Alberto
Vigario | 7/02/2013
Ana Mato, ministra de Sanidad.
Foto: Efe
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La exigencia de reducir el
gasto sanitario en los presupuestos anuales tiene sus riesgos. En la
semana en que se conmemora en todo el mundo la lucha contra el
cáncer, numerosos profesionales sanitarios y pacientes han
denunciado a el Economista Sanidad una situación que viven desde
hace tiempo y que ha empeorado en el último año: los nuevos avances
en su tratamiento tardan cada vez más en llegar a España y en
algunos casos este retraso se acerca ya a los dos años.
"Hay fármacos contra el
cáncer, ya aprobados en Estados Unidos y en Europa, que han demostrado su eficacia y una mayor tasa de supervivencia en los
pacientes, que no podemos usar todavía en España porque están
parados en el Ministerio de Sanidad a la espera de su autorización",
denuncia el doctor Javier Cortés, oncólogo del Hospital Vall
d'Hebron de Barcelona y uno de los investigadores españoles más
reconocidos internacionalmente en el cáncer de mama.
El doctor Cortés pone el ejemplo de un
medicamento actual en cáncer de mama que está teniendo una gran
respuesta en las pacientes "lleva ya como un año y medio
aprobado y usándose en Estados Unidos y otros países de Europa, y
todavía no podemos utilizarlo con nuestras pacientes porque no está
aprobado en España", asegura.
La situación del retraso en España en
este campo de la medicina no es nueva, aseguran los profesionales,
pero lo preocupante es que "los retrasos están yendo a más
desde hace un tiempo", afirma este reconocido oncólogo.
El Ministerio alega precios altos
Desde el Ministerio de Sanidad se acusa
indirectamente a la industria farmacéutica de esta situación al
presentar "precios excesivos para los nuevos tratamientos contra
el cáncer", como afirma el director general de Cartera Básica
de Servicios del SNS y Farmacia del Ministerio, Agustín Rivero, que
además avisa de que "si no demuestran ser coste-efectivos no se
financiarán por el Sistema Nacional de Salud".
La negociación de estos precios no se
diferencia mucho de cualquier acuerdo entre partes. La farmacéutica
es la que ofrece un precio de salida y, a partir de ahí, Sanidad
analiza los beneficios terapéuticos de cada indicación para, si es
coste-efectivo, proponer el precio por el que está dispuesto a
financiarlo. "Siempre se negocia hasta llegar a un acuerdo y,
si no hay consenso, no se financia. Es un tira y afloja",
reconoce el director general de Farmacia del Ministerio.
Sin embargo, en el último año este
portavoz de Sanidad reconoce que ha habido dos medicamentos contra el
cáncer que "no han superado el listón fijado" por Sanidad
y ha sido rechazada su financiación.
Rivero insiste en que el departamento
de Ana Mato "apoya la innovación y la introducción de todos
los medicamentos contra el cáncer que sean necesarios" pero,
como puntualiza, siempre que su coste-eficacia sea "adecuado".
Según el portavoz del Ministerio, los
nuevos medicamentos autorizados en Europa vienen con precios
"extremadamente gravosos" cuando además, en determinados
casos "aportan pequeñas mejoras" con respecto al
tratamiento anterior. "Yo entiendo que los precios deben ser
altos porque hay mucha investigación detrás, y los ensayos clínicos
son muy caros, pero a veces se evalúa el coste-eficiencia y nos
parece caro para el sistema" señala el alto cargo de Sanidad.
Desde la industria farmacéutica la
situación se ve distinta. Para Felipe Fernández, director de la
Unidad de Oncología de Novartis, la realidad hoy en día en España
es que teniendo en cuenta los procesos de revisión técnica y
evaluación económica, "un paciente oncológico en Europa
tarda de media 12 meses más que un paciente en Estados Unidos en
acceder a la nueva terapia. Y en España la situación ha empeorado
sensiblemente el año pasado", afirma. Para Fernández, "un
año o en algunos casos dos años de retraso para un paciente de
cáncer es mucho tiempo", señala.
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