lunes, 16 de abril de 2012

Tóxicos en nuestra ropa

DOMINGO 15 DE ABRIL DE 2012 20:28 SONIA GARCÍA AUSÍN

Sonia.G.Ausin.- Según el informe Trapos Sucios 2012 de Greenpeace, la ropas consumida en Europa contienen tóxicos que acaban contaminando nuestros ríos. No es la primera vez que se pone en evidencia la industria textil por el uso de compuestos tóxicos que acaban teniendo efectos en la salud de trabajadores y consumidores, y contaminando el medio ambiente.

La actual práctica de subcontratar la producción en terceros países donde la legislación al respecto es menos severa está aumentando este tipo de sustancias en nuestros armarios y en la naturaleza.

Al mismo tiempo que aumentan estas sustancias en nuestras prendas, se elevan las denuncias y la preocupación de los consumidores. Por esta razón muchas empresas están desarrollado códigos de buena conducta para sus proveedores y se ocupan de que se pongan en práctica, mientras otras se desentienden de lo que ocurre en sus cadenas de producción [1].

El estudio Trapos Sucios III: Recarga, 2012, de Greenpeace, denuncia que dos tercios de los 78 productos estudiados, recogidos en tiendas de 18 países europeos, contienen nonilfenol etoxilato (NPE), sustancia prohibida en la Unión Europea y con fuertes restricciones en China [2]. El estudio demuestra el uso de sustancias tóxicas en las fábricas que abastecen a muchas multinacionales del textil, ya anunciado en los resultados de las invetigaciones previas Trapos Sucios I y Trapos Sucios 2: Aireando la ropa realizados por Greenpeace internacional.

Trapos Sucios 3: Recarga, comprueba que la contaminación de las prendas de ropa va más allá de los países donde se fabrican, contaminando nuestros ríos, con el cotidiano gesto de lavar la ropa [3]. Los resultados demuestran que los límites actuales para sustancias tóxicas, e impuestos por normas como Oeko-Tex, no son efectivos y dejan margen para su uso durante la fabricación, lo que conlleva su vertido tanto en el país de producción como en el de venta [2].

Según Li Yifang, jefe de campaña de Greenpeace China, “los NPE alteran el desarrollo sexual y afectan al sistema reproductivo, incluso en bajas concentraciones representan una gran amenaza para el medio ambiente y la salud humana"[2].

Greenpeace calcula que en 2010 el vertido de NPE a nuestros ríos podría haber superado las 100toneladas, basándose en que más de un millón de toneladas de textil fueron importadas a España desde fuera de la UE y que se permiten 100 ppm (partes por millón) de esta peligrosa sustancia por prenda[3].

La Directiva Marco de Aguas (legislación europea que se aplica en todos los países de la Unión) establece que esta sustancia debe desaparecer de las aguas en 2020. Las depuradoras no eliminan esta sustancia, [3] sino que aceleran su degradación y transformación en NP (nonilfenol) más peligroso aún por ser persistente [3], bioacumulativo [3] y tratarse de un potente disruptor hormonal [3].

Los productos con NPE hallados por Greenpeace fueron fabricados y comercializados por 14 marcas líderes en el sector: Abercombie & Fitch, Adidas, Calvin Klein, Converse, G-Star RAW, H&M, Kappa, Lacoste, Li Ning, Nike, Puma, Ralph Lauren, Uniqlo y Youngor.
Otros casos

El reportaje de Rtve “Víctimas de la moda” demostró la utilización de DMF dimetil fumarato en zapato vendidos en países europeos, el DMF es un fungicida no permitido en la UE desde 2009, que provoca numerosas reacciones en el cuerpo humano y se propaga rápidamente por el ambiente.

En el curtido de cuero, realizado en países donde no existe regulación, se usan sustancias cloro-orgánicas, además de cromo que se transforma en cromo VI, compuesto muy peligroso, puede ser puro veneno para los seres humano. En la mayoría de las fábricas, situadas en Bangladesh , los trabajadores no cuentan con ningún tipo de protección y los vertidos se tiran en los alrededores de la fábrica sin control.

Otra peligrosa práctica en la fabricación de ropa de las grandes marcas es el desgaste de vaqueros mediante arena de cuarzo. Dicha técnica acabó con cientos de víctimas en Turquía donde se acabó prohibiendo, pero que continúa en países asiáticos. Hoy en día algunas marcas se preocupan en que este desgaste se haga a mano.

