PASCUAL
GARCÍA |
10 DE ENERO DE 2013
La asamblea extraordinaria de la Asociación de Facultativos y
Especialistas de Madrid (Afem) ha secundado la decisión de convocar
una nueva
huelga de facultativos, que sería de carácter indefinido
durante un día a la semana, en el momento en el que el Gobierno
madrileño publique los pliegos de condiciones de la externalización
de centros santiarios, asunto que, recordaron también, será
recurrido judicialmente.
También
ayer,
los
sindicatos de la Mesa Sectorial Amyts (médicos) y Satse (enfermeros)
anunciado la decisión de convocar una nueva huelga sanitaria, cuya
duración y fechas de convocatoria serán determinadas la semana que
viene y no descartan que sean de carácter indefinida.
Además,
convocaron a una nueva marea blanca en las calles de Madrid para este
mismo domingo.
Los
profesionales de la sanidad madrileña manifiestan así su oposición
al documento de once folios (Plan
de medidas de garantía de la sostenibilidad del sistema sanitario
público de la Comunidad de Madrid),
en el que el Gobierno regional anunció la privatización de una
parte de la sanidad madrileña. Ese documento es, a día de hoy, lo
que saben los médicos de atención primaria de la Comunidad de
Madrid sobre los planes que el Gobierno regional tiene preparados
para su futuro y para el de sus pacientes.
Eso
es lo que saben, 142 palabras y dos cifras, que son la misma, sobre
la privatización de un 10% de los centros de salud de la Comunidad,
aproximadamente 27 (esas son las susodichas cifras) después de
semanas de movilizaciones, paros, algunas reuniones en la Consejería,
muchos cientos de euros en el limbo de las nóminas de enero, muchas
pancartas, muchos gritos, algunos bailes, grandes dosis de coraje y
el convencimiento de que están haciendo lo que tienen que hacer para
defender la sanidad pública de los insaciables arreones
privatizadores del señor González.
Lo
que saben los cerca de 10.000 profesionales que trabajan en la
atención primaria de la Comunidad de Madrid (médic@s, enfermer@s,
administrativ@s) sobre su futuro, afectado por la marea
privatizadora del
Gobierno ultrapopular,
es
exactamente esto. No se lo pierda usted, querido lector:
Concesión
de la prestación de la asistencia sanitaria de Atención Primaria de
un 10% de los Centros de Salud, dando prioridad en su gestión a la
participación de los profesionales sanitarios que quieran constituir
Sociedades.-
Esta
concesión prevé adjudicar la gestión, de manera prioritaria, a
grupos de profesionales que ya estén trabajando en el sistema
madrileño de salud para poder seguir avanzando en la mejora de
resultados clínicos, en el aprovechamiento de los recursos
disponibles y en la motivación de los propios profesionales. Es un
modelo más habitual en Europa, y en nuestro país ya se ha
implantado en Cataluña desde hace más de quince años, con
resultados clínicos y económicos positivos. Otro aspecto importante
es que este modelo genera mayores incentivos y motivación a los
profesionales. La medida afectará aproximadamente a 27 Centros de
Salud, que seguirán siendo públicos, bajo financiación y garantía
pública.
Y esto, con perdón, ¿qué cojon@s
significa? Uno de los miembros del Comité Coordinador Profesional
que se viene reuniendo con la Consejería de Sanidad me reconoce que,
a estas alturas de la pelea, no sabe qué cojon@s significa eso,
sencillamente, porque puede significar varias cosas.
Esas 142 palabras podrían estar
poniendo sobre la mesa un modelo de atención primaria como el que ya
se ha ensayado en Cataluña, el de las llamadas Entidades de Base
Asociativa (EBA), en el que los médicos de centros nuevos se
convierten en empresa (hace falta dinero para eso y pedirlo a un
banco si no se tiene, supongo), contratan personal y son ellos los
que gestionan el centro. A cambio, la administración autonómica les
paga a tanto el paciente. Los beneficios, si los hay, son para la
empresa-cooperativa que administra el centro. En estos duros tiempos
que nos ha tocado vivir, habría que tener pelín cuidado con dos
cosas. Primero, lo de que un banco te conceda un crédito para
meterte en una aventura como esta es igual de incierto que cualquier
otra cosa que tenga que ver con que un banco te conceda un crédito
para algo. Segundo, el hecho de que quien te tenga que pagar
por tus servicios (¿a 30, 60, 90 días, tres meses, seis, un año,
alguna vez?) sea una administración autonómica no parece que anime
a ningún tip@ sensat@ a embarcarse en una aventura así. Digo yo.
Pero
es que las 142 palabras esas de las que venimos hablando podrían
significar otra cosa. ¿Y eso?, pregunto a mi interlocutor. Es que
hay otro modelo, el modelo valenciano -el solo calificativo me pone
los pelos de punta- que surge tras el primer experimento
Alzira.
A saber: una empresa se queda con el hospital de Alzira y la
Generalitat le paga a tanto el paciente. La empresa, no obstante,
pierde dinero, y la Generalitat le concede entonces la gestión de
los centros de salud de referencia del hospital. Al personal de
atención primaria se le ofrece la opción de renunciar a su plaza de
funcionario y fichar por la nueva empresa -y entrar en un sistema de
incentivos- o mantener su condición de funcionario y ser recolocado
en otro centro (¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿por qué y por el
capricho de quién?).
Desde
el punto de vista político y mediático, hasta la fecha, el magro de
la marea
blanca se
lo ha llevado la privatización de seis hospitales de la Comunidad de
Madrid. Supongo que porque, entre otras cosas, el presupuesto de los
hospitales madrileños ronda los 1.800 millones y el de los centros
de atención primaria se queda en 200. ¿Y entonces, por qué meter a
los centros de salud en esta historia? Por un par de razones. Los
facultativos de los centros de salud son los que determinan las
pruebas diagnósticas (la mayoría se realizan en los hospitales de
referencia, y eso es pasta) y da también la casualidad de que suelen
ser los médicos de atención primaria los que derivan o no derivan a
la gente a los hospitales. El maldito círculo se cierra. Mi
tesoro.
Ayer
se produjo un nuevo encuentro entre la Consejería de Sanidad y el
Comité de Coordinación Profesional, que, por primera vez en lo que
va de crisis, atisbó un resquicio de interés negociador por parte
del Gobierno regional, que se ha comprometido a poner en marcha
distintas mesas sectoriales para analizar las propuestas de ahorro
que le han presentado los colectivos profesionales. La marea
blanca,
a base de huev@s, podría haber abierto una ventana en la negociación
de un asunto que el Gobierno madrileño ha gestionado como si el
resto del mundo -todos menos ellos, que son cuatro y saben menos de
lo que saben esos a los que vienen insultando y despreciando desde
hace meses, los profesionales de la sanidad madrileña, los de la
marea
blanca-
no se enterara de nada. 142 palabras para afrontar una reforma de
este calado. 142 palabras que, válgame Dios -como diría un gestor
popular
a
falta de números, ¿de argumentos?- han provocado ya la dimisión de
322 cargos directivos de 137
centros
de salud.… 142 palabras… Y la mayoría son artículos,
conjunciones y preposiciones… Resulta difícil de creer si no se
party
con
un poco de té, digo de fe.
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