Conocer
la naturaleza de las radiaciones que nos rodean y su funcionamiento
nos ayudará a protegernos mejor de sus efectos nocivos. Esto es
especialmente importante en espacios donde viven personas que pueden
ser más vulnerables, como niños, mujeres embarazadas, personas
mayores, o pacientes con algún tipo de enfermedad.
Hay
estudios que sugieren una relación entre una exposición continua a
campos
magnéticos
y las altas tasas de leucemia
en
los niños. Esta sospecha se ve confirmada por las Directrices de
Bonn (Wissenschaftsladen Bonn), que trata desde hace años con el
problema de la radiación.
La Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), la Oficina Federal de
Protección contra la Radiación (BfS) y las iniciativas de la
Federación de Consumidores hacen un llamamiento a la contención de
la radiación.
Especialmente
los niños y el dormitorio deben estar libres de campos
eléctricos.Los
problemas de sueño
o
concentración a menudo puede ser la presencia de la contaminación
electromagnética.
La
onda electromagnética es la contaminación producida por los campos
electromagnéticos,
tanto de alta como de baja frecuencia, son campos generados
artificialmente por las instalaciones eléctricas, (por cualquier
electrodoméstico o aparato que esté conectado a la red alterna de
distribución, incluso cuando están apagados) y por la transmición
inalámbrica de datos (móviles, antenas emisoras, teléfonos
inalámbricos, wifi, W-lan, etc)
Conocer
la naturaleza de las radiaciones que nos rodean y su funcionamiento
nos ayudará a protegernos mejor de sus efectos nocivos. Esto es
especialmente importante en espacios donde viven personas que pueden
ser más vulnerables, como niños, mujeres embarazadas, personas
mayores, o pacientes con algún tipo de enfermedad.
Para
mejorar nuestro bienestar y aumentar nuestra calidad de vida, basta
con tener en cuenta varios consejos básicos referentes a la calidad
de nuestro entorno, tanto en el hogar
como
en la oficina.
Móviles.
No transportes el móvil en el bolsillo y, cuando hables, hazlo con
el manos libres o con auriculares de tubo de aire. Alejándolo de tu
cuerpo estás protegiéndote de sus radiaciones. Conecta el Bluetooth
o el WiFi sólo cuando lo necesites. Procura que los niños no
utilicen los móviles.
Electrodomésticos.
La lavadora, microondas, horno, caldera, cocinas de inducción o
vitrocerámica no deben estar en la pared contigua a la cabecera de
tu cama. Aun estando apagados, emiten radiaciones que traspasan la
pared.
Instalación
eléctrica. Comprueba que el cableado no emite más radiaciones
de lo estrictamente necesario y que las tomas de tierra funcionan
bien.
Tecnologías
inalámbricas. Las tecnologías sin cables, como los teléfonos
inalámbricos DECT o los routers WiFi, saturan nuestro entorno de
radiaciones de altas frecuencias. Elige preferiblemente tecnologías
con cable, y recurre a las tecnologías inalámbricas sólo si es
inevitable, siempre colocando las fuentes de las radiaciones lejos de
los lugares de alta permanencia.
Gas
radón. Cuando decores tu casa, vigila el uso de algunos
materiales que pueden ser fuente de gas radón: es radiactivo y una
de las mayores causas de cáncer de pulmón. Si el inmueble está
construido sobre suelos graníticos o cuenta con materiales de riesgo
como algunos tipos de basaltos, granitos o cerámicas, asegúrate de
que hay una buena ventilación.
Antenas
y cables. Antes de adquirir una nueva vivienda u oficina, vigila
que no haya cerca antenas de telecomunicaciones o de teléfonos
móviles, líneas de alta tensión, tendido eléctrico o
transformadores urbanos.
Ventilación
y materiales. Evita el uso excesivo de materiales sintéticos en
moquetas, barnices o mobiliario. Mantén una humedad relativa
superior al 50% y ventila con frecuencia. Humidificadores e
ionizadores pueden contribuir a mejorar la calidad del ambiente.
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