Los dos tipos de cáncer con mayor
incidencia en España son el cáncer de mama en mujeres y el de
próstata en hombres, ambos relacionados con la exposición a
disruptores endocrinos. Sin embargo, este hecho ni se nombra en el
reciente informe de la Sociedad Española de Oncología Médica.
El informe “Las cifras del cáncer2017“, de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM),
afirma que el número de nuevos casos de cáncer detectados (la
llamada “incidencia”) aumenta de forma constante desde hace 20
años. De hecho, se alcanzan las previsiones estimadas para 2020, con
casi 250.000 nuevos cánceres detectados al año (148.827 en varones
y 98.944 en mujeres).
Según la SEOM, las causas del cáncer
son el crecimiento de la población, la mejora de las técnicas de
detección precoz y el aumento de la esperanza de vida. También cita
que “alrededor de 1/3 de las muertes por cáncer son debidas a
“causas evitables“, como el tabaco (responsable de hasta un 33%
de los tumores a nivel global), las infecciones, el alcohol y la
obesidad“.
¿Y qué ocurre con la exposición
cotidiana a tóxicos?
El desarrollo de tumores se debe a una
multitud de factores entre los que se encuentran los anteriores, sin
duda.
Pero no se deben obviar los resultados
del informe Estado de la Ciencia de los Disruptores Endocrinos, de la
Organización Mundial de la Salud y el Programa sobre Medio Ambiente
de Naciones Unidas, que determinan que “Las tasas globales de
cánceres endocrinos (cáncer de mama, endometrio, ovario, próstata,
testicular y tiroides) han aumentado en los últimos 40-50 años“.
La población se expone a diario a
tóxicos: respira los humos procedentes de automóviles o industrias
cercanas a sus domicilios, ingiere residuos de plaguicidas y aditivos
alimentarios tóxicos junto a los alimentos y se extiende sobre la
piel cremas, jabones y productos cosméticos que contienen
disruptores endocrinos, sospechosos de generar cánceres en órganos
relacionados con las hormonas.
Ejemplo nº1: el cáncer de mama
No parece casualidad que los dos tipos
de cáncer más diagnosticados, el de próstata en hombres y el de
mama en mujeres, estén directamente relacionados con la exposición
a disruptores endocrinos. Numerosos estudios científicos alertan al
respecto aunque no han recibido mucha atención por parte de los
medios ni mucho menos de las autoridades.
La siguiente figura, del informe de la
Sociedad Española de Oncología Médica, muestra que el cáncer de
mama es el tumor más frecuentemente diagnosticados en las mujeres
españolas:
Un estudio realizado en España por el
investigador Nicolás Olea, Director del Departamento de Radiología
y Medicina Física de la Universidad de Granada, concluye que existe
una fuerte asociación entre la cantidad de disruptores endocrinos en
el cuerpo y el riesgo a desarrollar cáncer de mama.
El aspecto más novedoso de este
estudio es que analiza el efecto combinado que tiene un conjunto de
contaminantes hormonales del suero corporal, lo que destaca la
importancia de evaluar mezclas de xenoestrógenos, en lugar de
compuestos por separado al estudiar cánceres relacionados con
hormonas.
El informe de la OMS y PNUMA antes
citado realiza un repaso a las evidencias científicas sobre la
relación entre disruptores y el cáncer de mama (página 126).
Ejemplo nº2: cáncer de próstata
En hombres, el tipo de cáncer con
mayor incidencia en España en 2015 fue el de próstata, con 33.370
nuevos casos detectados, como muestra la figura del informe de la
SEOM:
De hecho, este tipo de cáncer está
creciendo de forma dramática y continua en numerosos países
europeos lo que según el informe Estado de la Ciencia del PNUMA no
puede explicarse sólo por una mejor detección precoz. Los estudios
sobre población migrante y gemelos muestran que influyen de forma
importante los factores ambientales como la dieta y la exposición
química, en particular a pesticidas como el clorpirifós, el plaguicida más habitual en los alimentos españoles y presente como
residuos en 20 tipos de alimentos diferentes. También se relaciona
con la exposición a otros contaminantes, como el arsénico.
La exposición contaminantes hormonales
que simulan funciones de estrógenos (xenoestrógenos) en la etapa
prenatal del bebé puede alterar profundamente el desarrollo de la
próstata, haciéndola más sensible a desarrollar cáncer en la vida
adulta.
A pesar de estar demostrado
científicamente que la exposición a contaminantes hormonales se
relaciona con el desarrollo de los dos cánceres con mayor incidencia
en España, las autoridades no llevan a cabo ninguna medida de
prevención de la exposición, que “se produce por debajo de los
límites legales seguros.
Pero el incremento de este tipo de
enfermedades, unido a la realidad de que no existen cantidades
seguras para los disruptores endocrinos y a la falta de investigación
del efecto cóctel, deja a la población en una situación
desprotegida.
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