lunes, 26 de diciembre de 2016

La Unión Europea está prohibiendo los empastes dentales de mercurio

Por Miguel Jara 2 de diciembre de 2016

Resulta paradójico que una sustancia tan tóxica como el mercurio y que tantos problemas de salud puede provocar continúe utilizándose en odontología, para empastes dentales. Pero si está prohibido tirarlo a la basura ¿cómo es que está permitido colocarlo en la boca?

Eso es lo que se pregunta una firmante de la reclamación en Change.org que firma la europarlamentaria francesa Michelle Rivasi bajo el título de Let’s ban mercury dental fillings (algo así como Vamos a prohibir los empastes dentales de mercurio).

Las amalgamas dentales se componen de un 50% de mercurio, un metal pesado muy tóxico para el medio ambiente y la salud, especialmente para el desarrollo del sistema nervioso de fetos y niños.

Algunos países, como Suecia, Dinamarca, Holanda o Noruega, ya las han eliminado prácticamente del todo. El mercurio es bioacumulable y no desaparece del medio ambiente una vez liberado.

El Parlamento Europeo votó el 13 de octubre prohibir el uso de esta peligrosa sustancia antes del 31 de diciembre de 2022.

Pero como explica Rivasi, una apasionada ecologista:
Ganamos la primera batalla pero nuestro combate por la odontología libre de mercurio aún no ha terminado”.

El Parlamento está negociando con la Comisión Europea y el Consejo de la UE (en el que hay representantes de los gobiernos de los Estados miembros) en el marco de los llamados “trilogos”.

El mercurio es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los diez productos químicos de mayor importancia para la salud pública. El sector de la odontología representa el 24% del consumo total de mercurio en la Unión Europea, lo que equivale a 75 toneladas anuales. Lo que busca Rivasi con su iniciativa de recogida de firmas (va por 22.000) presión pública durante las negociaciones en curso; que 
la Comisión y el Consejo no se sientan tentadas de socavar lo que el Parlamento Europeo votó en octubre”.

Y es que, como podéis imaginar lo que sois asiduos a este blog, existe lobby y negacionismo contra las pruebas de que las amalgamas dentales de mercurio son tóxicas.

De momento, están dándose pasos importantes aunque insuficientes.

Este mes de diciembre Parlamento, Comisión y Consejo, han decidido prohibir el uso de los empastes dentales con mercurio (amalgamas) en menores de 15 años y mujeres embarazadas o en periodo de lactancia a partir del 1 de julio de 2018.

La normativa, que en este momento tramita su aprobación definitiva, requiere que todos los Estados miembro elaboren un plan de reducción de las amalgamas antes del 1 de julio de 2019.

La Comisión presentará a mediados de 2020 un informe sobre la eliminación total del mercurio dental para 2030 y de la legislación a adoptar en su caso. Este acuerdo forma parte de la ratificación y aplicación del Convenio de Minamata sobre el mercurio, firmado en 2013.

Pero insisto, si el mercurio no puede tirarse a la basura, si se reconoce que es malo para embarazadas, jóvenes y niños ¿por qué esperar a 2030 para su total eliminación? ¿Cómo se puede tardar 17 años en desprenderse de algo que décadas antes de ese 2013 se conoce que es nocivo para la salud? Ya en 2002, la ONU publicó un informe sobre la urgencia de reducir esta contaminación a nivel global.

Servando Pérez, presidente de Mercuriados.
Entretanto, las personas enfermas por el mercurio de los empastes dentales en España, unidas en torno a la asociación Mercuriados, que dirige con maestría mi amigo Servando Pérez (especialmente enfermo desde hace meses), continúan sufriendo.

En el Bufete Almodóvar & Jara, que asesora a esta asociación y personas con problemas por este tipo de impactos industriales y sanitarios, hemos puesto una demanda en la Audiencia Nacional.

Exigimos responsabilidades a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) por incumplir sus labores de vigilancia con el producto sanitario amalgamas.

El mercurio se sabe que es nocivo desde hace muchos años, como documentamos en este post, pero los funcionarios de la AEMPS no obligaron a los fabricantes a informar de ello a las personas a las que les han puesto este tipo de empastes dentales.

Fabricantes, entidades reguladoras… y asociaciones de dentistas (que de momento no están incluidas en la demanda) tiene la principal responsabilidad. Por escribirlo de otro modo: La corresponsabilidad en la cadena de información del producto, fabricante/comercializador + administración + dentistas se ha obviado por sistema y quienes han salido perjudicados han sido los usuarios/as.

No hay comentarios: