Por Vandana Shiva
Monsanto la llama “Agricultura
Digital” basada en Big Data e Inteligencia Artificial. Ha comenzado
a hablar de “cultivar sin agricultores”. Esta es la razón por la
epidemia de suicidios de los agricultores indios y no ha obtenido
respuesta del gobierno. Porque están pavimentando ciegamente la
siguiente fase de la autopista sin salida.
Hay dos futuros distintos de la
alimentación y la agricultura. El primero conduce a un callejón sin
salida y a un planeta muerto.
El primer camino de la alimentación y
la agricultura lleva a un planeta muerto: venenos y monocultivos
químicos se extienden. Los agricultores se suicidan debido a la
deuda. Niños muriendo por falta de comida. Personas muriendo a causa
de enfermedades crónicas exacerbadas por los productos vacíos y
tóxicos vendidos como alimento. Y el clima haciendo estragos,
destruyendo las condiciones de vida humana en la tierra. El segundo
lleva al rejuvenecimiento del planeta a través del rejuvenecimiento
de la biodiversidad, los suelos, el agua; el rejuvenecimiento de las
pequeñas granjas. Comida variada, saludable, fresca y ecológica
para todos.
El primer camino es industrial, y fue
pavimentado por el Cártel del Veneno, que nació durante la guerra
para crear productos químicos que pueden matar a la gente. Después
de las guerras convirtieron los químicos de guerra en agroquímicos
(pesticidas y fertilizantes). Nos dijeron que no podíamos tener
comida sin usar venenos.
Los explosivos que se hicieron mediante
la quema de combustibles fósiles a alta temperatura para fijar el
nitrógeno atmosférico se utilizaron más tarde para producir
fertilizantes químicos. El lema era que nunca volvería a haber
escasez de alimentos porque ahora podíamos hacer “Pan del Aire”.
Había la afirmación exagerada de que
los fertilizantes artificiales aumentarían la producción de
alimentos y eliminarían todos los límites ecológicos que la tierra
pone a la agricultura. Hoy la evidencia ha crecido: los fertilizantes
artificiales han reducido la fertilidad del suelo y la producción de
alimentos; y han contribuido a la desertificación, la escasez de
agua y el cambio climático.
En los años noventa nos dijeron que
nos moriríamos de hambre sin los OGMs traídos a nosotros por el
mismo Cártel del Veneno.Hubo una afirmación exagerada de que los
OGM removerían todos los límites del medio ambiente, cultivarían
alimentos en desiertos y vertederos tóxicos. Hoy en día solo
tenemos dos aplicaciones de OGM: la resistencia a los herbicidas y
las toxinas Bt en los cultivos. El primero, que se decía que
controlaba las malas hierbas, ha creado super-malas hierbas. Se
suponía que los cultivos Bt controlaban las plagas, pero han creado
nuevas plagas y super-plagas. El algodón Bt ha empujado a miles de
agricultores a suicidarse.
Ahora se nos está diciendo que el “Big
Data” nos alimentará.
Monsanto la llama “Agricultura
Digital” basada en Big Data e Inteligencia Artificial. Ha comenzado
a hablar de “cultivar sin agricultores”. Esta es la razón por la
epidemia de suicidios de los agricultores indios y no ha obtenido
respuesta del gobierno.Porque están pavimentando ciegamente la
siguiente fase de la autopista sin salida.
La asociación de Monsanto con Atomwise
permite adivinar qué moléculas darán a Monsanto el siguiente
pesticida posible. Esto no es inteligencia para el manejo sostenible
de las plagas, sino la apuesta por el siguiente veneno. Se está
convirtiendo la vida en un casino digital. Es como jugar al poker en
la cubierta del Titanic mientras el barco se hunde.
En 2013, Monsanto adquirió la empresa de datos climáticos más grande del mundo, Climate Corporation, por
mil millones de dólares. En 2014 adquirió la empresa de datos sobreel suelo más grande del mundo, Solum Inc. Climate Corporation no
trae a los agricultores el conocimiento de que la solución al cambio
climático está debajo de nuestros pies, en el suelo; vende datos.
Solum Corporation no trabaja con los agricultores para entender la
rica red de alimentos del suelo: las bacterias, los hongos, los
gusanos de tierra. Vende datos.
Pero los datos no son conocimientos. Es
sólo otra mercancía para hacer al agricultor más dependiente. Se
le dice al agricultor que debe subcontratar su pensamiento a
Monsanto. Este es el siguiente paso en un futuro sin futuro que
ignora la inteligencia de semillas, plantas, organismos del suelo,
nuestras bacterias intestinales, nuestros agricultores, nuestras
abuelas.
Pero podemos sembrar las semillas de
otro futuro …
En todo el mundo, los pequeños
agricultores y jardineros ya están implementando esta agricultura:
preservando y desarrollando sus suelos, sus semillas, practicando la
agroecología. Están alimentando a sus comunidades con alimentos
saludables y nutritivos mientras rejuvenecen el planeta. Por lo
tanto, están sembrando las semillas de la democracia alimentaria: un
sistema alimentario en manos de agricultores y consumidores,
desprovisto de control corporativo, venenos, monocultivos y
plásticos. Un sistema alimentario que nutre al planeta y a
todos los seres humanos.
Contrariamente al mito de que debemos
acabar con los pequeños agricultores porque son improductivos, y que
debemos dejar nuestro futuro alimenticio en manos del Cártel del
Veneno (con drones de vigilancia y spyware) los pequeños
agricultores están proporcionando el 70% de los alimentos globales
usando sólo el 30% de los recursos que se destinan a la agricultura.
La agricultura industrial está utilizando el 70% de los recursos
para crear el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero,
mientras que proporciona sólo el 30% de nuestros alimentos.
Esta agricultura basada en productos
químicos ha causado el 75% de la destrucción de los suelos, el 75%
de la destrucción de los recursos hídricos y la contaminación de
nuestros lagos, ríos y océanos, el 93% de la diversidad de cultivos
ha sido extinguido por la agricultura industrial. La agricultura
industrial intensiva también está creando una crisis de salud,
produciendo productos alimentos tóxicos, vacíos desde el punto de
vista nutricional. Un millón de personas tienen hambre permanente en
este sistema, y más de 2 mil millones sufren de enfermedades
relacionadas con la alimentación.
La agricultura orgánica toma el exceso
de dióxido de carbono de la atmósfera, donde no pertenece, y a
través de la fotosíntesis lo pone de nuevo en el suelo, donde
pertenece. También aumenta la capacidad de retención de agua del
suelo, contribuyendo a la resiliencia en tiempos de sequías,
inundaciones y otros extremos climáticos.
No podemos abordar el cambio climático
y sus consecuencias reales sin reconocer el papel central del sistema
alimentario industrial y globalizado, que aporta más del 40% a las
emisiones de gases de efecto invernadero a través de la
deforestación, las operaciones de concentración de animales para la
alimentación (CAFOs), el envasado en plásticos y aluminio, el
transporte a larga distancia y los residuos alimenticios. No podemos
resolver el cambio climático sin una agricultura ecológica a
pequeña escala basada en la biodiversidad: semillas vivas, suelos
vivos y sistemas alimentarios locales. Podemos resolverlo sin
monocultivos ni envases de plástico.
Lo que comemos, cómo cultivamos la
comida que comemos, cómo la distribuimos, determinará si la
humanidad sobrevive o se empuja a sí misma y a otras especies a la
extinción.
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