sábado, 19 de mayo de 2012

¿Ríos tóxicos en México? Más del 70 por ciento presentan algún grado de contaminación

14/05/12

En México, más de 70 por ciento de los cuerpos de agua presentan algún grado de contaminación lo que ocasiona graves problemas de disponibilidad y acceso a este líquido vital. La disponibilidad anual de agua por habitante en el país ha tenido una dramática reducción en los últimos 55 años, al pasar de 11,500 m3 en 1955 a 4,263 m3 en 2011. Peor aún, se prevé que para 2025 esta cantidad se reducirá a menos de 4,000 m3. Para 84 por ciento de los mexicanos la escasez y la contaminación del agua es “muy preocupante”.

En los ríos de México encontramos algunos metales pesados altamente tóxicos como el mercurio, plomo, cromo, cadmio y otros compuestos dañinos como el tolueno o el benceno. Lo peor es que desconocemos la mayoría de los compuestos tóxicos que están en nuestros ríos porque no han sido estudiados.

Entre los casos más emblemáticos de ríos contaminados podemos destacar el Atoyac (Puebla, Tlaxcala y Oaxaca) o el Lerma -Santiago (Estado de México, Guanajuato, Michoacán, Jalisco y Nayarit). Sin embargo, este es un problema generalizado en todo el territorio.

La industria sucia: un peligro para el agua

La Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO), uno de los indicadores de calidad del agua establecido por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), señala que las descargas industriales generan 340 por ciento más contaminación que las aguas residuales municipales. Sobre todo, la industria es responsable de verter sustancias mucho más tóxicas y persistentes en el ambiente y para los seres vivos.

¿Quién está detrás de este negocio sucio?

Las grandes marcas han traspasado sus cadenas de suministros a otras empresas menos conocidas, muchas veces ubicadas en países dónde la legislación ambiental es más débil como México, lo que les permite seguir produciendo con procesos altamente dañinos para el medio ambiente. Estas empresas multinacionales tratan de mostrar siempre una cara limpia y muchas veces presumen de una responsabilidad socio-ambiental ejemplar. Sin embargo, al ser las mayores beneficiarias de los procesos de producción y líderes para sus proveedores son directamente responsables de su cadena de custodia.

¿Y las autoridades?

Las industrias sucias se benefician de la complicidad de las autoridades quienes incentivan las actividades contaminantes a costa del medio ambiente, de la calidad del agua y de las actividades industriales limpias.

La ley no se aplica

La Conagua y las autoridades municipales son las encargadas de vigilar el cumplimiento de las normas ambientales que establecen los parámetros de descargas a aguas nacionales y municipales (NOM-001 y NOM-002 respectivamente). Además deben inspeccionar a las industrias y sancionar a aquellas que no cumplan con las normas. Sin embargo, con base en información que obtuvo Greenpeace es claro que la Conagua hace muy poco para que la normatividad se cumpla.

Las inspecciones son esporádicas, muchas veces sin muestreos, y las sanciones económicas para los contaminadores son mínimas o no se cobran. Para entender la falta de voluntad política para resolver este problema nacional basta decir que hay 13 diputados en la Comisión Especial Lerma Chapala Santiago y solamente 5 inspectores encargados del cumplimiento de las normas oficiales en toda esta cuenca, que abarca a cientos de industrias.

La ley es permisiva

En la Unión Europea son miles los compuestos que están reglamentados y muchos de ellos están prohibidos. En México, cientos de sustancias tóxicas son vertidas a los ríos cada día y solamente una docena están regulados, principalmente los metales pesados.

En nuestro país cualquier empresa o individuo puede descargar en los ríos sustancias altamente tóxicas como el nonil-fenol o el benceno sin que exista una obligación de sancionarlos. El nonil-fenol se usa, entre otros procesos, para el teñido de fibras textiles y es un disruptor hormonal. Por su parte, el benceno se usa en numerosos procesos y es reconocido como una sustancia cancerígena.

Prevención vs contaminación

Para resolver el problema de la contaminación tóxica del agua es necesario enfocar los esfuerzos en las fuentes de contaminación. Según las Naciones Unidas, la prevención de la contaminación es el enfoque más eficiente, barato y sencillo para garantizar la calidad del agua. La mejor manera de tener ríos limpios es no contaminarlos. Para ello no se deben de usar y descargar sustancias tóxicas y prohibir el uso que las que no fueron suficientemente estudiadas, siguiendo el principio precautorio.

Desafortunadamente en México, lo poco que hace la Conagua para revertir esta situación se enfoca sobre todo en mega-proyectos y planes de saneamiento basados en el enfoque de “remediación”, mientras se siguen descargando sustancias tóxicas en nuestros ríos.

Aguas oscuras:

“Buenos datos y un continuo monitoreo son imprescindibles para incrementar la calidad del agua. Para proteger e incrementar la calidad del agua, los usuarios de agua, los gobiernos y las comunidades deben de saber qué contaminantes se están en el agua, cuál fue el proceso de contaminación y si los esfuerzos para incrementar la calidad del agua fueron efectivos”.

En México, ni el gobierno ni las industrias están informando a los ciudadanos acerca de la contaminación de los ríos. A pesar de que tengamos un Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes (RETC), en el que las industrias deberían de reportar sus actividades en cuanto a sustancias peligrosas, este sistema no es obligatorio, abarca un número limitado de sustancias y presenta una serie de inconsistencias sin que haya una autoridad que vigile su cumplimiento.

Además, los ciudadanos y las comunidades afectadas no sabemos qué hacen las autoridades, cómo se desarrollan las inspecciones, quiénes están detrás de la contaminación de los ríos y dónde se descargan las sustancias tóxicas. Este contexto favorece que las industrias con procesos sucios de producción sigan contaminando nuestros ríos con total impunidad.

Greenpeace exige una política de Ríos limpios para 2020, que incluye:
  • Cero descargas de sustancias tóxicas para el 2020.
  • Un sistema obligatorio y transparente de Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC).
  • La ampliación de las sustancias tóxicas reguladas por la NOM 001, la NOM 002 y el RETC.
  • Mayores controles a las descargas industriales a aguas nacionales y municipales y sanciones relacionadas al daño generado aplicando el principio: “el que contamina, paga”.
  • Información acerca de las actividades de la Conagua para vigilar, inspeccionar y sancionar las industrias contaminanteswww.ecoportal.net
Greenpeace México A.C.

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