viernes, 30 de mayo de 2014

¡Cuidado! Pesticidas

mayo 26, 2014

La plataforma estadounidense de investigación medioambiental “Environmental Working Group (EWG)” ha publicado recientemente su clasificación anual de alimentos en base a la cantidad de pesticidas que contienen. Esta especie de informe viene a cubrir el vacío que deja la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA), organismo que hace tiempo dejó de informar a los ciudadanos estadounidenses acerca de los riesgos de la exposición a pesticidas y la forma de evitar estas moléculas químicas en su dieta. Lo más alarmante son los restos encontrados en comida para bebés.
Pese a los esfuerzos llevados a cabo por la EWG para llevar ante el congreso de Estados Unidos el tema de los pesticidas y los peligros para la salud que conlleva la exposición a los mismos, especialmente en niños y mujeres, actualmente se encuentran restos de pesticidas altamente peligrosos en un 65% de los alimentos analizados. Es una mala noticia para una población que cada vez registra un mayor número de ciudadanos preocupados por el consumo de pesticidas.

El EWG, grupo de investigación medioambiental estadounidense acaba de publicar un informe en el que incluye una lista de las doce frutas y verduras con el contenido más alto en pesticidas. A la cabeza de la lista se encuentra la manzana. En efecto, la manzana es la fruta que necesita más tratamientos, practicamente 20 diferentes. Además, las manzanas se somenten a tratamientos de conservación después de la cosecha que agravan su contenido en químicos.

La fruta es la especie vegetal que más tratamientos químicos recibe.

Por otro lado, muchos pesticidas que fueron prohibidos, tanto en Estados Unidos como en Europa siguen apareciendo en los análisis de frutas y verduras. Esto es debido a que muchos agricultores se abastecen de productos químicos de importación conteniendo este tipo de pesticidas. El coste inferior de este tipo de productos químicos es la excusa para comprar en mercados exteriores. Si bien los grandes centros de distribución (supermercados) imponen las reglas europeas a sus proveedores, la falta de rigor en los controles hace que “pasen” a los mercados muchas sustancias prohibidas. Otro inconveniente es que, con el pretexto de “economizar” y de la crisis, se han suprimido plazas de funcionarios en las agencias de control de alimentos en toda Europa.
En Marruecos, los tomates se cultivan especialmente para venderlos en Europa, de esta forma los pesticidas prohibidos en el viejo continente no pueden ser usados en el cultivo destinado a la importación, pero sí abastecen el mercado interior.

Pesticidas en comida para niños

El control más reciente sobre pesticidas realizado por el Ministerio de Agricultura de Estados Unidos detectó centenas de restos de estas sustancias en compota de manzana, zanahorias y melocotones vendidos como comida para bebés. Y eso teniendo en cuenta que los alimentos para bebés se cocinan antes de envasarse y eso hace que la concentración de pesticidas descienda si la comparamos con los mismos alimentos crudos.

La comisión Europea fijó un límite máximo autorizado de presencia de pesticidas en la comida para bebés que no debe ser mayor de 0,01 partes por millón. Hay que tener en cuenta que los bebés son mucho más vulnerables a los efectos de los químicos que los adultos. Varias muestras de compotas de manzana y melocotón analizadas en Estados Unidos en 2012 sobrepasaban las 0,01 partes por millón. En contraste con la Unión Europea, Estados Unidos no cuenta con una reglamentación que limite la cantidad de pesticidas en los alimentos para bebés. Más de un tercio de los potitos de frutas comercializados en Estados Unidos serían ilegales en Europa.

Tanto los análisis llevados a cabo por la USDA y el EWG no reflejan la intensidad del uso del pesticida durante las etapas de cultivo, evaluar el impacto de los pesticidas durante dichas etapas en una tares extremamente complicada. El uso de pesticidas varía de año en año en función del tiempo, de la proliferación de plagas y de los esfuerzos que realice al respecto la Agencia de Protección del Medio Ambiente. Este año, el EWG enfocó sus investigaciones sobre dos alimentos: las bananas y el maiz tierno. Estos dos alimentos reciben duros tratamientos con pesticidas durante su producción pero muestran pocos residuos en los tejidos de la fruta.

En Estados Unidos, la ingeniería pretendía reducir, mediante la modificación genética de las plantas, el uso de pesticidas para combatir las enfermedades más comunes del maiz y la soja. Este es uno de los motivos por el que los cultivos de maiz en Estados Unidos son casi enteramente OGM. Los ingenieros agrónomos modificaron genéticamente dichos cultivos y los de soja para que sobrevivieran a las pulverizaciones con glisofato (Roundup de Monsanto). De esta forma, los agricultores podrían pulverizar sus cultivos con este peligroso herbicida y exterminar así las malas hierbas (weeds) sin temor a que la cosecha se viera afectada. Si embargo, esta practica a propiciado la aparición de una nueva especie de hierbas (super-weed) mucho más fuerte y resistente al Roundup, de tal forma que los agricultores se ven obligados a usar más cantidad de glisofato y otros potenten herbicidas para intentar acabar con estas “super malashierbas”. Por lo tanto no es de extrañar que científicos noruegos alertaran recientemente en un informe de la detección de niveles extremos de de Roundup en el soja OGM de Iowa.

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