El negro es otro producto peligroso, ya que es muy difícil de producir y conservar sin desgaste. No hay ninguna forma de producirlo ecológicamente, este tinte lleva muchos azoderivados, cancerígenos. Los azo derivados están prohibidos en la UE pero las anilinas que son uno de sus derivados están permitidos.
Se estima que solo un 1% de la ropa esta libre de sustancias contaminantes y son productos muy caros.

Cómo averiguar qué productos son peligrosos y contaminantes

Existen estudios para valorar el nivel de responsabilidad social de las cadenas de venta de ropa más conocidas de Europa, pero pocos analizan la responsabilidad ambiental.

Según el estudio “Ética en las cadena de moda” de la OCU (organización de consumidores) efectuado en 2007 destacan positivamente la sueca H&M, seguida por la española Mango. Adolfo Domínguez, Springfield, Zara y C&A han hecho progresos, pero aún podrían mejorar. Benetton, Celio y Promod no están tomando apenas ninguna medida para garantizar que su ropa se ha fabricado de forma responsable. Pero como ya se ha hecho mención que la ropa de H&M contiene NPE, Greenpeace calcula que se permiten entre 15 y 20 toneladas de NPE en los productos textiles vendidos globalmente por H&M cada año,(con su límite actual de 100 ppm) [3].

En Europa contamos con el Sistema RAPEX: alerta rápida para los productos que entrañen unriesgo grave [4]. Permite limitar o impedir la difusión de productos no alimentarios peligrosos para la salud y la seguridad. Según este sistema el mayor porcentaje de prohibiciones (32%) corresponde productos textiles y de confección, seguidos por los juguetes (25%) [5].

En cuanto a los productos ecológicos hay que cuidar que aunque el cultivo sea ecológico, el tinte también lo sea.

Cómo llegan los tóxicos a la ropa

Producción fibras naturales

Para tener una producción mayor e intensiva en los cultivos de todo el mundo se usan grandes cantidades de pesticidas (para matar plagas generalmente de bacterias, hongos, insectos y animales) y herbicidas (para eliminar plantas no deseadas). Estos productos usados sin control contienen sustancias que son muy perjudiciales para los seres humanos que los manipulan e incluso pueden llegar al consumidor final, a parte de contaminar el medio donde se aplican [6][7].

Según la OMS, entre 500.000 y dos millones de personas aproximadamente son víctimas de las sustancias utilizadas para proteger a las plantas; de ellas, hasta 40.000 son víctimas mortales.los cultivos del mundo, el algodón es en el que se aplican más pesticidas [7].

EL cultivo de OMG, Organismos Modificados Genéticamente, comunmente conocidos como transgénicos, desarrollaron plantas tolerantes a herbicidas, provocando la aplicación de herbicida en exceso. La aplicación de estas sustancias acaban con la biodiversidad local. Las hierbas y animales, potenciales alimentos de otros insectos y aves beneficiosos para los cultivos (polinizadores, insectos depredadores de otros insectos perjudiciales, etc.) son eliminadas aumentando el riesgo de que se pierda el cultivo [7].

Cada año aumentan este tipo de cultivos, y también las trabas para identificarlos. En los productos transgénicos que no son alimentarios no es obligatorio el etiquetado. Las grandes empresas de agroquímicos cuentan con una presión política que garantizan sus intereses sin medir las consecuencias sociales y ambientales [7].

Esta industria donde destaca la multinacional Monsanto, ambién toma el control de las Universidades y los centros públicos de investigación mediante los contratos de patrocinio y la financiación de numerosos proyectos de investigación, fomentan aquellos estudios que más convienen a sus intereses, contribuyendo cada vez más al alejamiento de la producción agrícola de los sistemas naturales y artificializando su evolución [7].

Los monocultivos genéticamente homogéneos (OMG) no poseen los mecanismos ecológicos de defensa necesarios para tolerar el impacto de las poblaciones epidémicas de plagas, por lo que al cabo del tiempo son atacados por otras plagas que no se pueden combatir.
En el caso del algodón, los costos cada vez mayores de los productos químicos y la caída de los precios en el mercado mundial han sumido a los agricultores en progresivas espirales de endeudamiento.

Sector de transformación y confección de ropa

Las condiciones insalubres de trabajo es el día a día de miles de trabajadores de países asiáticos donde se produce la mayor parte de la ropa consumida en Europa. En el hilado de los textiles, el aire está lleno de pequeñas fibras y polvo que contienen pesticida, que acaban produciendo enfermedades pulmonares [7][8].

