El sistema de seguridad alimentaria de
la UE no es tan seguro. Tres de cada 100 alimentos presentan residuos
de pesticidas por encima de los valores máximos permitidos
KOLDO HERNÁNDEZ KISTIÑE GARCÍA
Viñedos de Sakonnet (EE.UU.).
NATIONAL INSTITUTE FOR OCCUPATIONAL
SAFETY AND HEALTH (NIOSH)
|
La UE quiere transmitir una imagen de
control de la seguridad de sus alimentos respecto a la presencia de
plaguicidas que no se sostiene con los datos de sus propios informes
oficiales1.
Según la Autoridad de Seguridad
Alimentaria, organismo encargado de controlar que los alimentos no contengan residuos de plaguicidas peligrosos para la población, los
alimentos de venta en Europa están libres de residuos de pesticidas.
También el comisario de Salud y Seguridad Alimentaria de la Unión
Europea Vytenis Andriukaitis ofrece un mensaje tranquilizador
alabando la cadena alimentaria de la Unión Europea, que según él,
permite asegurar la mejora continua.
Sin embargo, los últimos informes2
oficiales sobre la presencia de pesticidas en muestras de alimentos
desmienten la complaciente versión oficial.
Empecemos por el cumplimiento de la
ley, que obliga a que los residuos de pesticidas que quedan en los
alimentos estén por debajo de una cantidad o límite considerado
seguro.
En 2014, el 97,1% de las muestras
tomadas tenían residuos por debajo de ese límite de seguridad. En
2015, prácticamente se repitieron los datos de 2014. Sin embargo,
los datos empeoran en 2016, en el que el 96,2% de las muestras
tomadas satisfacían los requisitos de la ley.
EN 2016 EL 3,8% DE ALIMENTOS A LA VENTA
EN EUROPA NO ERAN SEGUROS POR NO CUMPLIR LA LEY
Aunque los valores de cumplimiento
superiores al 96% de los tres últimos años pueden entenderse como
muy satisfactorios (y así lo hacen las autoridades europeas), la
interpretación de los datos cambia con solo hacer la lectura
inversa. Así, se obtiene que en 2016 el 3,8% de alimentos a la venta
en Europa no eran seguros por no cumplir la ley. También contenían
más tóxicos de los permitidos el 2,8% de los alimentos consumidos
en 2015 y el 2,9% en 2014.
Es decir, aproximadamente tres de cada
100 alimentos que comemos los europeos presentan residuos de
plaguicidas por encima de los valores máximos que la legislación
concibe como adecuados para proteger nuestra salud y la de nuestros
hijos e hijas.
Por sí solos, estos porcentajes
desmienten que el sistema de vigilancia de seguridad alimentaria en
materia de residuos de plaguicidas posibilite la mejora continua. Por
un lado, los porcentajes de cumplimiento son similares año tras año.
Por otro lado, el empeoramiento de los datos observado en 2016 con
respecto al 2015 debería ser motivo más que suficiente para una
acción correctiva de envergadura por parte de la Unión Europea. En
conclusión, el sistema incumple su objetivo principal de velar por
la salud y mejorar la seguridad alimentaria.
Los datos de España, si bien distintos
e inclusive mejores a los de la media de la Unión Europea, no
alteran el paradigma descrito de satisfacción administrativa por los
datos de cumplimiento, que en 2014 fueron del 98,6%, del 98,9% en
2015 y del 98% en 2016.
EN ESPAÑA EN 2016 SE ANALIZARON 571
PLAGUICIDAS, 122 EN CADA MUESTRA, FRENTE A LOS 682 Y 266
RESPECTIVAMENTE DE ALEMANIA Y LOS 566 Y 303 DE FRANCIA
Otro aspecto que pone en entredicho el
sistema de vigilancia europeo es el escaso número de muestras
analizadas. Así, en el caso español, las muestras analizadas fueron
de 2.295, 2.186 y 2.384 en los años 2016 a 2014, lo que nos sitúa a
la cola de Europa en lo que se refiere al número de muestras por
cada 100.000 habitantes: fuimos el furgón de escoba en el 2015 y los
antepenúltimos de 2016.
La media española, en este último año
fue de 4,9 muestras por cada 100.000 habitantes muy alejada de la
media europea de 16,4 y mucho más de la de Alemania con un 24,2 o
Italia con un 18,2, e incluso del 10,2 de Francia.
A la discrecionalidad del tamaño de la
muestra analizada en España le acompaña el menor número de
plaguicidas examinados por muestra y el número de fitosanitarios
evaluados en total. En España en el año 2016 se analizaron 571
plaguicidas, 122 en cada muestra, frente a los 682 y 266
respectivamente de Alemania, los 499 y 133 de Italia y los 566 y 303
de Francia.
La diferencia en el número de muestras
y el total de plaguicidas estudiados señalan inequívocamente la
disparidad de criterios entre los distintos Estados miembros de la
Unión Europea. Puede concluirse que el sistema de vigilancia se basa
en la voluntad, quizá arbitraria de las autoridades nacionales, en
su capacidad analítica y en su decisión política de velar por la
seguridad alimentaria, más que en un sistema de gestión uniforme y
con los mismos estándares para todos los países.
La falta de mejora continua indicada en
los párrafos anteriores se evidencia con mayor fuerza en los datos
europeos sobre la presencia de múltiples residuos en la misma
muestra. Así, en 2016 se detectaron residuos de varios plaguicidas
en el 30,1% de las muestras de alimentos no procesados y en el 28% de
comida procesada. Al respecto, un dato que merece destacarse es que
en 2016 en la Unión Europea fueron detectadas 589 muestras con más
de 10 o más pesticidas.
