DOMINGO
15 DE ABRIL DE 2012 20:28 SONIA GARCÍA AUSÍN
Sonia.G.Ausin.- Según el informe
Trapos Sucios 2012 de Greenpeace, la ropas consumida en Europa
contienen tóxicos que acaban contaminando nuestros ríos. No es la
primera vez que se pone en evidencia la industria textil por el uso
de compuestos tóxicos que acaban teniendo efectos en la salud de
trabajadores y consumidores, y contaminando el medio ambiente.
La actual práctica de subcontratar la
producción en terceros países donde la legislación al respecto es
menos severa está aumentando este tipo de sustancias en nuestros
armarios y en la naturaleza.
Al
mismo tiempo que aumentan estas sustancias en nuestras prendas, se
elevan las denuncias y la preocupación de los consumidores. Por esta
razón muchas empresas están desarrollado
códigos de buena conducta para sus proveedores y se ocupan de
que se pongan en práctica, mientras otras
se desentienden
de
lo que ocurre en sus cadenas de producción [1].
El
estudio Trapos Sucios III: Recarga, 2012,
de Greenpeace, denuncia que dos
tercios de los 78 productos
estudiados, recogidos en tiendas de 18
países europeos,
contienen nonilfenol etoxilato (NPE), sustancia
prohibida en la Unión Europea
y con fuertes restricciones en China [2]. El estudio demuestra el uso
de sustancias tóxicas en las fábricas que abastecen a muchas
multinacionales del textil, ya anunciado en los resultados de las
invetigaciones previas Trapos
Sucios I y
Trapos
Sucios 2: Aireando la ropa
realizados por Greenpeace
internacional.
Trapos
Sucios 3: Recarga,
comprueba que la contaminación de las prendas de ropa va más allá
de los países donde se fabrican, contaminando
nuestros ríos, con el cotidiano gesto de lavar la ropa [3].
Los resultados demuestran que los límites actuales para sustancias
tóxicas, e impuestos por normas como Oeko-Tex,
no
son efectivos y dejan
margen para su uso durante la fabricación, lo
que conlleva su vertido
tanto en el país
de producción como en el de venta [2].
Según Li Yifang, jefe de campaña de
Greenpeace China, “los NPE alteran el desarrollo sexual y afectan
al sistema reproductivo, incluso en bajas concentraciones representan
una gran amenaza para el medio ambiente y la salud humana"[2].
Greenpeace
calcula que en 2010
el vertido de NPE a nuestros ríos podría haber superado las
100toneladas,
basándose
en que más de un millón de toneladas de textil fueron importadas a
España desde fuera de la UE y que se permiten 100 ppm (partes por
millón) de esta peligrosa sustancia por prenda[3].
La
Directiva
Marco de Aguas (legislación
europea que se aplica en todos los países de la Unión) establece
que esta sustancia debe desaparecer de las aguas en 2020. Las
depuradoras
no eliminan esta sustancia, [3]
sino
que aceleran su degradación y transformación
en NP
(nonilfenol) más
peligroso aún por ser persistente
[3],
bioacumulativo
[3]
y
tratarse de un potente disruptor
hormonal [3].
Los
productos con NPE hallados por Greenpeace fueron fabricados y
comercializados por 14 marcas líderes en el sector: Abercombie &
Fitch, Adidas, Calvin Klein, Converse, G-Star RAW, H&M, Kappa,
Lacoste, Li Ning, Nike, Puma, Ralph Lauren, Uniqlo y Youngor.
Otros
casos
El
reportaje de Rtve
“Víctimas de la moda” demostró
la utilización
de DMF
dimetil fumarato en zapato vendidos
en países europeos, el DMF es un fungicida no permitido en la UE
desde 2009, que provoca numerosas reacciones
en el cuerpo humano y se propaga rápidamente por el ambiente.
En
el curtido
de cuero, realizado
en países donde no existe regulación, se usan sustancias
cloro-orgánicas,
además de cromo que
se transforma en cromo VI, compuesto muy peligroso, puede ser puro
veneno para los seres humano. En
la mayoría de las fábricas, situadas en Bangladesh , los
trabajadores no cuentan con ningún tipo de protección y los
vertidos se tiran en los alrededores de la fábrica sin control.
Otra
peligrosa práctica en la fabricación de ropa de las grandes marcas
es el desgaste
de vaqueros mediante arena de cuarzo. Dicha
técnica acabó con cientos
de víctimas en Turquía donde
se acabó prohibiendo, pero que continúa en países asiáticos. Hoy
en día algunas marcas se preocupan en que este desgaste
se haga a mano.
El
negro
es
otro producto peligroso, ya que es muy difícil de producir y
conservar sin desgaste. No hay ninguna
forma de producirlo ecológicamente, este
tinte lleva muchos azoderivados,
cancerígenos.
Los azo derivados están prohibidos en la UE pero las anilinas que
son uno de sus derivados están permitidos.
