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por Mario
Rodríguez
-
febrero 18, 2013
Estoy
a punto de partir hacia el Congreso de los Diputados junto con
Esteban, director de Amnistía Internacional y José María, Director
de Intermon Oxfam. Vamos a entregar al presidente
Rajoy y a los portavoces de los Grupos Parlamentarios un decálogo
frente a la crisis.
La
sociedad está ya cansada de ver cómo siempre son los mismos, los
más débiles, quienes pagan por las crisis que generan los más
poderosos.
Amnistía
Internacional, Intermon Oxfam y Greenpeace llevan
muchos años trabajando conjuntamente para denunciar y poner coto a
los desmanes que, con la excusa de la crisis, se están cometiendo y
de poner las bases para iniciar un nuevo ciclo donde los
derechos de las personas, la igualdad social y el medio ambiente sean
la piedra angular para ganar el futuro.
Vivimos
una situación política controvertida, una economía inestable, una
pérdida de derechos sociales y una degradación ambiental sin
precedentes, que están haciendo recaer en los sectores más
vulnerables el peso de una crisis que no han producido ellos.
Mientras, el mantra de la austeridad se ceba con los más débiles.
Se está limitado la sanidad universal, mermado la calidad de la
educación, recortando la solidaridad internacional, produciendo una
regresión
de las políticas sociales y medioambientales sin precedentes.
Nos
encontramos ante una encrucijada histórica. Y esta vez, el medio
ambiente no debe pagar los platos rotos porque no tenga ni madre ni
padre que cuide de él. Con la excusa de la crisis, vemos cómo se
pone a disposición de unos pocos el patrimonio natural de todos;
como
ex-presidentes de gobierno, ministros, secretarios de estado y un
largo etcétera de cargos públicos acaban en compañías eléctricas,
petroleras o constructoras; cómo
el tsunami de la corrupción urbanística se lleva por delante
bosques y playas; como el oligopolio eléctrico pone en jaque a uno
de los pocos sectores de futuro en este país como son las energías
renovables.
Con
una intensidad y rapidez sin precedentes el Gobierno esta procediendo
a desmantelar toda ley de protección ambiental que se encuentre por
el camino y que suponga un obstáculo para la inversión. Su avidez
por privatizar todo aquello que se ponga a tiro es insaciable, ya sea
el agua, el litoral o los montes de utilidad pública. Frivolizan
sobre la lucha contra el cambio climático, uno de los grandes
desafíos a los que se enfrenta la humanidad, y apuestan, si el más
mínimo rubor, por un modelo pesquero y agrícola condenado al
colapso. Apuestan
por energías sucias, caras y peligrosas como la nuclear, el carbón
y el petróleo.
El
medio ambiente es la gran oportunidad para salir de la crisis y quien
no lo quiera ver debería hacerse mirar la vista de cerca y sobre
todo de lejos. Apostar
por la sostenibilidad es apostar por la mejora de la calidad de vida
de las personas, es apostar por la generación de empleo estable y de
calidad. Movilidad sostenible, energías renovables, ahorro y
eficiencia energética para ganar la batalla al cambio climático,
porque nos la jugamos en los próximos años; pesca y agricultura
sostenibles para unos océanos y bosques con futuro; rehabilitación
de viviendas bajo criterios ecológicos para ofrecer un futuro a un
sector de la construcción que vomita miles de parados cada día;
gestión forestal próxima a la naturaleza para evitar que los
incendios forestales arruinen nuestros bosques.
Un
país que se acerca a los 6.000.000 de parados no puede dar la
espalda a sectores económicos altamente generadores de empleo y en
los que está la clave para una transición hacia un nuevo modelo
económico, una transición que ha de ser justa, teniendo siempre en
cuenta a los sectores más desfavorecidos.
A
lo largo de sus 40 años de historia, Greenpeace ha podido constatar
cómo, en cuanto asoma una crisis económica, el medio ambiente se
convierte en una presa fácil y codiciada por “los mercados” que,
ante la pasividad de los gobiernos, hacen caja, y obligan a empezar
el ciclo perverso y demoledor.
Por
eso vamos al Parlamento a entregar al Gobierno y a los Grupos
Parlamentarios un decálogo de medidas frente a la crisis. En él
pedimos que se adopten las políticas necesarias para garantizar,
ante todo, los derechos de las personas, reorientar la gestión de
los recursos naturales y el modelo energético a favor del empleo y
la sostenibilidad, y apostar por una política fiscal y económica
equitativa y justa. La
ciudadanía está diciendo alto y claro: ¡Así, NO!
Mario
Rodríguez (@mario_rod_var), director ejecutivo de Greenpeace
España
(Imagen cedida por el blog Mis raíces en tus aguas)
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