Por: Ana Palicio Pire.
El aceite de
cocina usado se puede reciclar, en vez de tirarlo por el desagüe. Es
una acción sencilla que favorece la protección del medio ambiente
por partida doble porque estaremos evitando la contaminación de los
ríos, suelos y tuberías, al mismo tiempo que abrimos la puerta de
la creatividad.
Como los datos hablan por sí solos: un
solo litro de aceite de cocina es capaz de contaminar mil litros de
agua. Con este dato deberíamos sentirnos en la obligación de
reutilizarlo.
Aunque todavía queda un largo camino
por recorrer, cada vez más ciudades ponen en marcha algún sistema
de recogida del aceite usado para su posterior reciclaje.
Las posibilidades son diversas y muy
creativas. Los consumidores son esenciales, tanto para reciclar como
para que se implanten en sus municipios estos sistemas.
Y si aún no ha llegado a tu municipio
puedes crear diversos productos ecológicos, como jabones.
El impacto ambiental del aceite
Echar el aceite doméstico usado por el
fregadero puede causar un importante impacto ambiental. Se calcula
que dos tercios del oro líquido acaba en las alcantarillas
produciendo atascos en tuberías, grandes labores en las plantas de
tratamiento de aguas residuales. Se estima que cada consumidor genera
al año unos cuatro litros de aceite doméstico usado.
¡Imagina la de litros que se podrían
ir por el desagüe! Esta contaminación se puede evitar con el
reciclaje. Además en el caso concreto del aceite, una práctica
ecológica tiene muchas posibilidades y beneficios. Con un litro de
aceite vegetal se consigue un litro de un biocombustible para motores
diésel. La ventaja es doble: se evita su impacto en la naturaleza y
se crea una alternativa para reducir el uso de los combustibles
fósiles convencionales. ¿Dónde llevarlo? Existen plantas
industriales específicas para consumirlo.
Otro modo de reciclarlo es llevar los
litros de aceite a los puntos limpios. El aceite que se puede
reciclar en estos contenedores urbanos es el vegetal sobrante de la
cocina, de frituras, grasas y asados, de alimentos enlatados, manteca
de cerdo, o grasas estropeadas y caducadas. El aceite de motor,
grasas industriales o aceites con bases de petróleo serán reciclado
por los propios fabricantes según están obligados por la ley.
Las salidas del aceite reciclado
El aceite usado tiene otras muchas
salidas. Desde la industria cosmética a la farmacéutica reutilizan
el aceite para elaborar abonos, barnices, cera, cremas, detergentes,
jabones, lubricantes, pinturas, velas, etc. Una práctica ecológica
que simplemente se basa en la vida rural, pues no hace muchos años
ya se aprovechaba en las casas para elaborar jabón casero.
Cómo hacer jabones ecológicos caseros
El proceso en frío para fabricar
jabones caseros constituye una forma excelente de aprovechar el
aceite que se deshecha después de la fritura, al mismo tiempo que se
protege el medio ambiente, evitando la contaminación que estas
grasas producirían, de otro modo, en los lechos de mares y ríos.
Colabora con la ecología y contribuye con tu bolsillo, aprendiendo
esta simple receta de jabón ecológico casero.
Si pones en práctica esta receta para
hacer jabones ecológicos caseros, no sólo estarás contribuyendo
con tu economía hogareña, sino que estarás protegiendo el medio
ambiente. Aunque te parezca sorprendente el aceite que deshechas de
la fritura, puede llegar a dañar gravemente el lecho de los ríos y
mares, donde vaya a parar, afectando la vida de peces y plantas
acuáticas.
Esta es una manera ideal de
reutilizarlo, cuidando la ecología y conservando tu dinero.
Cualquier aceite de cocina usado sirve para hacer jabones ecológicos
caseros mediante el proceso en frío, si previamente lo cuelas.
Recomendaciones
- Trabaja en un ambiente bien ventilado.
- Usa guantes y gafas protectoras, ya que la soda caústica es un material muy corrosivo, que no debe entrar en contacto con tu piel.
- No utilices recipientes metálicos para realizar la preparación y revuelve la mezcla con la ayuda de un palo.
Receta para hacer jabón ecológico
casero
Ingredientes
- aceites usados y colados, 2 1/2 litros
- agua, 2 1/2 litros
- soda caústica, 1/2 kilo
Preparación
- Diluye la soda cáustica en el agua, agregándola lentamente y con mucho cuidado ya que puede producir vapores muy tóxicos. Se producirá una reacción química que liberará calor y que necesitará algunas horas para enfriarse. A este preparado se lo conoce como lejía caustica.
- Vierte lentamente el aceite sobre la lejía cáustica, removiendo en forma constante y en el mismo sentido, para evitar que se corte el jabón.
- Calienta la mezcla en un recipiente hasta alcanzar la temperatura de ebullición y mantiene durante dos horas para que se produzca la saponificación.
- Agrega los colorantes naturales y los aceites esenciales para aromatizar los jabones, cuando la mezcla baje a la temperatura de 40ºC.
- Vuelca en los moldes y deja endurecer durante aproximadamente un mes.
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