Greenpeace
analiza los plaguicidas dañinos para las abejas en plantas
ornamentales vendidas en Europa
•elmercuriodigital
▫ La agricultura industrial actual depende de distintos insumos
químicos sintéticos, que van desde los fertilizantes hasta los
plaguicidas tóxicos. Estos plaguicidas están diseñados para
combatir las plagas de insectos y de hongos, así como para el
control de plantas adventicias (las llamadas “malas
hierbas”).
Apenas parece haber trabajos sobre la presencia de residuos de plaguicidas en las plantas ornamentales en Europa. Parece probable que las plantas estén tratadas con plaguicidas que afectan a las abejas y que son comercializadas para plantarlas al aire libre, lo que representa una vía de exposición y, por tanto, un riesgo importante para las abejas y otros polinizadores.
Apenas parece haber trabajos sobre la presencia de residuos de plaguicidas en las plantas ornamentales en Europa. Parece probable que las plantas estén tratadas con plaguicidas que afectan a las abejas y que son comercializadas para plantarlas al aire libre, lo que representa una vía de exposición y, por tanto, un riesgo importante para las abejas y otros polinizadores.
De hecho, es muy
significativo el uso de diversos plaguicidas para producir flores que
en muchas ocasiones se cultivan en los jardines y balcones de casa
así como en parques públicos. De esta forma, compradores
institucionales y personas consumidoras se transforman en cómplices
involuntarios de la contaminación del medio ambiente y ponen las
abejas en peligro.
Este estudio explica los resultados del análisis de laboratorio realizados en plantas ornamentales procedentes de centros de jardinería, supermercados y tiendas de bricolaje de 10 países de Europa. Las muestras se componen de más de 35 variedades populares como las violetas, las campanillas y la lavanda que son flores muy atractivas para las abejas. En general, se encontraron niveles de contaminación significativos y relevantes en el muestreo general. De las 86 muestras analizadas, se encontraron residuos de plaguicidas en 84 (lo que supone un 97,6 %). Sólo el 2% de las muestras no contenían residuos detectables. Con mucha frecuencia, los análisis dieron positivo en insecticidas de especial importancia en toxicología para las abejas. En 68 de las 86 muestras ornamentales (el 79 %) se detectaron residuos de plaguicidas peligrosos para las abejas.
Los tres plaguicidas neonicotinoides que han sido restringidos en toda Europa para ciertos usos agrícolas con el fin de evitar la exposición de las abejas a estas sustancias, fueron encontrados en casi la mitad de las muestras. Concretamente el 43% de las muestras contenía imidacloprid, Resumen ejecutivo “Un edén tóxico” . Página 2/3 el 8% contenía tiametoxam y la clotianidina se detectó en el 7% del total de las muestras, en parte en altas concentraciones.
Aunque no se puede extraer una conclusión definitiva acerca de su impacto en las abejas, el estudio demuestra que es posible que las abejas y otros polinizadores estén expuestos a concentraciones tóxicas de algunos de estos plaguicidas. Esto es importante, ya que demuestra que la prohibición impuesta en la UE tiene grandes lagunas y no es adecuada para proteger a las abejas en su formato actual.
Los neonicotinoides (como algunos otros plaguicidas) son sistémicos, lo que significa que los productos químicos tóxicos son absorbidos por las todas las parte de la planta y transportados a lo largo de todo los tejidos (hojas, flores, raíces y tallos, así como polen y néctar). Incluso cuando las flores se cultivan en invernaderos cerrados en las primeras etapas de cultivo y se tratan con neonicotinoides, siguen representando un peligro para las abejas, cuando personas e instituciones compran estas flores y las plantan en parques, jardines y balcones.
