Investigadores
publicaron una lista de químicos que podrían ser potencialmente
tóxicos para los cerebros de los niños
Por
Saundra
Young,
21 de marzo de 2014
En
siete años se duplicó la cantidad de sustancias químicas
que
pueden dañar el desarrollo neurológico de los niños:
estudio.
(Getty Images / Archivo).
|
(CNN)
— La
cantidad de químicos que se conoce como tóxica para los cerebros en
desarrollo de los niños se duplicó en los últimos siete años, de
acuerdo con investigadores.
El
médico Philip Landrigan en la Escuela de Medicina Mount Sinai en
Nueva York, Estados Unidos, y el médico Philippe Grandjean de la
Escuela de Salud Pública Harvard en Boston, Estados Unidos, autores
de una investigación publicada en la revista The
Lancet Neurology,
dicen que la noticia es tan problemática que piden una revisión
mundial del proceso regulatorio para proteger los cerebros de los
niños.
Los
dos estudiaron químicos industriales durante aproximadamente 30
años. En 2006, publicaron datos en los que se identifican a cinco
químicos
como neurotóxicos; sustancias que impactan el desarrollo del cerebro
y pueden causar varias discapacidades del desarrollo neurológico
incluidas el trastorno por déficit de atención e hiperactividad
(TDAH), autismo, dislexia y otros daños cognitivos, dijeron.
Esos
cinco son el plomo, metilmercurio, arsénico, bifenilos
policrorados, o PCBs,
y el tolueno.
Ahora,
después de más revisiones, seis químicos más fueron añadidos a
la lista: manganeso; flúor; tetracloroetileno, un solvente; una
clase de químicos llamada éteres difenílicos polibromados, o
retardadores de fuego; y dos pesticidas, clorpirifos, que es
altamente utilizado en la agricultura, y diclorodifeniltricloroetano,
o DDT.
Para
examinar el flúor, que está en el agua de la llave en muchas áreas,
Landrigan y Grandjean observaron un análisis de 27 estudios de
niños, en su mayoría en China, quienes estuvieron expuestos al
flúor en el agua potable en altas concentraciones. En los datos,
dijeron, se sugiere una disminución en promedio de aproximadamente
siete puntos de IQ.
“Estamos
muy preocupados de que hay varios otros químicos allá afuera en
productos de consumo con los que todos estamos en contacto
diariamente y que tienen el potencial para dañar el cerebro en
desarrollo, pero nunca se sometieron a pruebas de seguridad”, dijo
Landrigan.
“En
los últimos seis o siete años en realidad añadimos químicos
tóxicos para el cerebro a una mayor velocidad de la que añadimos
evidencia de toxicidad a los cerebros de los niños”, dijo
Grandjean.
“Al
menos 1,000 químicos con animales de laboratorio mostraron que de
alguna manera interfieren con la función cerebral en roedores; ratas
y ratones, y esos son los principales candidatos para el control
regulatorio para proteger los cerebros humanos en desarrollo. Pero
esta prueba no se realizó sistemáticamente”.
¿En
un mayor riesgo? Las mujeres embarazadas y niños, de acuerdo con
Grandjean. Según la revisión, la mayor ventana de vulnerabilidad
ocurre en el útero, en la lactancia y en la primera infancia.
El
impacto no está limitado a la pérdida de puntos IQ
"Más
allá del IQ, hablamos de problemas de comportamiento; reducción del
lapso de atención, un mayor riesgo de TDAH”, dijo Landrigan.
“Hablamos
de problemas emocionales, menor control de impulsos, (ser) más
propenso a tomar malas decisiones, meterse en problemas, tener
dislexia y salirse de la escuela. … Estos son problemas que se
establecen al principio, pero avanzan hasta la niñez, adolescencia,
incluso la vida adulta”.
No
solo son los niños: todos estos compuestos también son tóxicos
para los adultos. De hecho, en 2006, la pareja documentó 201
químicos tóxicos para el sistema nervioso adulto, que normalmente
se derivan de exposiciones ocupacionales, envenenamientos e intentos
de suicidio.
Landrigan
y Grandjean ahora dicen que todos los químicos no probados que son
utilizados y todos los químicos nuevos deben probarse para toxicidad
del desarrollo neurológico.
Esto
no es un concepto nuevo. En 2007, la Unión Europea adoptó
regulaciones conocidas como REACH; siglas en inglés de Registro,
Evaluación, Autorización y Restricción de Químicos,
para proteger la salud humana de riesgos planteados por los químicos.
REACH cubre a todos los químicos, colocando el peso de la evidencia
en las empresas para probar que cualquier químico que producen es
seguro.
“Estamos
atrasados ahora y nos atrasamos más”, dijo Landrigan. “…
Encuentro muy irritante que algunos de los fabricantes
multinacionales comercialicen productos en Europa y Estados Unidos
con el mismo nombre de marca y etiqueta, pero en Europa son libres de
químicos tóxicos y en Estados Unidos contienen químicos tóxicos”.
