La investigación concluye que esta
situación amenaza las condiciones ambientales del litoral, por lo
que urge restaurar las balsas
Vista aérea de la ciudad de Huelva y
las balsas de fosfoyesos en
las marismas / Cadena SER
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SANTIAGO GONZÁLEZ Huelva 29/01/2018
Un trabajo de investigación del
Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Huelva
señala a las balsas de fosfoyesos como responsables del vertido de
grandes concentraciones de zinc y arsénico con capacidad de alcanzar
el Océano Atlántico.
El estudio, denominado ‘efectos de la
mezcla del agua de mar en la movilidad de los lixiviados de
fosfoyesos’ y publicado recientemente en la revista de divulgación
científica internacional ‘Marine Pollution Bulletin’, concluye
que esta situación amenaza las condiciones ambientales del litoral
onubense, por lo que es urgente adoptar medidas efectivas de
restauración en las balsas.
El artículo extrae los argumentos de
la tesis doctoral realizada por Eugenia María Papaslioti, dirigida
por el profesor Rafael Pérez López. En el trabajo participan
investigadores del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, el
CSIC, la Universidad de Huelva y la de Granada.
Rafael López sostiene que el proyecto
de clausura de las balsas previsto por la empresa, no terminaría con
el proceso de lavado al que se están viendo los contaminantes allí
presentes. "Habría que hacer algún tipo de canal perimetral o
barrera impermeable que impidiese la entrada de agua del estuario. Es
lo que está ocurriendo con las balsas 1 y 4, que ya están
restauradas, y los contaminantes se filtran al estuario".
En declaraciones a la SER, López ha
indicado que este artículo supone un paso más en el grado de
conocimiento que se tiene del impacto que producen las balsas. Un
espacio afectado por filtraciones que ya han sido constatadas y que
están provocando que los lixiviados contaminados lleguen hasta el
estuario y posteriormente al océano.
La contaminación minera es el
principal problema de contaminación del estuario de la ría de
Huelva, pero las balsas de fosfoyesos, según la investigación,
aportan cantidades significativas de arsénico y Cadmio, hasta un 16
y un 13 por ciento del total que llega a la ría. De hecho la pluma
de contaminación procedente del estuario de Huelva, debido
principalmente al aporte del drenaje ácido minero procedente de las
viejas minas, alcanza hasta el Estrecho de Gibraltar. Este estudio
incorpora además que parte de esos aportes contaminantes proceden de
las balsas de fosfoyesos.
El siguiente paso de este trabajo sería
realizar un muestreo en el estuario. López afirma que su
Departamento ha recibido "un proyecto de investigación del
Ministerio para ver la movilidad de los contaminantes, no solo de las
balsas de fosfoyesos, sino también los procedentes de las zonas
mineras, para ver que contaminantes se transfieren al Océano
Atlántico".
El trabajo simula lo que ocurre con los
lixiviados cuando llegan al estuario. Diversos contaminantes se
quedan disueltos y esto les permite desplazarse gracias al flujo
mareal.
Objetivos
Hay contaminantes presentes en la
Balsas, como el aluminio, hierro, cromo, plomo y uranio, que
precipitan sobre el fondo y dejan de estar disueltos en el estuario.
Sin embargo hay otros, como el cobalto, niquel, cobre, Zinc,
arsénico, cadmio y antimonio, que se quedan en disolución. Entre
el 80 y el 100 por cien de estos últimos materiales no precipitan al
fondo y se mantienen disueltos.
El objetivo del estudio es simular y
evaluar el comportamiento de contaminantes como Al, As, Cd, Co, Cr,
Cu, Fe, Ni, Pb, Sb, U y Zn, cuando los lixiviados se lanzan a la
costa sometidos al agua de mar, y los procesos geoquímicos que toman
después estas soluciones.
Los apilamientos de fosfoyesos
contienen aguas subterráneas altamente contaminadas que se retienen
en profundidad por la superficie del pantano, forzándolos a fluir
lateralmente y llegar al borde del apilamiento. Estas fugas
contaminadas ácidas emergen, formando los llamados flujos de salida,
que son hasta hoy en día una continua fuente de contaminación en el
estuario. Otra fuente de contaminación es el agua almacenada en la
superficie de los apilamientos, conocida como agua de proceso.
La investigación concluye que los
planes de restauración no son suficientes para prevenir que los
lixiviados procedentes de los fosfoyesos lleguen al estuario. Las
balsas son responsables de importantes cantidades de contaminantes
que llegan a la ría.
Estos hallazgos enfatizan la necesidad
de adoptar planes de restauración eficientes con el fin de gestionar
con éxito la contaminación por fosfoyeso en el estuario de Huelva,
y, lo que es más importante, evitar que estas aguas residuales
lleguen al estuario.
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