Un
científico vigila el proceso de captación del CO2. (Air Fuel
Synthesis)
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La
tecnología, que se ha presentado en una conferencia sobre ingeniería
celebrada en Londres, consiste, a grandes rasgos y tal como ha
explicado a The Indepedent el director ejecutivo de la
compañía, Peter Harrison, en extraer el dióxido de carbono
del aire y el hidrógeno del agua para convertirlos en petróleo.
Según cuenta Harrison esta posibilidad era conocida, pero nadie
había logrado hasta ahora llevarla a cabo: “Parece petróleo y
huele como el petróleo, pero es mucho más limpio y claro que el
petróleo derivado de combustibles fósiles”. Su gran ventaja,
asegura, es que se puede usar en cualquier coche, avión o máquina y
no hay que cambiar la infraestructura, como sí ocurre con otro tipo
de nuevos combustibles.
“Lo
están haciendo. Yo he estado allí y lo he visto”
La
empresa asegura que ha logrado producir cinco barriles de petróleo
en menos de tres meses en su pequeña refinería. El
combustible puede ser utilizado con normalidad, tras añadir los
mismos aditivos que se añaden al petróleo convencional y,
según presumen sus creadores, si la electricidad que se necesita
para el proceso se obtiene de energías renovables su impacto
ambiental será nulo.
“Es
excitante como han logrado juntarlo todo de tal manera que funcione.
La innovación no radica en el método, radica en el proceso”
El
proyecto ha contado con una financiación aproximada de 1,3 millones
de euros, proveniente
de un grupo de filántropos anónimos y ha tardado dos años en
desarrollarse. Las compañías petroleras, sin embargo, no se han
interesado por la tecnología, pese a contar con el aval de la
asociación británica de ingenieros mecánicos (IMechE, por sus
siglas en inglés).
El responsable de energía y medio ambiente de
esta asociación aseguró ayer en el congreso, del que eran
anfitriones, que aunque todo esto parece demasiado bueno como para
ser cierto, “es cierto”, y podría cambiar las reglas en la
batalla contra el cambio climático: “Lo están haciendo. Yo he
estado allí y lo he visto. Se trata de una pequeña planta piloto en
la que capturan aire y extraen el CO2. Siguen principios y
componentes muy bien conocidos y consolidados, pero lo que es
excitante es como han logrado juntarlo todo de tal manera que
funcione. La innovación radica en el proceso”.
Finalmente
parece que es una empresa privada la que ha logrado desarrollar una
tecnología que se está persiguiendo en numerosos laboratorios de
todo el mundo. Uno
de los centros que perseguía objetivos similares a los de Air Fuel
Synthesis es la Ciudad
de la Energía de Ponferrada,
que logró algún avance en el desarrollo de tecnologías similares
pero que, como casi todos los centros de investigación españoles,
está pasando por problemas de financiación.
Un
proyecto a largo plazo
Los
ejecutivos de Air Fuel Synthesis pretenden seguir desarrollando el
proyecto yplanean la
construcción, en dos años, de una gran planta en la que se pueda
sintetizar una tonelada de petróleo diaria,
para empezar a comercializar el producto.
Aunque
el desarrollo de este petróleo sintético parece prometedor, aún
debe superar un importante escollo. El sistema está diseñado
para obtener el CO2 del aire, pero de momento se está utilizando
también dióxido de carbono de origen industrial. Para que se
pueda usar la nueva tecnología a escala industrial se debe mejorar
el sistema de captura de carbono que, de momento, sigue siendo
todavía demasiado costoso. Según informa The Independent,
capturar una sola tonelada de dióxido de carbono cuesta en torno a
los 500 euros.
El
proceso, en términos técnicos, funciona de la siguiente manera: se
mezcla hidróxido de sodio (NaOH) con dióxido de carbono para
obtener carbonato sódico (Na2CO3) del cual, mediante un proceso de
electrólisis, se obtiene CO2 puro. El hidrógeno necesario para la
obtención de, primero metanol y luego petroleo, se obtiene por
hidrólisis de vapor de agua capturado con un desecante.
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