El responsable provincial del Área de
Salud de IU LV-CA, Juan Manuel Arazola, muestra su satisfacción por
la iniciativa que ha llevado a cabo Izquierda Unida en el Parlamento
Europeo que ha reclamado a la Comisión Europea que la sensibilidad
química múltiple y la hipersensibilidad electromagnética se
reconozcan en los sistemas sanitarios de los países miembros de la
Unión como enfermedades oficiales. Esta iniciativa la ha llevado a
cabo el parlamentario europeo de Izquierda Unida, Willy Meyer, tras
haber mantenido varios encuentros con la organización Altea-SQM que
reivindica este reconocimiento y la defensa de los derechos de las
personas afectadas por estas enfermedades y que trasladaron a Meyer
la necesidad de tomar iniciativas en la Unión Europea al respecto.
Arazola destaca que el trabajo que
están desarrollando Meyer y Altea “debe servir para que las
personas que padecen estas enfermedades tengan la posibilidad de ser
tratadas adecuadamente y de que puedan llevar a cabo una vida normal
y saludable”.
En concreto, Willy Meyer se ha dirigido
por escrito a la Dirección General de Sanidad y Consumo de la
Comisión Europea para hacer que estas enfermedades se incluyan en la
Clasificación Internacional de Enfermedades y en las respectivas
listas de enfermedades profesionales que tiene cada estado miembro de
la UE. En este sentido, Meyer explicó que “actualmente estos
problemas de salud suelen ser negados y se llegan a diagnosticar como
problemas psicológicos lo que provoca que los enfermos se encuentren
en una situación de completa indefensión y doble sufrimiento, ya
que además de padecerlas se ven tratados por los sistemas de salud
públicos como enfermos mentales sin serlo”.
La sensibilidad química múltiple y la
hipersensibilidad son enfermedades que aún no están recogidas como
tales en la Organización Mundial de la Salud (OMS). No obstante, la
comunidad científica está realizando descubrimientos y avances en
su detección que pueden servir para que dejen de ser diagnosticadas
como si fuera el síndrome de fatiga crónica, lo que sucede en
muchos casos, y se puedan diagnosticar como las enfermedades de que
se trata, tal y como Izquierda Unida ha reclamado
De este modo, las personas que padecen
estas enfermedades podrían ser tratadas adecuadamente, como
reivindica Altea, e incluso se podrían aplicar normas para hacer que
no estén sometidas a los niveles de contaminación electromagnética
y química que soportan actualmente y así se garantice el derecho a
una vida saludable a toda la población.
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