En los centros de teñido los trabajadores absorben sobre los disolventes, fijadores y tintes a través de los pulmones y de la piel [7]. 7 En el blanqueado de algodón y otros materiales para su posterior tinte se utilizando cloro,elemento altamente tóxico y perjudicial, afecta al sistema respiratorio. También se usan compuestos organoclorados, que se vierten en las aguas de los alrededores generando residuos altamente tóxicos y con una peligrosa capacidad de persistir y acumularse en los seres vivos. Estos compuestos provocan cáncer, alteraciones del sistema inmunológico y problemas de reproducción [7].

Otra consecuencia de esta deslocalización de la producción desde el punto de vista mediombiental es el incremento del transporte.

Condiciones laborales

Según la “Guía para el consumo responsable Setem" en la industria textil localizada en terceros países los trabajadores (mujeres, la mayoría) cobran sueldos que no llegan al mínimo para sobrevivir, no existen contratos por escrito y las empresas despiden a las trabajadoras, como y cuando quieren sin indemnización. Empiezan a trabajar a los catorce años y dejan de hacerlo a los 25, debido al gran desgaste que sufren. Se dan muchos casos de explotación infantil y niños trabajando.

Las jornadas laborales suelen ser de doce a catorce horas al día. Con suerte, se dispone de un día de descanso semanal o una semana de vacaciones al año. Se obliga a las trabajadoras a hacer un gran número de horas extras, que a menudo ni se contabilizan ni se pagan.

Los sindicatos suelen estar prohibidos o muy manipulados. Las condiciones sanitarias y las medidas de seguridad acostumbran a ser muy pobres o inexistentes. En las rebajas se aumenta la presión en los talleres para llegar a unas cuotas de producción diaria más altas [8].

Estas fábricas son llamadas Los talleres del sudor (sweatshops). Y no son una excepción en los denominados países del Norte, también existen dentro del sector de la economía sumergida.

¿Qué hacer?

Exigir que las cadenas a las que compramos las ropas tengan y apliquen Códigos de conducta:normas mediante las cuales la empresa afirma su compromiso con el cumplimiento de los derechos humanos en todas sus operaciones y en todos los países en que trabajan, con el respeto a las leyes nacionales (en especial a las leyes laborales y a los Convenios Laborales Internacionales), y con el cuidado y la defensa del medio ambiente [8].

Conocer y exigir información verídica de los tipos de fibras utilizados en las prendas. Es preferible comprar ropa fabricada con fibras naturales, e intentar que provengan de cultivos ecológicos, sin un uso excesivo de plaguicidas y herbicidas, sin blanqueantes y con tintes poco nocivos. Que la empresa cuente con códigos de conducta y que se cumpla.

Para entender las etiquetas es importante conocer las principales fibras naturales que son la lana, seda, algodón y lino; las fibras sintéticas poliéster, nylon, lycra, poliamida y tergal; y las artificiales acetato, rayón y viscosa [8].

Se recomienda el uso de fibras naturales porque las sintéticas y artificiales acumulan electricidad estática, son menos cómodas en el contacto con la piel, pueden manifestar alergias, y no permite una buena transpiración. Provienen de derivados del petróleo y de industrias químicas, que consumen recursos naturales no renovables y vierten residuos contaminantes a los ríos y a la atmósfera [8].

En cuanto a las pieles como ya se ha descrito el uso de cromo en el curtido es muy contaminante y perjudicial para la salud, es muy importante conocer y exigir la aplicación de otras técnicas como el curtido de forma vegetal.
Etiquetas.

Existen dos tipos de etiquetas en la ropa comercializada en España. Etiquetaje de composición que identifica el material o los materiales que componen un producto textil, y etiquetado de conservación, que da información sobre el mantenimiento y conservación de la prenda. Importante para evitar el deterioro. Debe estar fijada al artículo y tener una duración igual a su vida útil [8].

Otros opciones para frenar los abusos sociales y ambientales en la fabricación de ropa es reducir el consumo.

Hay que cuidar la ropa, reutilizarla si esta en buenas condiciones, e incluso ir de compras a tiendas de segunda mano o tiendas gratis. En el caso que no sea posible su uso se puede reciclar, existen contenedores de ropa en los puntos limpios.

El consumo responsable, ¿es más caro?

¿No son los productos convencionales demasiado baratos? la ropa no tiene por qué ser más cara si se produce en condiciones laborales justas. Los costes salariales son siempre inferiores al 5% del precio de un artículo de ropa, de forma que a las multinacionales les queda mucho margen para mejorar las condiciones laborales y la protección del medio ambiente [8].

Hemos de actuar como consumidores a la vez que exigir responsabilidad a las empresas y autoridades públicas.

No merece la pena consumir ropa que siembre de víctimas en otros lugares del mundo, ningún precio ha de arrastrar la salud de seres humanos, sus vidas o el deterioro del medio ambiente.
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