viernes, 25 de enero de 2019

Cuestionada la credibilidad de los análisis de la UE sobre el glifosato

  • El plagio de documentos cuestiona la credibilidad del análisis de la Unión Europea
Herbicidas. Son utilizados para eliminar las malas hierbas, indeseadas, que impiden
cosechas más fructíferas. También se usan en jardinería. Los residuos son algunos de
sus efectos más controvertidos (IVAN PISARENKO / AFP)
Mata las malas hierbas pero siembra la polémica allí por dónde pasa. Éste parece ser el destino del glifosato, el herbicida más usado en Europa, de nombre exótico y efectos discutidos sobre el que se levantan dudas, una vez más, respecto al procedimiento con el que consiguió la autorización para su uso en el mercado europeo. En concreto, un informe encargado por tres grupos del Parlamento Europeo, Socialistas, Verdes e Izquierda Unitaria, demuestra que capítulos importantes de la evaluación científica que condujo a su aprobación por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) son fruto de plagio en más de un 50% y de “copiar y pegar” en más del 70%.

Párrafos enteros del informe de evaluación son una copia literal del dossier de homologación del glifosato enviado a las autoridades europeas por Monsanto y sus aliados industriales reunidos en el Grupo de Acción del Glifosato (Glyphosate Task Force, GTF).
Se copiaron páginas enteras de la documentación que aportó Monsanto
Los dos autores del estudio, el conocido “cazador de plagios” austríaco Stefan Weber, y el bioquímico Helmut Burtscher-Schade llegan a la conclusión que “la práctica del copiar y pegar y la del plagio entran en abierta contradicción con una evaluación de riesgos independiente, objetiva y transparente, y que esta práctica influenció la conclusiones de las autoridades sobre la seguridad del glifosato”.

Además, denuncian que el informe de la agencia que llevó a cabo el estudio, el Instituto Federal de evaluación de riesgos alemán (Bundesinstitut für Risikobewertung, BfR) intenta presentar su trabajo como una “valoración independiente, cuando en realidad, la autoridad sólo está repitiendo la evaluación de la industria solicitante”.
En partes importantes del estudio, más de la mitad es plagio o simple “copiar y pegar”
Al día siguiente de presentarse el informe el martes pasado, el pleno del Parlamento Europeo aprobó una resolución sobre los pesticidas en que reclamó que se procediera a una “revisión sistemática de todos los estudios disponibles sobre los efectos cancerígenos del glifosato” para determinar si la luz verde que recibió por parte de la EFSA está justificada. También se requirió que se prohibiera su uso en zonas cercanas a escuelas, guarderías, parques, hospitales, clínicas de maternidad y residencias.

Para Florent Marcellesi, eurodiputado de Equo, el informe demuestra que “la renovación del glifosato no contó con fuentes fiables, con las garantías que debía”, y añade que para proceder a su renovación “ya no podemos basarnos en los datos contables de beneficios de Monsanto, sino en estudios científicos independientes y objetivos”.

Yendo al detalle del estudio que denuncia este plagio, se detecta que en los capítulos que se refieren a la literatura científica publicada en los últimos años, 50,1% de su contenido queda identificado como plagio, lo que incluye párrafos y páginas enteras describiendo el diseño y el objetivo de los estudios y evaluando su relevancia y su fiabilidad. A esto se le añade un 22,7% de “copiar y pegar”, con lo cual resulta que prácticamente tres cuartas partes del texto, un 72,8%, del texto de la evaluación es una copia literal de estos trabajos.

Por otro lado, respecto a los capítulos basados en los estudios proporcionados por la propia industria, Monsanto y aliados, la proporción total del “copiar y pegar” es aún más elevada, llegando al 81,4%. 
En este caso, no se clasifica como plagio, dado que se advierte de este enfoque en la introducción general. En cambio, lo que sí destaca es que la agencia alemana copia incluso “la explicación de Monsanto sobre el enfoque de Monsanto para evaluar la literatura publicada”, es decir que la BfR presenta como propio lo que en realidad es el enfoque de la multinacional. Para los autores , “este es un ejemplo chocante de fraude con respecto a la auténtica autoría”.

Otro aspecto que recogen los dos investigadores es que los informes que no dependen de la BfR, la agencia de evaluación de riesgos alemana, sino de la autoridad de medio ambiente también alemana (UBA, Umweltbundersamt) sólo se detectó un plagio del 0,1% y con copiar y pegar del 2,5%.

El estudio distingue entre los “copiar y pegar benignos” y el plagio, que consideran la “forma maligna” del copiar y pegar, y que se produce cuando se pretende usurpar la autoría de un texto que en realidad corresponde a otro autor. Una práctica “casi siempre conectada con el engaño y el fraude”.

Ante las acusaciones vertidas en el informe, portavoces de la EFSA mantienen la validez de su evaluación que llevó a la renovación de la autorización del uso del glifosato en el 2017, aunque aceptan deficiencias de transparencia en el proceso.

“Aunque no hay evidencia de que la evaluación del glifosato se realizara de manera inadecuada, la EFSA reconoce que se puede hacer más para mejorar la claridad y la transparencia en la forma en que los estados miembros llevan a cabo sus borradores de evaluación”.

También admite que hay una gran variación en los sistemas utilizados por las autoridades nacionales para informar y presentar la información que elaboran.

En la EFSA consideran que el fondo de sus trabajos no está en duda pero que hay un problema de percepción en la presentación de sus evaluaciones, y están buscando fórmulas para mejorarla. En concreto, se trataría de diferenciar, con entrecomillado u otro recurso gráfico, las partes que corresponden a la documentación aportada por el solicitante de las que origina la propia agencia. Reconocen que el actual, que no distingue los orígenes, puede sembrar preocupación en un observador externo.

Ésta es también la recomendación que formuló la semana pasada el Parlamento Europeo, pidiendo que “se limite la reproducción de párrafos al mínimo y sólo para caos debidamente justificados y comunicados” y que en cualquier caso se distinga claramente entre la evaluación de la agencia europea y la que hace el solicitante.

La renovación por 5 años de este herbicida en diciembre del 2017 fue muy polémica porque llegaba después del informe de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), que alertaba de su carácter cancerígeno.

La discrepancia entre los expertos, la reputación de Monsanto, los informes que delatan el plagio en los trabajos de la EFSA, y las acusaciones sobre potenciales conflictos de intereses de sus expertos, siguen alimentando la polémica. “Cuando llegue el momento de renovar la autorización del glifosato, necesitamos estudios independientes, objetivos y transparentes” dice el eurodiputado Marcellesi.

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