndez en carme mortal, el líder de UGT, dilapidando el dinero de los españoles en latas de caviar!

La escena, obviamente, no podía resultar más surrealista e increíble: Méndez comprando caviar en un supermercado de Ciempozuelos junto a los anaqueles del escabeche, los mejillones y las sardinillas en aceite vegetal.

Por su parte, la “bella” Obdulia prosiguió con su lagrimeo de pobre ama de casa en paro aunque inflamada de esperanza ante la reforma laboral del Gobierno y, eso sí, ajena a cualquier filia política.

Enternecedor. Hasta que Antonio Miguel Carmona enseñó la primera foto de la “bella” Obdulia… ¿dónde, en la cola del INEM? Nooooo, ¿comprando latas de atún? Tampoco… ¡esta ama de casa “apolítica” aparecía con bufanda pepera en un mitin del PP! Y fueron aflorando más testimonios gráficos, junto al ministro de Medio Ambiente, en cenas del PP, etc.

¿Sorprendente? Pues no, de la derecha española podemos esperar cualquier cosa, y no buena. Mienten, difaman, manipulan, crispan, insultan, desprestigian a las instituciones y particulares… la “bella” Obdulia es solo un guijarro en una larga y tortuosa senda de embustes e indignidad.

¿Y a dónde nos conduce esa senda de la derecha? Nos aboca a un modelo terrorífico. Una sociedad donde una minoría sea cada vez más rica mientras la mayoría de los ciudadanos vaya empobreciéndose y perdiendo derechos e ilusiones.

Por si esto fuera poco, esa mayoría menesterosa se iría cargando de hijos (ojo a la nueva ofensiva contra la interrupción voluntaria del embarazo). En suma, una sociedad injusta, hipócrita y fétida, en la pestilencia decimonónica donde tan placenteramente chapotea la caverna.

Yo no sé si algún día la mayoría de los ciudadanos se percatarán de estos planes o si, por desgracia, la manipulación y la calumnia continuarán imponiendo su fúnebre sintonía. Pero me gustaría concluir con una metáfora africana: El elefante dormido…

Puedes hacer lo que quieras ante un elefante dormido. Chillar, bailar, insultar, robar… pero si se despierta lo aplastará todo.

La mayor parte del pueblo español es todavía un elefante dormido. Los grandes poderes (banca, jerarquía religiosa y política, etc.) gritan, injurian y atacan. Con sus crueles alaridos y ultrajes pueden despertar al elefante…

Nota.- Mientras redacto este artículo persiste la duda sobre si el PP pagó a la “bella” Obdulia algún bocadillo de atún como retribución en especie por su asistencia al programa.

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