Se
estima que solo
un 1% de la ropa esta libre de sustancias contaminantes y
son productos muy caros.
Cómo
averiguar qué productos son peligrosos y contaminantes
Existen
estudios para valorar el nivel de responsabilidad social de las
cadenas de venta de ropa más conocidas de Europa, pero pocos
analizan la responsabilidad ambiental.
Según
el estudio “Ética
en las cadena de moda”
de la OCU (organización de consumidores) efectuado en 2007 destacan
positivamente
la
sueca H&M, seguida por la española Mango. Adolfo
Domínguez, Springfield, Zara y C&A han hecho progresos, pero aún
podrían mejorar. Benetton, Celio y Promod no están tomando apenas
ninguna medida para garantizar que su ropa se ha fabricado de forma
responsable. Pero
como ya se ha hecho mención que la
ropa de H&M contiene NPE,
Greenpeace calcula que se
permiten entre 15
y 20
toneladas de
NPE
en
los productos textiles vendidos globalmente por H&M cada año,(con
su límite actual de 100 ppm) [3].
En
Europa contamos con el Sistema
RAPEX: alerta rápida para los productos que entrañen unriesgo
grave [4]. Permite
limitar o impedir la difusión de productos no alimentarios
peligrosos para la salud y la seguridad. Según
este sistema el
mayor porcentaje de prohibiciones (32%) corresponde productos
textiles
y
de confección, seguidos por los juguetes (25%) [5].
En cuanto a los productos ecológicos
hay que cuidar que aunque el cultivo sea ecológico, el tinte
también lo sea.
Cómo llegan los tóxicos a la ropa
Para tener una producción mayor e
intensiva en los cultivos de todo el mundo se usan grandes cantidades
de pesticidas (para matar plagas generalmente de bacterias, hongos,
insectos y animales) y herbicidas (para eliminar plantas no
deseadas). Estos productos usados sin control contienen sustancias
que son muy perjudiciales para los seres humanos que los manipulan e
incluso pueden llegar al consumidor final, a parte de contaminar el
medio donde se aplican [6][7].
Según
la OMS,
entre
500.000 y dos millones de personas aproximadamente son víctimas de
las sustancias utilizadas para proteger a las plantas; de
ellas, hasta 40.000 son víctimas mortales.los cultivos del mundo, el
algodón es en el que se aplican más pesticidas [7].
EL
cultivo de OMG,
Organismos Modificados Genéticamente,
comunmente conocidos como transgénicos,
desarrollaron plantas tolerantes a herbicidas, provocando la
aplicación de herbicida
en exceso.
La aplicación de estas sustancias acaban con la biodiversidad local.
Las
hierbas y animales, potenciales alimentos de otros insectos
y aves beneficiosos
para
los cultivos (polinizadores, insectos depredadores de otros insectos
perjudiciales, etc.) son eliminadas
aumentando
el riesgo de que se pierda el cultivo [7].
Cada año aumentan este tipo de
cultivos, y también las trabas para identificarlos. En los productos
transgénicos que no son alimentarios no es obligatorio el
etiquetado. Las grandes empresas de agroquímicos cuentan con una
presión política que garantizan sus intereses sin medir las
consecuencias sociales y ambientales [7].
Esta
industria donde destaca la multinacional Monsanto,
ambién toma el control
de las Universidades y los centros públicos de investigación
mediante los contratos de patrocinio y la financiación de numerosos
proyectos de investigación, fomentan aquellos estudios que más
convienen a sus intereses, contribuyendo cada vez más al alejamiento
de la producción agrícola de los sistemas naturales y
artificializando su evolución [7].
Los monocultivos genéticamente
homogéneos (OMG) no poseen los mecanismos ecológicos de defensa
necesarios para tolerar el impacto de las poblaciones epidémicas de
plagas, por lo que al cabo del tiempo son atacados por otras plagas
que no se pueden combatir.
En
el caso del algodón, los costos cada vez mayores de los productos
químicos y la caída de los precios en el mercado mundial han sumido
a los agricultores en progresivas espirales de endeudamiento.
Sector de transformación y confección
de ropa
Las condiciones insalubres de trabajo
es el día a día de miles de trabajadores de países asiáticos
donde se produce la mayor parte de la ropa consumida en Europa. En el
hilado de los textiles, el aire está lleno de pequeñas fibras y
polvo que contienen pesticida, que acaban produciendo enfermedades
pulmonares [7][8].
En
los centros
de teñido los trabajadores absorben sobre los disolventes, fijadores
y tintes
a
través de los pulmones y de la piel [7]. 7
En
el blanqueado de algodón y otros materiales para su posterior tinte
se utilizando cloro,elemento altamente tóxico y perjudicial, afecta
al sistema respiratorio. También se usan compuestos organoclorados,
que se vierten en las aguas de los alrededores generando residuos
altamente tóxicos y con una peligrosa capacidad de persistir y
acumularse en los seres vivos. Estos
compuestos provocan cáncer, alteraciones del sistema inmunológico y
problemas de reproducción [7].
