Existe.
La Sensibilidad Química Múltiple existe. O el Síndrome de
Sensibilidades Químicas Múltiples, o la Intolerancia Ambiental
¿Idiopática?. Y no solo son reales, sino que además está
documentado, incluso por organismos oficiales. Esta entrada solo
pretende ser una breve muestra.
Quizás,
como documento inicial debemos citar el
capitulo 13 CONDICIONES DEL ENTORNO
de la Enciclopedia de la Salud de la OIT, en que Mark R. Cullen
define la Multisensibilidad Química, y es significativa la
introducción en que señala "Desde el decenio de 1980 se conoce
un nuevo síndrome clínico en medicina medioambiental y del trabajo,
caracterizado por la aparición de diferentes síntomas tras la
exposición niveles reducidos de sustancias químicas artificiales,
aunque todavía no existe una definición ampliamente aceptada. Este
trastorno puede afectar a individuos que han sufrido un solo episodio
o episodios repetidos de un accidente químico, como una intoxicación
con un disolvente o un pesticida. Posteriormente, muchos tipos
de contaminantes medioambientales presentes en el aire, los alimentos
o el agua pueden provocar una gran variedad de síntomas a dosis
inferiores a las que causan reacciones tóxicas en otras personas".
También
a nivel a nacional existe literatura científica especializada. Y así
el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en la NTP
557: Intolerancia ambiental idiopática (IAl): sensibilidad química
múltiple (SQM) y fenómenos asociados,
redactada por el biólogo Jordi Obiols, viene a afirmar que la
intolerancia ambiental idiopática se define (Sparks, 2000) como "un
trastorno adquirido con síntomas recurrentes múltiples, relacionado
con múltiples factores ambientales tolerados por la mayor parte de
las personas y que no se explica por ningún trastorno médico o
psiquiátrico". Lo más importante de esta definición es que su
amplitud es mayor que la del síndrome de SQM (y la de enfermedad
ambiental, EA), denominaciones a las que debería sustituir, aunque
con sus variantes aún se siguen empleando, y trata, además, de
centrarse en otros padecimientos, con etiquetas difíciles de
establecer, reconocidos en pacientes que refieren síntomas que ellos
atribuyen a exposición ambiental, como el "síndrome del
edificio enfermo" y el "síndrome de la Guerra del Golfo".
E
incluso el Ministerio de Sanidad ha elaborado, con la colaboración
de los más prestigiosos expertos médicos en la materia el conocido
como SQM,
DOCUMENTO DE CONSENSO.
No han sido pocas las páginas y discusiones a que ha dado lugar
dicho documento, pero, a pesar de todas las quejas que pueda
suscitar, como mínimo supone la aceptación oficial de la existencia
de la enfermedad.
Y,
aún podemos ir más allá y recopilar algunos trabajos de carácter
médico recientes, como pueden ser el trabajo de María Alarcon
Sensibilidad
Química Múltiple: Diferencias epidemiológicas, clínicas y
pronósticas entre las de origen laboral y no laboral,
avalado por instituciones tan prestigiosas como la UPF, el Hospital
Clínic de Barcelona, y tutelado por profesionales del prestigio
médico de Joan Benach o Santiago Nogué.
Y,
entre los estudios médicos más clásicos, deben ocupar un lugar
destacado el conocido trabajo de los doctores Fernàndez Solà y
Nogué Xarau denominado Sensibilidad
Química Múltiple y Ambiental,
realizado en el marco de una intensa investigación en las Unidades
de Toxicoloogía y Fatiga Crónica (SFC) del Hospital Clínic de
Barcelona.
Incluso
cabe mencionar al prestigioso neumólogo del Servei de Neumologia del
Hospital Vall d´Hebron de Barcelona, el doctor Ramon Orriols, en su
conocido trabajo Sensibilidad
Química Múltiple
en que manifiesta"....No
obstante, la SQM es una enfermedad crónica y en muchas ocasiones
invalidante para el paciente. Es imprescindible que se trate su
problema con comprensión, interés y seriedad.Tratamientos
conductuales, psicoterapéuticos y la mejora de aspectos cognitivos
en la evaluación del olor se han mostrado útiles en determinados
pacientes".
Este ha sido un simple repaso entre
aquellos documentos, de carácter oficial, en que se
define la SQM, se caracteriza y se analiza incluso su etiología.
Acabo esta entrada como la empecé. La
SQM EXISTE, está presente, y quienes han enfermado nos están
avisando del entorno tóxico en que vivimos. Quizás esas personas
enfermas actúen como "centinelas" -la expresión no es
mía, se la robo a Judith-, y quizás cuando queramos reaccionar sea
tarde.
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