El
mejor ejemplo de esto, dijo, son los cosméticos
y ftalatos. Los ftalatos son un grupo de químicos utilizados en
miles de productos desde cosméticos, perfume, spray para el cabello,
jabón y champús hasta juguetes de plástico y vinilo, cortinas de
baño, minipersianas, contenedores de comida y envolturas de
plástico.
También
puedes encontrarlos en tubos de fontanería de plástico, tubos
médicos y bolsas de líquidos, pisos de vinil y otros materiales de
construcción. Son utilizados para suavizar y aumentar la
flexibilidad del plástico y el vinil.
En
Europa, los cosméticos no contienen ftalatos, pero algunos en
Estados Unidos y México sí.
Los
ftalatos previamente se utilizaban en chupones, sonajeros suaves y
mordedores. Pero en 1999, después de un impulso de la Comisión para
la Seguridad de los Productos de Consumo de Estados Unidos, las
empresas estadounidenses dejaron de utilizarlos en esos productos.
“Ciertamente
tenemos la capacidad, es una cuestión de voluntad política”, dijo
Landrigan. “Intentamos en la última década en este país aprobar
legislación de seguridad química pero la industria química y sus
partidarios vencieron exitosamente el esfuerzo”.
Sin
embargo, la Administración
de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos
(FDA, por sus siglas en inglés), dijo que dos de los ftalatos más
comunes; el ftalato de dibutilo, o DBP (por sus siglas en inglés),
utilizado como plastificante en productos como barnices de uñas para
reducir las grietas al hacerlos menos frágiles, y el ftalato de
dimetilo, o DMP (por sus siglas en inglés), utilizado en sprays para
el cabello; ahora son raramente utilizados en este país.
El
dietilftalato, o DEP (por sus siglas en inglés), utilizado en
fragancias, es el único ftalato que todavía se utiliza en los
cosméticos, dijo la FDA.
“No
está claro qué efecto, si es que existe alguno, tienen los ftalatos
en la salud humana”, según el sitio web de la FDA. “Un panel de
expertos convocado de 1998 a 2000 por el Programa Nacional de
Toxicología (NTP, por sus siglas en inglés), parte del Instituto
Nacional de Seguridad Ambiental y Salud de Estados Unidos, concluyó
que los riesgos reproductivos de la exposición a los ftalatos eran
de mínimos a insignificantes en la mayoría de los casos”.
El
análisis a nivel mundial
“Tenemos
los métodos de prueba y protocolos para determinar si los químicos
son tóxicos para las células cerebrales. Si analizamos esto
globalmente, analizamos a más de una generación de niños; una
proporción muy alta de los niños de hoy en día estuvo expuesta al
plomo, mercurio y otras sustancias, incluidas sustancias que aún no
se prueban o se sospechan de ser tóxicos para el desarrollo del
cerebro”.
El
Grupo de Trabajo Ambiental es una organización de investigación de
salud ambiental que se especializa en el análisis tóxico de
químicos y ha pedido reformas durante mucho tiempo. En 2004, el
grupo probó 10 muestras de sangre de cordón umbilical para miles de
contaminantes industriales y encontró
un promedio de 200 en cada muestra.
“Aquí
en Estados Unidos, la ley federal puesta en marcha para proteger
ostensiblemente a los adultos y niños de exposiciones a químicos
peligrosos, incluidos aquellos que pueden presentar riesgos serios al
cerebro y sistemas nerviosos, fue un fracaso absoluto”, dijo el
vocero del Grupo de Trabajo Ambiental, Alex Formuzis.
“En
su lugar, la Ley de Control de Sustancias Tóxicas de 1976, es en
gran medida responsable de la contaminación en las personas a partir
de que están en el útero, donde miles de contaminantes industriales
literalmente bañan al feto en desarrollo”.
Landrigan
recluta a mujeres embarazadas para un nuevo estudio en el que probará
las exposiciones químicas. Dijo que es inevitable que en los
próximos años, se añadan más químicos a la lista.
¿Su
preocupación? “La capacidad de detectar estos químicos está por
detrás de la capacidad de las industrias químicas de desarrollar
químicos nuevos y ponerlos en productos de consumo. Es por eso que
necesitamos legislación en este país para cerrar la brecha”.
Las
críticas a la investigación
Mientras
tanto, el Consejo Americano de Química, llamó a la revisión un
“refrito” de la primera revisión de los autores.
“Esta
iteración es tan altamente imperfecta como la primera, ya que de
nuevo los autores ignoran los principios científicos fundamentales
de la exposición y la potencia”, dijo el vocero del consejo, Scott
Jensen.
“Lo
que es más preocupante es que los autores se enfocan en gran parte
en los químicos y metales pesados que son bien entendidos como
inapropiados para la exposición infantil, y altamente regulados y/o
restringidos o eliminados. Después extrapolan que conclusiones
similares deben aplicarse a los químicos que son más ampliamente
utilizados en productos de consumo sin evidencia para apoyar sus
afirmaciones. Esas afirmaciones no hacen nada por avanzar el
verdadero entendimiento científico y solo crean confusión y
alarma”.
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