Comunicado de prensa
19 DE FEBRERO DE 2013 | GINEBRA - Según
un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) acerca
del estado de los conocimientos científicos sobre las sustancias
químicas que perturban la función endocrina (State of the Science
of Endocrine Disrupting Chemicals) muchas sustancias químicas
sintéticas cuyos efectos sobre el sistema hormonal todavía están
por investigar podrían tener importantes repercusiones en la salud.
En el informe conjunto se pide que se
siga investigando para entender plenamente las relaciones entre esos
denominados perturbadores endocrinos (PE) —presentes en muchos
productos domésticos e industriales— y determinadas enfermedades y
trastornos. El informe señala que estudios más exhaustivos y
mejores métodos analíticos podrían reducir el riesgo de enfermedad
y generar ahorros considerables para la salud pública.
Unas sustancias químicas pueden
alterar el sistema endocrino
La salud humana depende del buen
funcionamiento del sistema endocrino, que regula la liberación de
hormonas esenciales para funciones tales como el metabolismo, el
crecimiento y desarrollo, el sueño o el estado de ánimo.
Los PE pueden alterar el funcionamiento
normal de este sistema hormonal y aumentar el riesgo de efectos
adversos para la salud. Algunos PE son naturales, pero también hay
PE sintéticos que se pueden encontrar en los pesticidas, los
componentes electrónicos, los productos de aseo personal o los
cosméticos, así como en los alimentos, ya sea como aditivos o
contaminantes.
«Necesitamos urgentemente más investigaciones para obtener un cuadro más completo de las repercusiones sanitarias y ambientales de los perturbadores endocrinos.»
Dra. Maria Neira, Directora del Departamento de Protección del Medio Humano de la OMS
El informe de las Naciones Unidas, que
es el más completo sobre los PE realizado hasta la fecha, destaca
algunas relaciones entre la exposición a los PE y diversos problemas
de salud, en particular la posibilidad de que contribuyan a la
criptorquidia (ausencia de descenso de los testículos) en los
jóvenes, al cáncer de mama en la mujer, al cáncer de próstata en
el hombre, a problemas de desarrollo del sistema nervioso y al
déficit de atención/hiperactividad en los niños o al cáncer de
tiroides.
Los
productos químicos están cada vez más presentes en la vida moderna
Los PE pueden contaminar el medio
ambiente sobre todo a través de los vertidos industriales y urbanos,
los desagües agrícolas o la incineración y vertido de basuras. La
exposición humana puede producirse por ingestión de alimentos, agua
o polvo, por inhalación de gases o partículas presentes en el aire
o por contacto con la piel.
«Los productos químicos están cada
vez más presentes en la vida moderna y son importantes para algunas
economías nacionales, pero su gestión irracional pone en peligro la
consecución de objetivos de desarrollo fundamentales y un desarrollo
sostenible para todos», dijo el Subsecretario General de las
Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner.
«La inversión en investigación y
nuevos métodos analíticos puede contribuir a mejorar los
conocimientos sobre los costos de la exposición a los PE, a reducir
los riesgos, a maximizar los beneficios y a identificar alternativas
más inteligentes que vayan en el sentido de la transición a una
economía verde», añadió el Sr. Steiner.
Aumento de enfermedades y trastornos
Además de la exposición a las
sustancias químicas, hay otros factores ambientales y no genéticos,
tales como la edad o la nutrición, que podrían estar en el origen
del aumento observado de algunas enfermedades y trastornos. Sin
embargo, las grandes deficiencias de los conocimientos actuales hacen
que sea extremadamente difícil señalar con exactitud las causas y
los efectos.
«Necesitamos urgentemente más
investigaciones para obtener un cuadro más completo de las
repercusiones sanitarias y ambientales de los perturbadores
endocrinos», dijo la Dra. Maria Neira, Directora del Departamento de
Protección del Medio Humano de la OMS. «Los datos científicos más
recientes revelan que la población mundial está expuesta a los PE y
a los riesgos que conllevan. La OMS seguirá colaborando con sus
asociados para establecer las prioridades en la investigación de los
PE y sus repercusiones en la salud humana, a fin de mitigar los
riesgos. La responsabilidad de proteger a las generaciones futuras
nos incumbe a todos.»
El informe también señala problemas
similares en relación con el efecto de los PE en la fauna salvaje.
En Alaska, la exposición a los PE puede estar contribuyendo a las
alteraciones reproductivas, a la infertilidad y a las malformaciones
de la cornamenta observadas en algunas poblaciones de venados. La
disminución de las poblaciones de algunas especies de nutrias y
leones marinos también podría deberse, al menos en parte, a su
exposición a diversas combinaciones de PE, al insecticida DDT, a
otros contaminantes orgánicos persistentes y a metales como el
mercurio. Por otra parte, las prohibiciones y restricciones del uso
de PE se han relacionado con una recuperación de las poblaciones de
diferentes animales salvajes y a una reducción de los problemas de
salud.
Recomendaciones
El informe formula una serie de
recomendaciones para mejorar los conocimientos mundiales sobre esas
sustancias químicas, reducir los riesgos de enfermedad y recortar
los costos conexos. Entre ellas se encuentran las siguientes:
- Métodos analíticos: los PE conocidos representan solo la punta del iceberg, y son necesarios métodos analíticos más completos para identificar otros posibles PE, sus fuentes y las vías de exposición.
- Investigación: se necesitan más datos científicos para identificar los efectos de diferentes combinaciones de PE (sobre todo de origen industrial) a los cuales están cada vez más expuestos tanto los seres humanos como los animales salvajes.
- Notificación: muchas fuentes de PE son desconocidas porque la notificación e información sobre las sustancias químicas presentes en diferentes productos, materiales y bienes son insuficientes.
- Colaboración: un mayor intercambio de datos entre los científicos y los países puede contribuir a corregir las lagunas existentes, sobre todos en los países en desarrollo y en las economías emergentes.
«En los últimos 10 años la
investigación ha permitido grandes avances que revelan que las
perturbaciones endocrinas pueden ser mucho más amplias y complicadas
de lo que se creía en el decenio precedente», dijo el Profesor Åke
Bergman de la Universidad de Estocolmo y redactor jefe del informe.
«A medida que la ciencia sigue avanzando, es hora de abordar la
gestión de las sustancias químicas que perturban la función
endocrina y de proseguir las investigaciones sobre la exposición a
ellas y los efectos que tienen en el ser humano y los animales
salvajes.»
Para más información, puede ponerse
en contacto con:
Nick Nuttall
Portavoz y Director de Comunicación del PNUMA (Nairobi)
Portavoz y Director de Comunicación del PNUMA (Nairobi)
Móvil: +41 79 596 5737 / +254
733 632 755
Correo electrónico: nick.nuttall@unep.org
Glenn Thomas
Responsable de
Comunicación, OMS
Tel: +41 22 791 3983
Móvil: +41 79 509
0677
Correo electrónico: thomasg@who.int
Nada Osseiran
Responsable de
Comunicación, Salud Pública y Medio Ambiente, OMS
Tel: +41 22
791 4475
Móvil: +41 79 445 1624
Correo electrónico:
osseirann@who.int
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