AGOSTO 9, 2017 POR MAESTROVIEJO
![]() |
screenshot289
|
La llamada
electrosensibilidad está producida por la cada vez mayor
contaminación electromagnética a la que estamos sometidos en las
sociedades modernas los afectados crecen, como cuentan desde la
asociación Electro y Químico Sensibles por el Derecho a la Salud
(EQSDS).
Una idea centra ese
tipo de publicaciones: “la electrosensibilidad es una trastorno
psicológico”. Para la asociación EQSDS:
Este tipo de
informaciones suponen un perjuicio para un colectivo de personas
enfermas que están luchando por mejorar su salud, conseguir
reconocimiento y ayudas para su supervivencia y que precisan de la
comprensión de su entorno para alcanzar las adaptaciones necesarias
a su condición de discapacidad”.
Y se quejan, con
razón, de que no se suele ir a la fuente original en informaciones
de ese tipo ni suelen contar con su experiencia; todo por los
enfermos pero sin los enfermos.
Les llama también
la atención que este tipo de artículos periodísticos
sistemáticamente eluden ofrecer el punto de vista de los médicos e
instituciones que reconocen este síndrome y que están alertando del
problema de salud que representa la contaminación electromagnética.
![]() |
screenshot290
|
Aunque somos
conscientes -aseguran- de que la existencia de la electrosensibilidad
viene a poner en duda la seguridad de la telefonía móvil, un negocio que mueve en el mundo dos billones de dólares al año, no
deja de causarnos sorpresa y estupor el tratamiento tendencioso que,
desde un supuesto punto de vista científico, se ha dado a la noticia
en algunos medios de comunicación”.
Y es que medios que
presumen de realizar un periodismo de calidad publican artículos en
los que se niega la existencia de la hipersensibilidad
electromagnética y se desacredita a las personas que la padecen,
omitiendo la base científica que la avala y dificultando las medidas
a tomar para su adecuado tratamiento.
Los médicos que
tratan habitualmente a personas electrosensibles de manera
sistemática y con los protocolos adecuados, ven como los pacientes
mejoran cuando consiguen vivir en un entorno con niveles muy bajos de
contaminación.
También hemos
observado como algunos médicos que se dedican a opinar sobre este
tema no han tratado a personas con electrohipersensibilidad y algunos
incluso no se dedican a la práctica clínica“, cuentan.
Actualmente hay
decenas de miles de investigaciones que encuentran efectos biológicos
en los niveles de exposición a los que estamos expuestos en la
actualidad. Cientos de investigadores de todo el mundo expertos en
bioelectromagnetismo alertan de posibles riesgos.
Un porcentaje
elevado de las investigaciones científicas están financiados por la
industria de telefonía móvil y los resultados de estas
investigaciones coinciden con sus intereses. Algunas instituciones
internacionales de referencia están en el punto de mira por denuncias de conflictos de interés, al estar sus decisiones muy
mediatizadas por la industria.
![]() |
screenshot291
|
Los gobiernos son
reacios a aplicar medidas de precaución que pudieran suponer un
freno a la actual y rápida expansión de las tecnologías
inalámbricas, así como a aumentar el gasto en prevención y
tratamiento de estas nuevas enfermedades.
Los grandes medios
de comunicación no parecen interesados en debatir sobre las
implicaciones para la salud de las nuevas tecnologías inalámbricas.
Cunde la negación
sistemática del problema, el negacionismo. Sin darse cuenta, al
parecer, quienes lo promueven que así le hacen el juego a las
industrias y lastran la posible curación o mejora de la calidad de
vida de quienes están afectados.
Afortunadamente
existen investigadores independientes, médicos comprometidos y
jueces dispuestos a reconocer sus derechos a los damnificados por la
otra cara de este progreso, un tipo de contaminación que no se ve
pero que tiene demostrados efectos en la salud.
Es necesario
difundir toda la información científica sobre los riesgos de la
exposición crónica a campos electromagnéticos, realizar un consumo
consciente y desarrollar políticas de salud pública.
No hay comentarios:
Publicar un comentario