Otra
consecuencia de esta deslocalización de la producción desde el
punto de vista mediombiental es el incremento
del
transporte.
Condiciones laborales
Según
la “Guía
para el consumo responsable Setem" en
la industria textil localizada en terceros países los trabajadores
(mujeres, la mayoría) cobran sueldos
que no llegan al mínimo para
sobrevivir, no existen contratos por escrito y las empresas despiden
a las trabajadoras, como
y cuando quieren sin indemnización. Empiezan a trabajar a los
catorce años y dejan de hacerlo a los 25, debido al gran desgaste
que sufren. Se dan muchos casos de explotación infantil y niños
trabajando.
Las
jornadas
laborales suelen ser de doce a catorce horas al día.
Con suerte, se dispone de un día de descanso semanal o una semana de
vacaciones al año. Se obliga a las trabajadoras a hacer un gran
número de horas extras, que a menudo ni se contabilizan ni se pagan.
Los sindicatos
suelen estar prohibidos o muy manipulados.
Las
condiciones sanitarias y las medidas de seguridad acostumbran a ser
muy pobres o inexistentes. En
las rebajas
se aumenta la presión en
los talleres para llegar a unas cuotas de producción diaria más
altas [8].
Estas
fábricas son llamadas Los
talleres del sudor (sweatshops).
Y no son una excepción en los denominados países del Norte, también
existen dentro del sector de la economía sumergida.
¿Qué hacer?
Exigir que las cadenas a las que
compramos las ropas tengan y apliquen Códigos de conducta:normas
mediante las cuales la empresa afirma su compromiso con el
cumplimiento de los derechos humanos en todas sus operaciones y en
todos los países en que trabajan, con el respeto a las leyes
nacionales (en especial a las leyes laborales y a los Convenios
Laborales Internacionales), y con el cuidado y la defensa del medio
ambiente [8].
Conocer y exigir información verídica
de los tipos de fibras utilizados en las prendas. Es preferible
comprar ropa fabricada con fibras naturales, e intentar que provengan
de cultivos ecológicos, sin un uso excesivo de plaguicidas y
herbicidas, sin blanqueantes y con tintes poco nocivos. Que la
empresa cuente con códigos de conducta y que se cumpla.
Para
entender las etiquetas es importante conocer las principales fibras
naturales que
son la lana,
seda, algodón y lino; las
fibras sintéticas poliéster, nylon, lycra, poliamida y tergal; y
las artificiales acetato, rayón y viscosa [8].
Se
recomienda el uso de fibras naturales porque las sintéticas y
artificiales acumulan electricidad estática, son menos cómodas en
el contacto con la piel, pueden manifestar alergias, y no permite una
buena transpiración. Provienen
de derivados del petróleo y de industrias químicas, que consumen
recursos naturales no renovables y vierten residuos contaminantes
a
los ríos y a la atmósfera [8].
En cuanto a las pieles como ya se ha
descrito el uso de cromo en el curtido es muy contaminante y
perjudicial para la salud, es muy importante conocer y exigir la
aplicación de otras técnicas como el curtido de forma vegetal.
Etiquetas.
Existen
dos tipos de etiquetas en la ropa comercializada en España.
Etiquetaje de composición que
identifica el material o los materiales que componen un producto
textil, y etiquetado
de conservación, que da información sobre el mantenimiento
y conservación de la prenda. Importante para evitar el deterioro.
Debe estar fijada al artículo y tener una duración igual a su vida
útil [8].
Otros
opciones para frenar los abusos sociales y ambientales en
la fabricación de ropa es reducir el consumo.
Hay
que cuidar
la ropa, reutilizarla si
esta en buenas condiciones, e incluso ir de compras a tiendas
de segunda mano
o tiendas
gratis.
En el caso que no sea posible su uso se puede reciclar, existen
contenedores
de ropa en los puntos limpios.
El consumo responsable, ¿es más caro?
¿No son los productos
convencionales demasiado baratos? la ropa no tiene por qué ser
más cara si se produce en condiciones laborales justas. Los costes
salariales son siempre inferiores al 5% del precio de un artículo de
ropa, de forma que a las multinacionales les queda mucho margen para
mejorar las condiciones laborales y la protección del medio ambiente
[8].
Hemos
de actuar como consumidores a la vez que exigir responsabilidad a las
empresas y autoridades públicas.
No merece la pena consumir ropa que
siembre de víctimas en otros lugares del mundo, ningún precio ha de
arrastrar la salud de seres humanos, sus vidas o el deterioro del
medio ambiente.
Fotos:
Fuentes de información:
- 3 Greenpeace ¿Cómo de sucia es tu colada?. Sara del Río. 20/03/2012
- 6 WWF International, (1999): The impact of Cotton on fresh water resources and ecosystems.
Otras
fuentes de información:
- Greenpeace Informe: Trapos Sucios I
- Greenpeace Informe: Trapos Sucios 2: Aireando la ropa
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