Además de los insecticidas encontrados en las muestras, también se detectaron una gran variedad de fungicidas. El más común que se detectó fue el boscalida que apareció en 44,2% de las muestras analizadas. 12 de las 86 plantas ornamentales (14 %) analizadas contenían plaguicidas no autorizados en la Unión Europea incluyendo dos que son tóxicos para las abejas. Esto puede ser debido a aplicaciones ilegales dentro de Europa o debido a las importaciones de plantas tratadas con plaguicidas procedentes de países donde los estándares son menos rigurosos que los de la UE. La existencia frecuente de residuos de plaguicidas no autorizados en plantas ornamentales que se venden en Europa (incluyendo algunos de los plaguicidas tóxicos para las abejas) pone de manifiesto la urgente necesidad de mejores y rigurosos sistemas de gestión y seguimiento de la cadena de suministro en el sector de la floricultura. El nivel de protección para las abejas y otros polinizadores no puede verse afectado por plaguicidas ilegales y peligrosos para las abejas.
Teniendo en cuenta todos los plaguicidas encontrados, la mayor productora es Bayer Crop Science que fabrica 6 de los 18 plaguicidas peligrosos para las abejas que han sido detectados. Seguido muy de cerca por la empresa Syngenta con cinco plaguicidas.
Estos resultados pueden ser considerados como una "instantánea" del sector de la floricultura en Europa, destacando el uso significativo de plaguicidas en las cadenas de suministro de la producción de plantas ornamentales en toda Europa. Aunque no se puede hacer ninguna comparación significativa entre las diferentes variedades de plantas o los distintos países, los resultados son significativos. Los resultados muestran claramente que las restricciones existentes sobre el uso de ciertos neonicotinoides no son adecuadas para proteger a las abejas y otros polinizadores. Las plantas analizadas son muy conocidas por ser atractivas para las abejas y por lo tanto son una posible fuente de alimento para abejas y otros Resumen ejecutivo “Un edén tóxico” . Página 3/3 insectos polinizadores. En consecuencia, existe una necesidad urgente de eliminar las lagunas existentes en las restricciones de la UE sobre el imidacloprid, el tiametoxam y la clotianidina, así como prohibir explícitamente su uso en invernaderos. Además, los responsables políticos europeos deben garantizar que todos los plaguicidas identificados como perjudiciales para las abejas no se utilicen en la floricultura.
Con el fin de garantizar la protección de las abejas y de otros polinizadores es necesario y urgente un cambio fundamental hacia la producción ecológica tanto en la agricultura como en la floricultura. La agricultura ecológica no se basa en el uso de plaguicidas que afectan a las abejas, sino que las beneficia proporcionando ambientes sanos y seguros en parques y jardines donde los insectos y la biodiversidad pueden prosperar.
http://www.greenpeace.org/espana/Global/espana/2014/Report/abejas/gpe_informe_plaguicidas_plantas_ornamentales.pdf
Este estudio explica los resultados del análisis de laboratorio realizados en plantas ornamentales procedentes de centros de jardinería, supermercados y tiendas de bricolaje de 10 países de Europa. Las muestras se componen de más de 35 variedades populares como las violetas, las campanillas y la lavanda que son flores muy atractivas para las abejas. En general, se encontraron niveles de contaminación significativos y relevantes en el muestreo general. De las 86 muestras analizadas, se encontraron residuos de plaguicidas en 84 (lo que supone un 97,6 %). Sólo el 2% de las muestras no contenían residuos detectables. Con mucha frecuencia, los análisis dieron positivo en insecticidas de especial importancia en toxicología para las abejas. En 68 de las 86 muestras ornamentales (el 79 %) se detectaron residuos de plaguicidas peligrosos para las abejas.
Los tres plaguicidas neonicotinoides que han sido restringidos en toda Europa para ciertos usos agrícolas con el fin de evitar la exposición de las abejas a estas sustancias, fueron encontrados en casi la mitad de las muestras. Concretamente el 43% de las muestras contenía imidacloprid, Resumen ejecutivo “Un edén tóxico” . Página 2/3 el 8% contenía tiametoxam y la clotianidina se detectó en el 7% del total de las muestras, en parte en altas concentraciones.
