La pregunta es si Bayer dará apoyo a
las investigaciones que podrían permitirle formular su herbicida con
una alternativa al glifosato inocua para la salud y beneficiosa para
el medio ambiente, o por el contrario seguirá recurriendo a él sin
importarle lo que dicten los jueces o establezcan los científicos
José Luis Gallego @ecogallego
06/10/2018
Hay noticias que por fuera parecen
ermitas pero que al leerlas son catedrales. Una de esas grandes
revelaciones disfrazada de pequeña crónica tiene que ver con el
glifosato y nos la ofrecía hace unas semanas nuestra compañera
Alicia Avilés desde eldiarioclm.es.
La noticia informaba sobre los
esperanzadores resultados de un trabajo de investigación de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) para buscar una alternativa
natural al uso del polémico herbicida de Monsanto, acusado de
provocar daños en la salud del medio ambiente y de las personas.
Este producto alternativo, denominado
vinagre de madera, se obtiene a partir de la biomasa forestal que se
acumula en nuestros bosques, por lo que además de ser inocuo para el
medio ambiente y la salud, contribuiría a valorizar toda esa madera
caída que actúa como combustible en los incendios.
Las noticias sobre los efectos
perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana del glifosato
empezaron a circular en la década de los noventa: 20 años después
de su descubrimiento y comercialización y justo cuando vencía la
patente de Monsanto.
Desde entonces la compañía, ahora
perteneciente a Bayer, no ha dejado de presentar informes para
defender su utilización. Unos informes que, al parecer, no le están
sirviendo para detener el aluvión de denuncias que llegan a los
juzgados ni para evitar las primeras sentencias en contra.
El pasado mes de agosto el Tribunal
Superior de San Francisco condenaba a Monsanto a pagar una indemnización de casi trescientos millones de dólares a un jardinero de la ciudad. Durante años Dewayne Johnson utilizó el
glifosato como herbicida para fumigar los jardines de la zona
escolar. Sí: la zona escolar. Ahora, con tan solo 46 años, le han
diagnosticado un cáncer terminal. La sentencia recorrió el mundo
entero y daba la razón a la OMS: el glifosato puede provocar cáncer.
Pero hay más.
Un mes después del primer mazazo de
los jueces contra el glifosato, la prestigiosa revista científica
PNAS, publicada por la Academia Nacional de Ciencias de Estados
Unidos, acaba de hacer públicos los resultados de una investigación
que relaciona el uso del herbicida de Monsanto/Bayer con la
desaparición de las abejas de la miel.
El equipo de investigadores de la
Universidad de Texas que firma este paper ha descubierto que "la
mayoría de las bacterias intestinales de la abeja contienen la
enzima objetivo del glifosato" por lo que "la exposición
de las abejas al glifosato reduce sus defensas frente a patógenos
oportunistas" y sería una de las causas que están provocando
el declive de sus colonias en todo el mundo.
Lo que viene a demostrarnos este nuevo
estudio científico, un trabajo que es sometido a todo tipo de
revisiones y correcciones antes de aparecer publicado, es que los
daños del glifosato al medio ambiente podrían ser más graves de lo
que se preveía, como ya se está demostrando respecto a la salud de
las personas.
La pregunta es si Bayer, aunque ya no
es propietaria de la patente, dará apoyo a las investigaciones que
podrían permitirle formular su herbicida con una alternativa al
glifosato inocua para la salud y beneficiosa para el medio ambiente,
o por el contrario seguirá recurriendo a él sin importarle lo que
dicten los jueces o establezcan los científicos.
Si Bayer dejase de financiar a quienes
defienden aleccionadamente al glifosato y apoyase a los que buscan
opciones a su uso, daría una verdadera muestra de responsabilidad
ambiental y cumpliría con lo que declara al mundo en su afamado
lema: ciencia para una vida mejor.
Podéis leer aquí la noticia sobre los trabajos de la UAH y aquí el artículo científico publicado en PNAS.
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