Un equipo de científicos granadinos ha
advertido por primera vez de la presencia de Bisfenol-A (BPA) y
Parabenos (PBs) en una amplia gama de productos utilizados en las UCI
neonatales
Los científicos de la UGR muestran
algunos de los elementos analizados en este trabajo
sobre químicos
perjudiciales en las UCI neonatales - UGR
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Un equipo de científicos granadinos ha
advertido por primera vez de la presencia de Bisfenol-A (BPA) y
Parabenos (PBs) en una amplia gama de dispositivos médicos
plásticos, textiles y productos de cuidado personal, incluyendo
pomadas; y suplementos nutricionales, que se utilizan habitualmente
en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) de los
hospitales y que entran en contacto con los recién nacidos.
En un artículo que publica este
miércoles la revista «Environmental Health Perspectives», los
investigadores han analizado más de 50 ítems que entran en íntimo
contacto con bebés recién nacidos de muy bajo peso en el día a día
de su estancia hospitalaria, y advierten de que los bebés están
expuestos de forma inadvertida a BPA y PBs, a través de múltiples
vías de exposición, tanto dérmica, digestiva, respiratoria, como
intravenosa o parenteral. La exposición a estos compuestos
disruptores endocrinos se ha relacionado con disfunciones que
conducen a diferentes enfermedades, tanto en el niño como en los
adultos.
Entre los ítems analizados se
encuentran jeringas y tubos de plástico para la administración
intravenosa de líquidos o para nutrición parenteral; sondas de
plástico para alimentación nasogástrica y enteral; máscaras
respiratorias y tubos endotraqueales y un variado espectro de
circuitos de derivación cardiopulmonar, apósitos, vendajes y
electrodos. También analizaron otros productos específicos para
bebés, como productos de cuidado personal, algunos textiles,
cambia-pañales y protectores para colchones.
El
trabajo ha determinado que el 60% de los objetos o productos
seleccionados resultaron contener BPA, mientras que los PBs estaban
presentes en el 80% de los ítems. El mayor contenido de BPA se
encontró en la llave de tres vías (>;7.000ng/g), seguido del
apósito de película transparente estampado (esparadrapo), el tubo
de alimentación gastro-duodenal, los guantes estériles para uso de
los profesionales, el catéter umbilical y el conjunto de extensión
de perfusión intravenosa (concentraciones de BPA de entre 100 y
700ng/g).
Los investigadores observaron también
unas concentraciones elevadas de PBs, superiores a 100ng/g en varios
elementos, en las gafas de protección de la fototerapia para el
bebé, el apósito de película transparente estampado (esparadrapo),
el catéter intravenoso, y el juego de extensión de perfusión
intravenosa.
Cuando analizaron la actividad hormonal
de los extractos de los materiales seleccionados, en ensayos de
estrogenicidad y anti-androgenicidad, los que más actividad hormonal
mostraron fueron el chupete, la llave de tres vías y el apósito de
película transparente estampado.
Este trabajo ha sido llevado a cabo por
un grupo multidisciplinar de investigadores clínicos, pertenecientes
a los Hospitales Universitarios Virgen de las Nieves (cuya UCIN y
población de recién nacidos fueron analizados) y Clínico San
Cecilio de Granada, e investigadores de la Universidad de Granada
(UGR), del Centro de Investigación Biomédica (CIBM) y del Instituto
de Investigación Biosanitaria ibs.GRANADA. La investigación ha sido
financiada por el Instituto de Salud Carlos III y la Unión Europea.
Como explica el autor principal de este
trabajo, el catedrático de Radiología y Medicina Física de la UGR
y médico en el Hospital Clínico San Cecilio, Nicolás Olea, los
recién nacidos con bajo peso al nacer requieren un entorno de
cuidados complejos en una UCIN, que trata de simular las condiciones
uterinas hasta el correcto desarrollo de la piel inmadura y del
funcionamiento de los sistemas gastrointestinal, inmune, nervioso y
respiratorio.
En este medio hospitalario los recién
nacidos se someten a múltiples técnicas y procedimientos que
incluyen instrumentos y dispositivos médicos que entran en contacto
íntimo con su cuerpo, muchos de los cuales están hechos del
plástico policarbonato, de resinas epoxi o de PVC, en los que
sustancias como el BPA forma parte de su estructura o ha sido añadido
para mejorar las características del producto.
«Además, los parabenos se incluyen
como componentes de algunos plásticos como conservantes y
antimicrobianos. Se utilizan también en cosméticos, así como en
otros artículos de consumo. Tanto BPA como Pbs puede desprenderse
durante el empleo de estos materiales, ya sea por desgaste del
polímero plástico o por el sometimiento a condiciones de pH y
temperatura favorables para su liberación», advierte el catedrático
de la UGR.
Hasta la fecha, sólo dos estudios
habían abordado la exposición de neonatos en UCIN a estos
compuestos químicos, y en ambos estudios se mostró un aumento en
las concentraciones de BPA en la orina de los niños, relacionada con
una mayor frecuencia e intensidad en la utilización de estos
dispositivos médicos; alcanzándose valores de hasta 30 veces
superiores respecto a los encontrados en la población general.
También se han descrito niveles más
altos de PBs en los recién nacidos hospitalizados en relación con
un mayor uso de medicamentos, aunque no se han identificado cuales
eran otras posibles fuentes de exposición como ha ocurrido en el
artículo que ahora se publica.
Los autores señalan que es urgente
implementar medidas preventivas de la exposición a estos compuestos,
disruptores endocrinos, BPA y PBs, que incluyan tanto cambios de
protocolos clínicos como uso de materiales libres de disruptores
endocrinos.
No en vano, los autores de esta
investigación están desarrollando en la actualidad nuevos
protocolos de trabajo y nuevos procedimientos que pretenden disminuir
la exposición de los niños a estos y otros factores
medioambientales en los que se desenvuelven las primeras semanas de
vida de los recién nacidos durante la estancia en el hospital, que
pudieran interferir con su normal desarrollo.
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