Estos datos evidencian que la
ciudadanía europea se ve expuesta a un cóctel de sustancias
plaguicidas en su alimentación, lo que supone un riesgo para la
salud humana, más cuando la evaluación de los residuos de estas
sustancias en la comida se realiza de manera individual para cada
tóxico y no se analiza la realidad, es decir, el efecto conjunto de
los distintos plaguicidas en un mismo alimento.
493 SUSTANCIAS PLAGUICIDAS QUE SON
COMERCIALIZADAS EN EUROPA, DE 53 A 162 DE ÉSTAS CON PROPIEDADES DE
ALTERACIÓN ENDOCRINA
A esto, se añade el hecho que de las
493 sustancias plaguicidas que son comercializadas en Europa,
dependiendo de las fuentes, al menos 534 o 1625 de éstas son
sustancias con propiedades de alteración endocrina, también
conocidas como disruptores endocrinos, que tienen la capacidad de
alterar el equilibrio hormonal y pueden alterar la fisiología a lo
largo de la vida del individuo, desde el desarrollo fetal hasta la
edad adulta6. Lejos de tener una presencia anecdótica en nuestra
comida, un 33,6% de las muestras de alimentos analizadas en España en 2015 tenían residuos de este tipo de plaguicidas, lo que resulta
extremadamente preocupante, ya que este tipo de sustancias por sus
especiales características no tienen un nivel seguro de exposición,
por lo que los límites legales de residuos no protegen a la
población.
La Comisión debe cumplir lo indicado
por la norma europea7 que regula los residuos de plaguicidas en
alimentos y evaluar las sustancias plaguicidas por la combinación de
éstas en la comida y no individualmente como se viene haciendo hasta
este momento e impedir la comercialización de los plaguicidas
disruptores endocrinos.
De no hacerlo Unión Europea continuará
vulnerando el derecho internacional al medio ambiente por no
contribuir de manera eficaz a la reducción del uso de plaguicidas,
el derecho humano al disfrute del más alto nivel posible de salud,
puesto que la presencia de residuos de plaguicidas en los alimentos
es causa de enfermedades y, en especial, el derecho humano a una
alimentación adecuada. Puesto que el concepto “adecuada” según
la Observación General número, 12 de 1999 del Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales debe de interpretarse no solo como
cantidad sino también como calidad.
El Comité considera que este derecho
humano implica una alimentación libre de sustancias nocivas y
sostiene que los Estados deben aplicar requisitos en materia de
seguridad alimentaria y, por ende, en el sector de los plaguicidas en
contacto con los alimentos que velen para que éstos sean seguros y
adecuados desde un punto de vista cualitativo. El actual sistema de
vigilancia europeo quizá no sea, como afirma el Comisario de Salud y
Seguridad Alimentaria, el más eficiente de los que podrían ser
implementados, ni el que impida la vulneración de los derechos
humanos de los europeos.
1 EFSA, The 2014 European Union Report
on Pesticide Residues in Food,
http://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/pub/4611
(fecha de consulta: 8 de agosto de 2018); EFSA, The 2015 European
Union Report on Pesticide Residues in Food,
https://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/pub/4791
(fecha de consulta: 8 de agosto de 2018); EFSA, The 2016 European
Union Report on Pesticide Residues in Food,
https://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/pub/5348
(fecha de consulta: 8 de agosto de 2018).
2 EFSA, The 2014 European Union Report
on Pesticide Residues in Food,
http://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/pub/4611
(fecha de consulta: 8 de agosto de 2018); EFSA, The 2015 European
Union Report on Pesticide Residues in Food,
https://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/pub/4791
(fecha de consulta: 8 de agosto de 2018); EFSA, The 2016 European
Union Report on Pesticide Residues in Food,
https://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/pub/5348
(fecha de consulta: 8 de agosto de 2018)
4 PESTICIDE ACTION NETWORK, An
assessment of endocrine disrupting pesticides by PAN Europe,
http://www.disruptingfood.info/en/what-we-do-blog/41-an-assessment-of-endocrine-disrupting-pesticides-by-pan-europe
(fecha de consulta: 10 de agosto de 2018).
5 COMISIÓN EUROPEA, .COMMISSION STAFF
WORKING DOCUMENT IMPACT ASSESSMENT . Defining criteria for
identifying endocrine disruptors in the context of the implementation
of the plant protection products regulation and biocidal products
regulation. Main report. SWD (2016) 211 final . Brussels, 15.6.2016)
6 GORE A. C., Gore, CHAPPELL V. A.,
FENTON S. E., FLAWS J. A., NADAL A., PRINS G. S., TOPPARI J., ZOELLER
R. T. Endocrine Societystatement 2EDC-2: The Endocrine Society’s
econd Scientific. Statementon Endocrine Disrupting Chemicals.
(Endocrine Reviews 36: E1–E150, 2015) doi: 10.1210/er.2015-1010.
7 Reglamento (CE) nº 396/2005 del
Parlamento europeo y del Consejo, de 23 de febrero de 2005. Relativo
a los límites máximos de residuos de plaguicidas en alimentos y
piensos de origen vegetal y animales y que modifica la Directiva
91/414/CEE.
Koldo Hernández y Kistiñe García son
miembros de Ecologistas en Acción.
AUTOR
Koldo Hernández
Kistiñe García
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