Aunque no se puede extraer una conclusión definitiva acerca de su impacto en las abejas, el estudio demuestra que es posible que las abejas y otros polinizadores estén expuestos a concentraciones tóxicas de algunos de estos plaguicidas. Esto es importante, ya que demuestra que la prohibición impuesta en la UE tiene grandes lagunas y no es adecuada para proteger a las abejas en su formato actual.
Los neonicotinoides (como algunos otros plaguicidas) son sistémicos, lo que significa que los productos químicos tóxicos son absorbidos por las todas las parte de la planta y transportados a lo largo de todo los tejidos (hojas, flores, raíces y tallos, así como polen y néctar). Incluso cuando las flores se cultivan en invernaderos cerrados en las primeras etapas de cultivo y se tratan con neonicotinoides, siguen representando un peligro para las abejas, cuando personas e instituciones compran estas flores y las plantan en parques, jardines y balcones.
Además de los insecticidas encontrados en las muestras, también se detectaron una gran variedad de fungicidas. El más común que se detectó fue el boscalida que apareció en 44,2% de las muestras analizadas. 12 de las 86 plantas ornamentales (14 %) analizadas contenían plaguicidas no autorizados en la Unión Europea incluyendo dos que son tóxicos para las abejas. Esto puede ser debido a aplicaciones ilegales dentro de Europa o debido a las importaciones de plantas tratadas con plaguicidas procedentes de países donde los estándares son menos rigurosos que los de la UE. La existencia frecuente de residuos de plaguicidas no autorizados en plantas ornamentales que se venden en Europa (incluyendo algunos de los plaguicidas tóxicos para las abejas) pone de manifiesto la urgente necesidad de mejores y rigurosos sistemas de gestión y seguimiento de la cadena de suministro en el sector de la floricultura. El nivel de protección para las abejas y otros polinizadores no puede verse afectado por plaguicidas ilegales y peligrosos para las abejas.
Teniendo en cuenta todos los plaguicidas encontrados, la mayor productora es Bayer Crop Science que fabrica 6 de los 18 plaguicidas peligrosos para las abejas que han sido detectados. Seguido muy de cerca por la empresa Syngenta con cinco plaguicidas.
Estos resultados pueden ser considerados como una "instantánea" del sector de la floricultura en Europa, destacando el uso significativo de plaguicidas en las cadenas de suministro de la producción de plantas ornamentales en toda Europa. Aunque no se puede hacer ninguna comparación significativa entre las diferentes variedades de plantas o los distintos países, los resultados son significativos. Los resultados muestran claramente que las restricciones existentes sobre el uso de ciertos neonicotinoides no son adecuadas para proteger a las abejas y otros polinizadores. Las plantas analizadas son muy conocidas por ser atractivas para las abejas y por lo tanto son una posible fuente de alimento para abejas y otros Resumen ejecutivo “Un edén tóxico” . Página 3/3 insectos polinizadores. En consecuencia, existe una necesidad urgente de eliminar las lagunas existentes en las restricciones de la UE sobre el imidacloprid, el tiametoxam y la clotianidina, así como prohibir explícitamente su uso en invernaderos. Además, los responsables políticos europeos deben garantizar que todos los plaguicidas identificados como perjudiciales para las abejas no se utilicen en la floricultura.
Con el fin de garantizar la protección de las abejas y de otros polinizadores es necesario y urgente un cambio fundamental hacia la producción ecológica tanto en la agricultura como en la floricultura. La agricultura ecológica no se basa en el uso de plaguicidas que afectan a las abejas, sino que las beneficia proporcionando ambientes sanos y seguros en parques y jardines donde los insectos y la biodiversidad pueden prosperar.
http://www.greenpeace.org/espana/Global/espana/2014/Report/abejas/gpe_informe_plaguicidas_plantas_ornamentales.pdf