Una delegación de Cambados hace la
última etapa de la peregrinación a Santiago para dar a conocer el
SQM -Los enfermos ganan los primeros juicios a la Seguridad Social
Anxo Martínez Cambados 29.05.2019 |
02:00
La expedición, ayer al mediodía
frente a la
catedral. // Cedida
|
Cuando una persona comienza a sufrir
los síntomas de la sensibilidad química múltiple (SQM) debe
afrontar un doble drama. Por un lado, el inherente a una dolencia muy
incapacitante y que dificulta mucho hacer vida social a quien la
padece; y, en segundo lugar, porque lograr una declaración de
incapacidad laboral es a menudo una mezcla entre una carrera de fondo
y otra de obstáculos. "Hay médicos de cabecera que todavía
desconocen lo que es la sensibilidad química múltiple, por lo que
hay multitud de pacientes que no están diagnosticados", afirma
José Fernández, un andaluz de 52 años que durante la última
semana hizo el Camino de Santiago para dar a conocer en
la sociedad la SQM, y que ayer estuvo acompañado por una
delegación de Cambados.
José Fernández hizo el camino a pie
desde Sarria (a 115 kilómetros de Santiago, por lo que ha obtenido
la "Compostela") y durante todas las etapas estuvo
acompañado por personas que sufren SQM, una dolencia que se
caracteriza por las severas reacciones adversas que la persona sufre
con solo tocar u oler multitud de productos químicos. También
acudieron pacientes de fibromialgia, fatiga crónica o
electrosensibilidad, unas dolencias emergentes y aún poco conocidas,
que se cree que tienen su origen en el sistema nervioso central.
El proyecto se denomina "El Camino
de los Centinelas", y durante la jornada de ayer, José
Fernández estuvo acompañado por varios vecinos de Cambados. Entre
ellos se encuentra María Costa, una procuradora habilitada
diagnosticada con SQM, su hermana Olga, que es presidenta del Refugio
de Animales de Cambados, o la alcaldesa de esta localidad, Fátima
Abal.
Salieron temprano del Monte do Gozo, y
llegaron hacia mediodía a la plaza del Obradoiro, donde fueron
recibidos por la conselleira de Política Social, Fabiola García.
La Seguridad Social
José Fernández se muestra muy
satisfecho con la actividad, "porque hemos conseguido nuestro
principal objetivo, que era visibilizar esta enfermedad entre la
sociedad". Preguntado por la necesidad más urgente en el día a
día de quienes tienes sensibilidad química múltiple, el peregrino
andaluz afirma que "lo más urgente es que se forme sobre esta
enfermedad a los médicos de cabecera. Estos días nos encontramos
con dos mujeres diagnosticadas con fibromialgia, pero cuyos síntomas
coincidían completamente con los del SQM".
Esta falta de diagnósticos también
genera un inconveniente a nivel administrativo, pues la dolencia
todavía no está reconocida como tal por la Organización Mundial de
la Salud, y la Seguridad Social acostumbra a ser muy reacia a dar
incapacidades permanentes, pese a que los enfermos no pueden estar
expuestos o en contacto con productos químicos.
Aunque en este sentido ya se empiezan a
ver avances, según María Costa. "En Galicia ya hay personas
diagnosticadas de SQM que han logrado la incapacidad permanente, pero
han tenido que acudir a los juzgados". "Incluso ya hay un
caso de un funcionario de Ourense al que le reconocen que contrajo la
enfermedad en su puesto de trabajo", añade Costa.
Una vez que los peregrinos llegaron a
la meta, se leyeron unos comunicados y dejaron en la plaza unos
zapatos, unas plantas y unas mascarillas. El calzado quedó en
homenaje, "a los que no pudieron venir porque ya no pueden salir
de casa por culpa de su enfermedad", explica Costa. La planta
quería simbolizar que es imprescindible cuidar el medio ambiente, "porque nuestra enfermedad está causada en gran
medida por el abuso de los productos químicos y el deterioro de la
naturaleza". Y, finalmente, las mascarillas se han convertido en
uno de los símbolos de esta dolencia, dado que muchas personas ya no
se pueden separar de ellas.
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